Lograron el primer acuerdo, el que involucró a sus gobernadores; sin embargo, no parecen preocupados por las resistencias en el proceso de elección de su dirigencia, y no les importa enfrentarse al primer gobernador de oposición en el país durante la era priista, Ernesto Ruffo, y al nieto de uno de sus fundadores, Manuel Gómez Morín Martínez del Río.
Es cierto que la fuerza política de estos personajes no será la misma que la del exgobernador Rafael Moreno Valle, o la de los 12 mandatarios panistas y quizá por lo mismo, la negociación costaría menos, pero, al parecer, en el blanquiazul han perdido esta práctica.
Y por ello, el PAN enfrentará un juicio para la protección de los derechos político-electorales del ciudadano en contra de la convocatoria para la elección del presidente e integrantes del Comité Ejecutivo Nacional, para el periodo 2018-2021, que interpusieron Manuel Gómez Morín Martínez del Río, Mirelle Alejandra Montes Agredano, Ernesto Ruffo Appel y José Luis Espinosa Piña.
En el que piden, entre otras cosas, que no se aplique el artículo 39 del Reglamento respecto a “cumplir con el número de firmas del 10% de militantes del listado nominal de electores definitivo. Del total de firmas presentadas, no podrá haber más del 5 por ciento de una misma entidad federativa”.
Requisito realmente excesivo si consideramos que en la elección presidencial sólo se pidió a los candidatos independientes el uno por ciento de las firmas del total del padrón y en la de senador y diputados, el 2, mientras que el PAN pide el 10 por ciento.
Además, exige que no haya más del 5% por cada entidad federativa, lo cual resulta absurdo porque significa que la dispersión de los apoyos que pidió el INE en la pasada elección federal era del 50 por ciento y el PAN exige una del 62.5, cuando el padrón por entidad es totalmente variable; el que tiene mayor número de panistas es el Estado de México, con 24 mil 517, y en Tabasco apenas hay mil 312.
Pero además, les exigen un formato impreso para los apoyos, que los tres candidatos a la presidencia del PAN, Manuel Gómez Morín Martínez del Río, Ernesto Ruffo Appel y José Luis Espinosa Piña consideran una carga excesiva porque desestima el uso de medios tecnológicos para recabar el apoyo y circunscribe los formatos por entidades federativas.
Otro punto importante de este documento es que precisamente el encargado del padrón electoral del PAN, Ernesto Ruffo, se queja de su veracidad, sobre todo en el Estado de México, que es donde más militantes tienen.
Después de su peor resultado electoral de este siglo, cuando su candidato presidencial, Ricardo Anaya, obtuvo sólo 12.6 millones de votos, contra los 12.7 de Josefina Vázquez Mota en 2012 y cuando enfrentan a un gobierno casi hegemónico, los panistas deberían buscar la operación cicatriz por sobrevivencia.
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Raúl Beyruti Sánchez, presidente de GINgroup, empresa que cuenta con más de 160 mil empleados, recibió el pasado jueves un reconocimiento avalado por la ONU, en Viena, Austria, por su trayectoria profesional y por los valores que ha promovido en materia empresarial y productiva.
Desde Viena, el contador Beyruti dejó en claro que apoyará las políticas que impulse la próxima administración federal, en especial aquellas destinadas a generar mayores oportunidades para los jóvenes y para los trabajadores que cuenten con las condiciones laborales más precarias ¡Vaya apoyo para quienes estarán a cargo de estas políticas!
