Si el gobierno de la “Cuarta Transformación” quiere erradicar las prácticas de espionaje por las que tanto se han rasgado las vestiduras el presidente y su esposa, debería empezar por su propia casa.
La jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, y la titular de la Fiscalía General de Justicia capitalina, Ernestina Godoy, tienen un juguete para espiar, por el que pagaron 344 millones de pesos el año pasado.
El juguete, que consiste en un sistema de intercepción telefónica a gran escala y un software para analizar metadatos, fue comprado por adquisición directa a la empresa Pixkitec, la cual carece de experiencia en la materia, pues apenas fue constituida en 2019.
De acuerdo con una investigación realizada por Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, el 19 de marzo del 2020 la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México entregó a la citada empresa un contrato por 259 millones 979 mil pesos.
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Y dos meses después, el 29 de mayo de ese 2020, la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México le otorgó a la misma empresa otro contrato, ahora por 84 millones 482 mil pesos, por los mismos servicios: sistema de intervención telefónica y de análisis de metadatos.
El principal socio y apoderado legal de Pixkitec es José María Funtanet Alarcón, quien fuera abogado del ex director general de Pemex, acusado de lavado de dinero y tráfico de influencias.
El sistema de espionaje adquirido por la “Cuarta Transformación” en la Ciudad de México proviene de Israel, al igual que el Pegasus que tanto escándalo ha generado por el hecho de haber sido utilizado durante el sexenio pasado.
El sistema es capaz de extraer las identidades celulares de prácticamente todos los teléfonos ubicados en un área determinada al mismo tiempo, pero también puede ser utilizado en objetivos específicos, interceptar llamadas de voz o mensajes de texto y duplicar cuentas objetivo mediante una contraseña enviada vía SMS. Igual que Pegasus.
El sistema permite además seleccionar un número ilimitado de dispositivos móviles utilizando información del IMEI –el código único que identifica a cada teléfono a nivel mundial– y puede clonar tarjetas SIM. Todo un juguete para espiar.
