UCRANIA: UNA VISTA AL EJÉRCITO NORCOREANO

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Hará poco menos de un año, múltiples reportes de inteligencia sostenían que en Ucrania estaba actuando el Ejército Popular de Corea, el brazo armado del Partido del Trabajo de Corea. La participación norcoreana nos permite analizar con una mejor precisión las capacidades operativas de un ejército que históricamente está envuelto en secreto, pues al país se le considera el más hermético del mundo. Poco se ha atendido al por qué participa Norcorea en Ucrania. ¿Cuáles son los motivos? Quizá algunos antecedentes ayuden.

Habría que decir que, en 2017, Norcorea reconoció a Crimea como parte integrante de la Federación de Rusia, y luego respaldó la invasión de febrero de 2022. Unos meses después, el régimen norcoreano reconoció la soberanía de las autoproclamadas repúblicas independientes de Donetsk y Luhansk. En noviembre de 2024, se ratificó un importante acuerdo de cooperación militar que incluye una cláusula de protección mutua. Es este acuerdo el que explica la participación norcoreana, al lado del ejército ruso.

Pequeña visión geopolítica sobre la paz en Ucrania

Esta participación le da al régimen varias ventajas significativas: el acceso a la tecnología satelital rusa y también la capacidad de adquirir divisas para financiar sus programas, entre ellos el célebre programa atómico. Además, Corea del Norte se beneficia del uso compartido de tecnología militar avanzada y garantiza el apoyo ruso en caso de conflicto en la península coreana. En muchos sentidos estratégicos, es una participación que genera tranquilidad en el seno del Partido del Trabajo.

Según informes de Ucrania, la fuerza norcoreana enviada en apoyo a Rusia asciende a entre 10.000 y 12.000 hombres en cinco brigadas de infantería. Las tropas cuentan con el apoyo de unos 500 oficiales y tres generales norcoreanos, entre ellos Kim Yong Bok (Vicejefe del Estado Mayor del Ejército Popular de Corea, responsable de la infantería ligera y las fuerzas especiales). Estos reportes han sido confirmados por el Servicio Nacional de Inteligencia de Corea del Sur (NIS).

Lo primero que ha llamado la atención es su actitud. Diversos reportes señalan que el Ejército Norcoreano tiene por norma el evitar que sus soldados caigan prisioneros. En primer lugar, ser tomado prisioneros por el ejército ucraniano significa que habrá represalias graves contra las familias de los soldados coreanos. En segundo lugar, parece un ejercito aún más cruel: según algunos testimonios, los norcoreanos eliminan a los heridos para evitar la caída de prisioneros y causarle un desprestigio a su país. De igual forma, los rusos tienen autorización de dispararles si se retiran, ante el temor de que la captura pueda revelar su verdadera identidad. Estos actos probarían el adoctrinamiento ideológico, que juega -como en toda la sociedad norcoreana- un papel central.

Dos grandes riesgos de los que nadie habla

¿Estos datos son producto de la propaganda? Cabria preguntarse, pero al realidad indica que ha habido muertos. ¿Cuántos? Las cifras varían según las fuentes: el NIS surcoreano, por ejemplo, afirma que Pyongyang ha perdido unos 300 hombres, con 2,700 heridos y desaparecidos, mientras que para Kiev el número de víctimas se estima en 4,000. El Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) estima que pueden estar entre el 30% y el 50% del total, con al menos 1,000 hombres muertos en el curso de las operaciones.

Aunque la intervención norcoreana no es esencial para determinar el resultado de la guerra, nos ofrece ideas interesantes desde múltiples perspectivas, no sólo para la organización del ejército norcoreano, sino también en el contexto de una geopolítica más amplia. El despliegue norcoreano en Ucrania ya está produciendo efectos significativos: las tropas están adquiriendo experiencia de primera mano en el campo de batalla moderno, mitigando su falta de experiencia y décadas de atraso táctico. Al mismo tiempo, el uso de armas y equipos producidos en el país en un conflicto de alta intensidad permite a Pyongyang evaluar su eficacia. Armado con este conocimiento, Pyongyang, con un fuerte apoyo ruso, podría establecerse como un actor regional relevante en Asia Oriental.

Ahí, entonces, el gran juego entre China, Estados Unidos y Rusia, entra en una nueva dimensión.