El viacrucis que viven los refugiados sirios en Europa parece no tener fin. En otro intento por protegerlos –o quizá desprotegerlos–, este viernes, los jefes de Estado y Gobierno de la Unión Europea lograron un acuerdo con el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu. Según se dijo, se deportará a Turquía a los migrantes irregulares –incluidos los refugiados sirios–, que lleguen a Grecia a partir del domingo. A cambio, el gobierno turco recibirá apoyos económicos por parte de la Unión Europea.
El mensaje es claro: Si un migrante –que ya gastó dinero, tiempo y salud en buscar una mejor calidad de vida–, entra de forma irregular a Europa, será devuelto de forma inmediata a Turquía.
Según el acuerdo, que se espera comience a operar en las próximas horas, no habrá “expulsiones colectivas” y el trato será individual en cada demanda que presenten aquellos que quieran refugiarse en Grecia. Es decir, no habrá “devoluciones en caliente” como las que ocurren en este momento.
Llama la atención que las autoridades europeas vean con buenos ojos lo que podría servir como un castigo para las personas que buscan ayuda humanitaria y que huyen de la guerra de sus países. Eso sí, los europeos advierten que los migrantes serán tratados con respeto y dignidad.
Cabe señalar que el acuerdo incluye el mecanismo “Uno por Uno” que consiste en aceptar a un refugiado sirio por cada sirio devuelto a Turquía, esto con el fin de acabar con las mafias que se dedican al tráfico de personas. Sin embargo Ankara, la capital turca, no confía en los griegos, por lo que exigió que se “vacíen” las islas griegas y que los refugiados sean llevados a territorio heleno “para comenzar desde cero”.
¿Podrá Grecia asumir la tarea que implica coordinar la situación de todos los migrantes?
Por cierto, estas acciones se dan en el marco de la captura del yihadista Salah Abdeslam, terrorista acusado de realizar –en noviembre– un ataque en el Teatro Bacatlán de París, donde murieron 137 personas y alrededor de 145 resultaron heridas.
Según se sabe, Salah Abdeslam aprovechó la crisis de los refugiados sirios en 2015 para llegar a territorio europeo.
