SI LOS MUROS HABLARAN: EL MUSEO EN EL CAIRO

Con el auge de la egiptología y los constantes descubrimientos, era indispensable contar con un museo más grande y moderno

Leía en un tuit del Museo Egipcio de El Cairo, que ayer, 1º de abril conmemoraban el inicio de la construcción del museo con la colocación de su primera piedra. Dejemos que esta construcción emblemática nos relate su historia…
Recuerdo bien ese día. Era el primero de abril de 1897 y todos estaban emocionados. Todo estaba a punto para la llegada del Jedive (gobernador de Egipto) Abbas Helmy II, 
quien en presencia del Director del Ministerio de Antigüedades, Gastón Maspero, colocaría la primera piedra de mi construcción.
Las herramientas estaban dispuestas en almohadones de tela y grabadas con la fecha y sus iniciales. Finalmente la hora llegó y después de una ceremonia, formalmente arrancaría mi proceso de construcción.
Meses antes, se había realizado un concurso para diseñarme. De 73 proyectos, el elegido fue el del arquitecto francés, Marcel Dourgnon. Originario de Marsella, decidió  construirme en estilo neoclásico, con una fachada de piedra rosada y techos altísimos para poder resguardar los objetos de una civilización incomparable.
A diferencia de otros hermanos museos, que ocupan antiguos palacios o nobles residencias, yo siempre fui pensado para ser un museo. Mis muros, más allá de su estilo, son una solución práctica para la protección, preservación y exhibición de las antigüedades de Egipto. Mi construcción se llevó a cabo desde 1897 hasta 1901. No era una tarea fácil, tengo un poco más 15 mil metros cuadrados.
Una vez que estuve listo, empezó la parte más importante del proceso: el traslado de los tesoros que que albergo desde la residencia de Ismail pacha en Guiza. Finamente, fui inaugurado el 15 de noviembre de 1902, en la Plaza de Tahrir. Todavía pasarían dos décadas para que Howard Carter descubriera la tumba de Tutankamón y pasarían algunos años más, para que mis muros pudieran resguardar su máscara funeraria, sin duda, una de las piezas más conocidas del arte egipcio en el mundo. 
Me preguntan si es mi pieza favorita. Así como un padre dice que no tiene hijos favoritos; yo, como museo, digo siempre que me siento orgulloso de cada una de las piezas que mis muros resguardan. Y así es. Sin embargo, al igual que un padre confesaría que hay hijos con los que tiene más afinidad, también hay piezas dentro de mis muros que me conmueven y ¿quién no se conmueve ante la magnificencia del rostro dorado del faraón-niño Tutankamón?
Sin embargo, creo que deberíamos prestar más atención a La Paleta de Narmer, una paleta cosmética realizada en esquisto y bellamente decorada, que perteneció a Narmer (también conocido como Menes) primer Faraón de Egipto, quien reinó en el siglo XXI a.C.
Además de su belleza, es un documento histórico que nos habla de la unificación del Alto y Bajo Egipto. La unión es muy importante. Fue esta unión lo que permitió crear una civilización extraordinaria y un poderoso imperio. La vida es así, muchas veces nos dejamos deslumbrar por el brillo del oro, y olvidamos la importancia que la unión de los seres humanos tiene para llevar a cabo cualquier proyecto.
Un pueblo unido, puede lograr maravillas, separado es débil y fácil de dominar. Quizá sea por eso que muchos gobernantes autócratas en la actualidad, prefieren que sus pueblos estén divididos y se esfuerzan por mantenerlos así.
El tiempo no pasa en balde y he requerido varios arreglos y remodelaciones. Sin embargo, uno de mis peores sobresaltos, lo llevé en 2011 durante la llamada Primavera Árabe, cuando fui víctima de un saqueo. Afortunadamente, muchas de las piezas robadas han sido recuperadas, pero confieso fue un momento aterrador. Mis vidrios rotos, mis estantes destrozados y las piezas robadas me dejaron triste y vulnerable.
Con el auge de la egiptología y los constantes descubrimientos, era indispensable contar con un museo más grande y moderno. Cuando abrí mis puertas, la colección abierta al público se componía de 12 mil piezas, y con el tiempo fue creciendo hasta albergar más de 150 mil. Pero existen muchas más que no son expuestas.
Así, empezó la construcción de mi hermano, El Gran Museo de la Civilización Egipcia, que será inaugurado en un futuro cercano. Yo no cerraré mis puertas, mi destino es y seguirá siendo albergar tesoros y recibir visitantes. El mundo ha cambiado en 126 años, pero algo no ha cambiado desde mi inauguración y estoy seguro de que no cambiará: caminar entre mis pasillos y galerías es embarcarse en un viaje sorprendente por el fascinante pasado de Egipto”.
Buen domingo a todos.. Gracias por leerme.
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