De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) una vez concluido el confinamiento provocado por la pandemia de COVID-19, será necesario que los países emergentes lleven a cabo una revisión y cambios a los sistemas fiscales.
Dicha medida debe facilitar a las empresas el retorno a la actividad, incentivar la contratación de empleados y favorecer el consumo. El FMI también sugirió que las naciones podrían reducir las tasas de impuesto al consumo y del impuesto de nómina, y brindar la opción de otorgar cupones de consumo sujetos a plazos.
Lo antes mencionado aparece en el capítulo 2 del Monitor Fiscal, donde se especifican las políticas fiscales para la recuperación después de superar la emergencia santaria; asimismo, enfatizaron que la pandemia expuso la vulnerabilidad de las personas de bajos recursos en economías emergentes, así como el fondeo de programas sociales y su instrumentación.
En el caso de México, el FMI señaló que los programas sociales impulsados por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador están fragmentados, registran duplicidad de beneficiarios y carecen de incentivos apropiados.
Dicho análisis también resaltó que la manera en que operan los programas, en plena contingencia, muestran que “la carga fiscal de los apoyos sociales, recae en la redes de seguridad social ya que muy pocos de los pobres están cubiertos por un seguro de desempleo”.
“Los altos niveles de endeudamiento y los crecientes pagos de intereses en los países emergentes exigen que el desarrollo se financie de una manera prudente y sostenible”, expuso el organismo.
Por otro lado, países como México deben esforzarse en lograr más con menos, por lo que aumentar la recaudación tributaria a largo plazo será fundamental.
Dura crítica la que que hizo el FMI a los programas sociales de López Obrador, mismos que cuentan con una gran cantidad de recursos, pero ni siquiera son capaces de cubrir las necesidades básicas de la población más vulnerable; en consecuencia están mal administrados.
Con información de El Economista
