En la columna publicada el 11 de diciembre del año pasado, titulada “Al asalto del INEGI”, alertamos que el presidente Andrés Manuel López Obrador preparaba el camino para asumir el control del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Días antes, el Senado había aprobado el nombramiento de Graciela Márquez Colín como integrante de la Junta de Gobierno de este organismo autónomo que tiene entre sus funciones realizar mediciones sobre inflación, crecimiento económico, percepción de inseguridad y corrupción, entre otros rubros.
Conforme a lo previsto, López Obrador decidió hace unos días que Márquez Colín, quien fuera su primera secretaria de Economía, se convierta en la nueva presidenta del INEGI, previa ratificación de mero trámite que hará la Comisión Permanente del Congreso.
Graciela Márquez es una persona preparada para desempeñar el cargo para que el que fue perfilada por López Obrador. El problema es que su cercanía y lealtad hacia el presidente pone en riesgo la autonomía que durante 13 años ha ejercido el INEGI.
López Obrador detesta a los organismos autónomos del Estado precisamente por eso, porque son autónomos. Esa autonomía, valga la redundancia, le impide al presidente controlarlos como él quisiera.
En el caso específico del INEGI, el presidente no debe estar muy contento con los “otros datos” que sistemáticamente ha difundido el organismo sobre la caída del PIB, el repunte de la inflación y el incremento constante de la percepción de inseguridad.
Por eso, desde hace un año, en que se cubrió una vacante en la Junta de Gobierno, López Obrador operó para que llegara a la Presidencia del organismo una persona de su absoluta confianza, comprometida con la autodenominada “Cuarta Transformación”.
La llegada de Graciela Márquez Colín a la Presidencia del INEGI es un paso más en la colonización de los organismos autónomos que ha emprendido López Obrador desde que asumió el poder.
El ungimiento de la ex secretaria de Economía por parte de la Comisión Permanente es inevitable, pues contará con el respaldo de la obediente bancada de Morena y de sus rémoras, que hacen mayoría absoluta.
Pero ya una vez en el cargo, Márquez Colín tendrá la oportunidad de demostrarnos a quienes criticamos su nombramiento que estábamos equivocados y que ejercerá su labor con plena autonomía del Poder Ejecutivo.
Ojalá que así sea.
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OFF THE RECORD
**DAN REVÉS A CUITLÁHUAC
El juez segundo de distrito con sede en Veracruz ordenó la reposición del procedimiento en contra de cuatro personas acusadas de “ultrajes a la autoridad”, ese delito inquisitorio inventado por el gobernador Cuitláhuac García para encarcelar a opositores.
La Fiscalía de Veracruz no ha logrado acreditar que los inculpados hayan cometido tal delito.
Es el primer fallo que pone en entredicho el instrumento jurídico del que se vale Cuitláhuac para reprimir.
Vendrán muchos más.
**ATOLE CON EL DEDO GRINGO
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, le dio atole con el dedo a su similar mexicano, Andrés Manuel López Obrador.
Supuestamente Biden se había comprometido con López a brindar apoyo para llevar “Sembrando Vida” a Centroamérica.
Pero a la mera hora, la ayuda se hará a través de la iniciativa privada de Estados Unidos.
¿Y López Obrador? Calladito.
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