A nuestro país llegó una servicio que “revolucionó” el transporte público y la movilidad de las personas. Un servicio que dejó maravillados a los habitantes de las principales ciudades del y que hizo enojar por igual a miles de taxistas –muchos de ellos piratas–, y a una que otra autoridad.
El servicio, como seguramente sabe, se llama Uber.
Los choferes de Uber se decían orgullosos de pertenecer a una empresa privada de primer nivel; con un servicio ejecutivo y único que sirve para transportar a millones de mexicanos. Sin embargo, de un momento a otro, los “socios” se decepcionaron.
Este viernes, los conductores de Uber hicieron un llamado a una “huelga” –en la Ciudad de México– para exigir que la compañía atienda las demandas relacionadas con las tarifas. Según los “socios”, han visto una disminución en sus ingresos. Incluso se dice que la oferta ya superó a la demanda.
Los conductores de Uber piden desactivar la tarifa fija en horas pico, exigen poner atención en las tarifas cuando se cancele el servicio y claman por desaparecer el servicio de Uber Pool –auto compartido–, que a decir de muchos, fue impuesto por “los jefes”.
Y es que, como recuerda, en temporada de contingencia ambiental, el jefe de Gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera, tuvo que entrar al quite y castigó a Uber. El gobernante llamó a eliminar las tarifas dinámicas luego que los usuarios se quejaron del alza a los costos.
Lo curioso, sin embargo, es que al convocar a un paro de labores, los conductores de Uber operaron igual que los taxistas capitalinos”, cuando desquiciaron a la Ciudad con sus manifestaciones en contra del servicio privado de transporte.
Al parecer a los conductores y socios de Uber se les olvidó leer la letra chiquita, esa que especificaba que se trata de una empresa privada y donde no existen sindicatos.
Falta esperar qué grupo político de la capital meterá mano en el tema–de cara a las elecciones de jefe de Gobierno en 2018– pues cabe recordar que los taxistas y servidores de transporte público han sido utilizados con fines políticos.
