Schettino responde a la crtítica “chaira” tras comparar a Morena con un zoológico

Luego de que durante su participación en el Foro Político de El Financiero, el analista político Macario Schettino aseguró que el partido fundado por Andrés Manuel López Obrador tiene un futuro incierto y lo calificó como “zoológico”, las críticas hacia el periodistas se veían venir.

Este lunes, Schettino respondió a sus detractores, quienes se rasgaron las vestiduras ante la asociación obvia del zoológico con el partido fundado por Andrés Manuel López Obrador.

“No fue la primera vez que dije eso, o algo parecido, pero ahora lo retomó alguna de las cuentas del sistema de redes que tiene Morena, y lo divulgó, afirmando que yo los había insultado con esa frase. Ignoro cómo transformaron la imagen que utilicé (de un grupo demasiado heterogéneo, sin puntos de conexión, ni intereses comunes) en un insulto”, expuso.

Después lanzó “bofetada con guante blanco” al recordar que por décadas, se llamó a los priistas que seguían de forma acrítica instrucciones de su líder “borregos”, y a quienes buscaban a toda costa colocarse junto al elegido, “búfalos”.

Y llegó, finalmente a lo que los “críticos” seguidores de AMLO han planteado en infinidad de posturas: al PRI lo asociaron –y lo siguen haciendo– con dinosaurios.

“El líder único de Morena llamaba a los que llegaban a su partido sin invitación “solovinos”, nombre reservado para perros, y amenazaba con soltar el “tigre” si no ganaba la elección. En Estados Unidos, los Republicanos tienen al elefante como símbolo, y los Demócratas, a un burro”, agregó Schettino.

“Un insulto puede hacerse con alguna de las abundantes palabras destinadas para ello, o haciendo uso de la intención de lastimar, zaherir, humillar. No fue el caso del jueves pasado, ni recuerdo que alguna vez me haya ocurrido en la vida adulta. Es indudable que el sarcasmo puede molestar a muchos, y se confunda con un insulto. En caso de estar interesados en un catálogo de insultos, Gabriel Zaid escribió en junio un artículo reseñando todos los que ha utilizado el líder único, esos sí, con toda la intención de dañar”, puntualizó.

Por supuesto que, existe la coloquial frase de “tómalo de quién lo dice” y eso no excluye a la política, pues el analista también escribió al respecto al referirse que no depende de quien emite, sino de quien recibe, “y más que un tema de agresión, se trata de lo que ahora se llama ´corrección política´”

Un problema, al cual le parece a Macario Schettino está de moda y suprime el diálogo público, y potencialmente un arma contra la libertad de expresión.

Cabe mencionar que, durante el fin de semana, el columnista recibió abundante cantidad de insultos de verdad, propinados por elementos de esas redes de Morena.

“No es la primera vez, ni será la última. Como ya lo he comentado, sólo de ahí he recibido ataques y amenazas por lo que escribo, desde 2005. No soy el único ni mi caso tiene mayor interés. Lo que sí importa es un patrón de comportamiento que creo que debemos hacer evidente: la destrucción de la personalidad”, aseguró.

Asimismo explicó la manera de operar de los “pejebots”. Una cuenta “líder” identifica algo que puede utilizarse contra una persona, inicia un proceso de ataque y es seguida por cientos o miles de otras cuentas, algunas ficticias, que van ampliando la descalificación, tratando de convencer al ciberespacio de que el personaje criticado no merece nada.

Ahí es cuando llega el linchamiento mediático, a lo cual sigue la falta de atención, de respeto, tolerancia y lo peor: dichos y expresiones en contra de la libertad de expresión.

Lo mismo ocurrió al periodista Ricardo Alemán, a Héctor de Mauleón o a Pablo Hiriart, quienes en su crítica al “mesías” ante los gritos de Morena sobre “es un honor estar con López Obrador”, los “chairos” se fueron a la yugular y amenazaron incluso hasta de muerte a los comunicadores por el simple hecho de exponer su forma de pensar.

Los simpatizantes de AMLO no cuestionan, sólo insultan y retoman frases como “borregada” de su pastor y no critican que, López Obrador y sus colaboradores, así como gran parte de Morena son “agregados culturales” de lo que antes llamaron dinosaurios. Pero, ya… se rasgaron las vestiduras cuando los compararon con un zoológico y ahí sí, responden muy a su manera.