El pasado miércoles 4 de mayo, el presidente Andrés Manuel López Obrador presentó un plan antiinflacionario denominado como Paquete Contra la Inflación y la Carestía (PACIC), con el cual pretende enfrentar el aumento de precios en insumos básicos.
Entre los puntos de este paquete se contempla: el aumento de la producción de granos, el cual será impulsado por el apoyo a la distribución de fertilizantes y los programas “Sembrando Vida” y “Producción para el Bienestar”.
Este rubro se enfocará en tres granos estratégicos: maíz, frijol y arroz y el programa de fertilizantes para el bienestar se extenderá de cinco a nueve estados.
Asimismo, se implementará un programa emergente de producción de fertilizantes orgánicos.
El plan también incluye la creación de una reserva estratégica de maíz con recursos de Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex); precios de garantía en maíz, frijol, arroz y leche; el fortalecimiento del Programa de Abasto Diconsa y Liconsa y el reforzamiento de seguridad en carreteras para evitar el robo de alimentos y de insumos.
Te puede interesar | México ya es el cuarto país con más criminalidad
Efectos de PACIC comenzarán a reflejarse dentro de 12 meses
Sin embargo, la falta de apoyo al campo mexicano podría debilitar este proyecto de la 4T, lo cual complicaría su exitosa implementación
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la producción agropecuaria nacional se redujo un 1.9 por ciento entre enero y marzo de este año frente al trimestre inmediato anterior.
La última vez que el campo mexicano tuvo un arranque de año tan débil como este fue en 2013, cuando iniciaba el gobierno del expresidente Enrique Peña Nieto y cayó 3.1 por ciento tras restar la inflación y estacionalidad.
Pese a que este proyecto de López Obrador busca incrementar la oferta de alimentos producidos en el campo mexicano, diversos especialistas señalaron que sus efectos serán marginales y pueden tardar hasta un año en percibirse.
Plan de la 4T no resuelve los problemas añejos que ha afrontado el campo mexicano
Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA) reportó que la producción nacional de granos básicos entre enero y marzo pasado llegó a 6.4 millones de toneladas métricas, 6.2 por ciento menos que un año atrás.
“En particular, la oferta de maíz mexicano descendió 4.8%, a 5.7 millones de toneladas, por una reducción de 9.3% en la superficie cosechada. México aumenta la importación de granos cada año porque la producción nacional no va acorde con la demanda”, explicó Juan Carlos Anaya, director de GCMA.
En su opinión, el déficit del campo mexicano dificulta el éxito del PACIC, puesto que los productores nacionales toman como referencia los precios internacionales, con el maíz y trigo cotizando en su nivel más alto en la historia a causa de la guerra en Ucrania.
“México es un tomador de precios internacionales, porque es un país deficitario en cuanto a la oferta de agroalimentos”, expuso.
En ese sentido, comentó que en cuanto a granos y oleaginosas, el país cuenta con una autosuficiencia de 57.8 por ciento, por debajo de 75 por ciento, que es la tasa mínima recomendada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por su siglas en inglés)
Por ello, consideró que el PACID puede tener efectos en el campo mexicano hasta dentro de seis, nueve o 12 meses.
Por su parte, la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA) criticó el PACIC al sostener que no resuelve los problemas añejos que ha afrontado el campo mexicano.
En ese sentido, calificó como grave que el actual Gobierno Federal no conozca los problemas que aquejan a este sector.
Por ello, denunció que con este plan antiinflacionario de la 4T no contempla un plan de emergencia, ni recursos extra y mucho menos garantiza una reducción en precios de alimentos, “sino que es más de lo mismo”.
Con información de El Heraldo de Tabasco y El Universal
MSA
