A horas de la tragedia en Oaxaca –donde el número de muertos va en ocho, en dos encuentros violentos–, la autoridad ha dado señales de que trabajará por esclarecer los hechos.
El presidente Enrique Peña dio órdenes a la PGR para que colabore en las investigaciones.
El secretario de Gobernación, Miguel Osorio, ya advirtió que la PGR y la CNDH trabajarán juntas para explicar los hechos.
Incluso el comisionado de la Policía Federal, Enrique Galindo, ha aparecido en medios para explicar su versión de los hechos.
Por eso preguntamos, ¿será que ahora sí se atenderá el problema como es debido? ¿será que esta vez no dejarán que los hechos de Nochixtlán se conviertan en otro Iguala o en otro Tlatlaya?
En entrevista para La Otra Opinión, el Maestro Jorge Lara –exsubprocurador jurídico de la PGR–, advirtió que mientras existan buenos reflejos y una actitud receptiva, el gobierno podrá amortiguar el golpe de lo ocurrido en Nochixtlán.
Para conseguir lo anterior, continuó Lara, será necesario que se construya una investigación de primer nivel y que ésta resulte casi impecable.
Después de todo, en Oaxaca ya existe un antecedente –en 2006 con la APPO–, de cómo la violencia criminal roza con el vandalismo y la guerrilla.
Después de todo, alguien en los aparatos de inteligencia del Estado se equivocó si, como dicen algunos, fue posible emboscar a los policías en Nochixtlán.
Y después de todo, el incidente tiene sus raíces en la nueva ley educativa, cuya implementación detonó un conflicto gremial y dicho conflicto escaló hasta niveles de horror; como lo vimos el fin de semana en el enfrentamiento de Oaxaca.
Por todo lo anterior, si el Estado quiere evitar que Nochixtlán se convierta en otro Ayotzinapa, deberá actuar con precisión, sin perder tiempo y sin dejar espacio a la duda o a la libre interpretación.
