No es que René Bejarano, conocido con el merecido mote de “El Señor de las Ligas”, haya regresado a los primeros planos del obradorismo; es que nunca se fue.
Desde la fundación del PRD, Bejarano encabezó la corriente más clientelar de ese partido, creado a partir de una mezcla de lo que quedaba del Partido Comunista Mexicano –que ya se había fusionado antes con otras fuerzas de izquierda– de organizaciones populares y de algunos membretes que presumían ser “socialistas” o “cardenistas”.
Entre quienes llegaron al nuevo partido estaban la dirigente de la Unión Popular Nueva Tenochtitlán, Dolores Padierna, y su esposo, René Bejarano, quien ya tenía varios años de organizar y liderar organizaciones de solicitantes de vivienda, damnificados de los sismos del 85 y comerciantes ambulantes en el entonces Distrito Federal.
Cuando a finales de los noventas Bejarano vio que decaía la figura de Cuauhtémoc Cárdenas, entendió que el PRD necesitaba un nuevo caudillo. Y lo encontró en quien terminaba su gestión como dirigente nacional: Andrés Manuel López Obrador.
En 1999, Bejarano encabezó a un grupo de perredistas que visitó a López Obrador en su domicilio de Tabasco para pedirle que se postulara como candidato a jefe de Gobierno del Distrito Federal en las elecciones que tendrían lugar el año siguiente.
Bejarano lo convenció de que con el control clientelar que él tenía en la capital de la República, y que le había arrebatado al PRI tres años antes, le garantizaba el triunfo aunque el tabasqueño no tuviera arraigo en la capital de la República.
Desde entonces, López Obrador convirtió a Bejarano en su principal operador político. Del 2000 al 2003, el “El Señor de las Ligas” fue la correa de transmisión de las instrucciones del tabasqueño hacia la Asamblea Legislativa, dominada por el PRD y era quien le deshacía cualquier entuerto al jefe de Gobierno.
Bejarano era tan eficiente y tan leal, que López Obrador lo perfiló como líder de la Asamblea Legislativa para el trienio 2003-2006, posición desde la cual siguió operando a favor del tabasqueño.
El esquema se les cayó a ambos cuando surgieron los videoescándalos y Bejarano fue exhibido cuando recibía bajos de dólares del empresario Carlos Ahumada.
Como haría en muchas situaciones similares que se presentaron años después, López Obrador simplemente se lavó las manos y se deslindó de Bejarano, a quien había encumbrado políticamente.
Bejarano pasó a la sombra pero desde ahí siguió operando para López Obrador durante sus 18 años de campaña presidencial permanente y conservó sus cuotas de poder en la capital de la República.
Durante el gobierno de Marcelo Ebrard hubo bejaranistas en cargos importantes dentro del gabinete del jefe de Gobierno y Bejarano mantuvo una presencia importante en varias delegaciones –ahora alcaldías— y en la Asamblea Legislativa, hoy Congreso de la Ciudad de México.
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Cuando Miguel Ángel Mancera asumió la jefatura de Gobierno marginó a la corriente bejaranista de puestos administrativos y legislativos, pero con el surgimiento de Morena y la pulverización del PRD, Bejarano volvió por sus fueros bajo el cobijo de López Obrador.
Ahora, en pleno proceso electoral, las cúpulas de Morena reposicionaron a Bejarano al concederle una gran cantidad de posiciones en las alcaldías de la Ciudad de México, su principal bastión.
Bejarano pondrá candidatos a cinco alcaldías de la capital, entre ellas una de las más importantes, Cuauhtémoc, en donde la candidata será su esposa, Dolores Padierna Luna.
Otro bejaranista muy conocido que resultó favorecido con el dedo encuestador de Morena es Francisco Chiguil, –sobre su espalda carga aún el caso News Divine— quien intentará reelegirse como alcalde de Gustavo A. Madero.
El Consejo Nacional de Elecciones de Morena también le cedió a Bejarano la alcaldía de Tláhuac, con Adriana Guadalupe Espinoza como candidata; Alvaro Obregón, con Eduardo Santillán Pérez, y Coyoacán, con Carlos Castillo Pérez.
Aún falta por definirse las listas de candidatos a diputados federales y locales en la Ciudad de México, pero podemos asegurar que más de un bejaranista estará en los primeros lugares de las listas de los plurinominales.
Y no podemos descartar que uno de ellos sea el propio René Bejarano, a quien su jefe político de siempre, Andrés Manuel López Obrador, intentaría reivindicar con una diputación.
OFF THE RECORD
**”YA CHOLE” CON TANTO ABSURDO
¿Qué le deberá el presidente a Félix Salgado como para defenderlo con tanta rabia?
Estamos hablando del jefe del Estado y del gobierno mexicano defendiendo públicamente a un personaje que, además de las acusaciones de violación, tiene una muy mala fama pública.
Ya “chole” con ese absurdo.
**EL INE Y LAS REDES
Este viernes, el INE difundirá una videoconferencia sobre el uso de las redes sociales por parte de las juventudes y las mujeres candidatas.
Una de las ponentes será la directora de la Colectiva Feminista Luchadoras, Lulú V. Barrera.
La conferencia resulta interesante en momentos en que los talibanes de Morena pretenden amordazar a las redes sociales y en que el mismo partido insiste en postular como candidato a gobernador a un hombre acusado de violación.
O qué, ¿la Colectiva Feminista no dirá nada que decir al respecto?
Correo: [email protected]
Twitter: @pepecontreras_m
