¿Podrá AMLO cambiar la Constitución?

Además de los espacios ganados a nivel federal, Morena también se llevó la mayoría de escaños, tanto en la Cámara de Diputados como en la de Senadores. El PRI cayó al tercer lugar como fuerza política.

De acuerdo con el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP), el partido que fundó hace cuatro años Andrés Manuel López Obrador, obtuvo 218 de las 300 diputaciones federales de mayoría relativa, y en el Senado ganó 24 de 32 entidades federativas.

Con esos resultados, la Cámara de Diputados estará conformada por 218 diputados de la alianza Morena-PT-PES, como primera fuerza, seguida de PAN-PRD-MC, con 67, y PRI-PVEM-Panal con 15, lo que hace un total de 300. Falta aún la distribución de 200 diputados de representación proporcional para sumar 500.

De esta forma Morena obtiene la mayoría simple en la Cámara Baja.

En el caso del Senado de la República, hay que recordar que se compone de 128 integrantes, de los cuales 64 se eligen por mayoría relativa (dos por estado), 32 son nombrados por el principio de minoría y se asignan al partido o coalición que gana el segundo lugar en votos, y finalmente están los 32 llamados de representación proporcional, de acuerdo con las listas que cada partido entregó al INE.
Entre senadores de mayoría y de primera minoría, la alianza de Morena se lleva 54, la del PAN 29 y la del PRI 13.
En total son 96 senadores, pero aún falta la distribución de 32 para reunir 128.

¿Podrá AMLO y Morena cambiar la Constitución?

Nuestra Carta Magna establece que “para que las adiciones o reformas lleguen a ser partes de la misma, se requiere que el Congreso de la Unión, por el voto de las dos terceras partes de los individuos presentes, acuerden las reformas o adiciones, y que éstas sean aprobadas por la mayoría de las legislaturas locales”.

En este punto, cabe hacer mención que aún está pendiente la distribución de diputados locales de representación proporcional. Los congresos estatales son posiciones clave para cualquier partido político, ya que de ellos depende la aprobación del presupuesto de cada entidad, pero también la revisión de las cuentas públicas de los mandatarios locales.

La exigencia de que las reformas o adiciones a la Constitución deben ser aprobadas en primer término por el Congreso de la Unión, y con posterioridad por las legislaturas de los estados, es una exigencia que se estableció por vez primera en la Constitución de 1857, reforzada en 1917, en su artículo 135.

La nueva composición de la Cámara de Diputados, de acuerdo a datos preliminares, no significa que necesariamente tendrán que votar todos los integrantes de la coalición Juntos Haremos Historia en la misma posición.

Además, una mayoría simple se refiere a que, contrario a una mayoría absoluta, no requiere que el cómputo se haga sobre todos los miembros del órgano, sino sólo con los presentes. Tampoco importa el número de abstenciones o ausencias, sino que tendrá la mayoría la opción “a favor” o “en contra” que compute mayor número de votos.

Es difícil que se vote de maner uniforme, toda vez que la coalición que encabeza Morena –como muchas de las presentadas en las pasadas elecciones– se contraponen en ideología y formaron alianzas únicamente para llegar al poder.

Por ejemplo, el Partido del Trabajo está más vinculado a las posiciones de Morena, pero el Encuentro Social no. Sí, es importante tener una mayoría en tema como los presupuestos y la posibilidad de gobernar con armonía, pero habrá que ver a detalle las iniciativas que se vayan presentando para conocer las posiciones de cada uno.

Al no ser una mayoría calificada, que exige un porcentaje especial de votación y la presencia de los legisladores en el Pleno de alguna de las Cámaras del Congreso al momento de tomar una decisión, no será sencillo adicionar, reformar o cambiar la Constitución.