El Diccionario de la Lengua Española define la palabra “tóxico” como algo que contiene veneno o produce envenenamiento. Desafortunadamente, este adjetivo no se utiliza únicamente para una sustancia, sino también al comportamiento de una persona, relaciones o política.
Una persona con un comportamiento tóxico es aquella que tiene una personalidad negativa, es poco empática y afecta a todos quienes tienen la mala fortuna de cruzarse en su camino.
Una relación tóxica produce los mismos efectos del veneno: es una relación destructiva, que a una de las dos partes (o a ambas) les genera tristeza, daño o malestar. Las relaciones tóxicas, no se limitan a las de una pareja, pueden existir entre miembros de la misma familia, amigos, compañeros de trabajo.
La toxicidad también llega al campo de la política. La política tóxica se refiere a los comportamientos y prácticas que son dañinos, divisivos o perjudiciales para el funcionamiento de un sistema político o de la sociedad.
Se manifiesta de diversas formas: campañas negativas, desinformación o “fake news”, polarización, corrupción, intolerancia, discriminación, obstruccionismo, falta de civismo y autoritarismo.*
Al igual que existen venenos con mayor o menor potencia, también existen diferentes grados de daño en un comportamiento, relación o política tóxica que van desde un comentario irritante a palabras que socavan nuestra confianza o conductas hostiles, agresivas y violentas. A bote pronto, uno pensaría que la una relación no puede compararse con la política. Error. Cuando se trata de toxicidad, ambas tienen características y efectos similares. Veamos.
*Algunas definiciones:
- Campañas Negativas: Esto implica que los candidatos o partidos ataquen a sus oponentes con insultos personales, acusaciones falsas o la promoción del miedo en lugar de centrarse en cuestiones de política.
- Polarización: La política tóxica a menudo resulta en divisiones ideológicas extremas, donde las personas en los extremos opuestos del espectro político no están dispuestas a comprometerse o participar en un diálogo constructivo.
- Desinformación y Fake News: La difusión de información falsa o desinformación puede utilizarse para manipular la opinión pública, crear confusión y minar la confianza en las instituciones democráticas.
- Corrupción: La corrupción en la política implica el abuso de poder para beneficio personal, ya sea a través de sobornos, malversación de fondos u otras prácticas poco éticas.
- Obstruccionismo: Los políticos que utilizan tácticas obstruccionistas pueden bloquear o retrasar deliberadamente la legislación o nombramientos, lo que lleva a un estancamiento legislativo.
- Intolerancia y Discriminación: La política tóxica puede fomentar la intolerancia y la discriminación contra grupos minoritarios, lo que conduce a divisiones sociales y conflictos.
- Falta de Civismo: El uso de un lenguaje inflamatorio, insultos y falta de respeto en el discurso político puede erosionar la cortesía y el respeto en el discurso público.
- Autoritarismo: Los líderes que consolidan el poder, limitan la libertad de prensa y reprimen la oposición política pueden socavar las instituciones y principios democráticos.