Esta mañana el Fiscal General, Alejandro Gertz aseguro que la petición de desafuero del gobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, “no es una venganza ni tiene tintes políticos“.
Pero los datos indican todo lo contario, incluso cuando el Presidente Andrés Manuel López Obrador diga que no -y que él ya pasó por un desafuero-, queda claro que se trata de una venganza, van las pruebas:
- No recuerdan cuando Francisco Cabeza de Vaca dejó en ridículo al Presidente en plena mañanera. Y es que en agosto de 2020, justo enfrente de AMLO el gobernador le dijo: “Estos ataques y señalamientos no son producto de la casualidad. Nuestros adversarios están preocupados porque saben que Tamaulipas va en camino correcto”. Ya en ese momento se hablaba de una investigación que venía desde 2016.
- Como si no fuera suficiente Cabeza de Vaca agregó: “Usted, presidente, también ha sido atacado”, lo que no causó gracia a Obrador y se notó de inmediato en sus gestos.
- Porque las encuestas para las puestos que van a cambiar en las elecciones de este año ponen al frente al PAN, en prácticamente todos los puestos. Es decir que de seguir así, por lo menos 35 de los 43 municipios estarían gobernados por Acción Nacional. Lo que sería un fracaso para el proyecto del Presidente.
- Porque la única oposición fuerte en el país viene desde el PAN, el partido que ha sido la piedra en el zapato del Presidente y dejarlos avanzar sería un error muy grave si los de Morena quieren seguir conservando el poder.
- Porque AMLO tiene la intención de gobernar todo, de dejar a su partido bien posicionado para que cuando sea el momento de dejar el cargo, se lo entregue a alguien de su entera confianza y siga operando al estilo Carlos Salinas.
Y con todo esto, ¿es venganza o no lo que está haciendo AMLO en Tamaulipas?
