Ayer 15 de septiembre, México celebró un inusual Día de la Independencia marcado por la pandemia del coronavirus. Veinte ‘vivas’ del presidente Andrés Manuel López Obrador sonaron en un Zócalo capitalino prácticamente desierto.
Únicamente acompañado de su esposa Beatriz Gutiérrez Müller, quien pese a insistir que “no es primera dama” sigue estando presente como si lo fuera, el mandatario fue testigo del encendido del mapa de la República con luces led y del pebetero de gas con la bautizada “Llama de la Esperanza”, colocado en la plancha del Zócalo.
Sin duda, el día de ayer, se vivió un evento que marcará la historia en nuestro país, con un ambiente vacío y triste que no solo se sentía por la ausencia de la gente, sino también por la cara de la pareja presidencial, sobre todo de ese hombre que prometió que al llegar a la Presidencia cambiaría el rumbo del país, pero tras dos años no ha hecho absolutamente nada y todo ha salido mal. Lo sabe y se siente. Grito de
Aquí, el grito de AMLO pic.twitter.com/w1ISFutO5V
— GONZALO OLIVEROS (@goliveros) September 16, 2020
AIS