Este jueves, el pleno del Senado de la República recibió de manera formal la iniciativa de reformas al Poder Judicial, que presentó la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), pero que presumió el presidente, Andrés Manuel López Obrador, como suya.
Según el tabasqueño, el objetivo de dichas propuesta es consolidar un sistema legal que combata la corrupción y el nepotismo; algo que, en teoría, ya realiza el poder Judicial, pero con medidas propias.
En otro punto que resalta la iniciativa, misma que fue turnada a comisiones por la Mesa Directiva, se detalla que muchas veces “los jueces sucumben a intereses mezquinos y no siempre se conducen con la ética, profesionalismo, independencia e imparcialidad que deberían observar en sus funciones”.
Los considerados también destacan que varios cargos que deberían otorgarse por meritos se conceden a familiares y a amigos, en un afán de vivir de los recursos públicos antes que servir a la justicia; mientras que el sistema de carrera judicial no ha sido exitoso para definir que quienes llegan a los juzgados sean los más honestos y preparados.
Para López Obrador es necesario que eliminen las desigualdades en el sistema judicial, para que los pobres puedan ser escuchados y sus reclamos sean atendidos. Aunado a que deje de haber desconfianza en los jueces y en la justicia.
Suena muy bonita la iniciativa de AMLO, pero no solo debería fijarse en el poder Judicial para acabar con el nepotismo y la corrupción, pues dentro de su gabinete hay personajes que dan trabajo a sus familiares. Como Manuel Bartlett y Luisa María Alcalde.
Con información de Milenio
