Cómo opositor, Andrés Manuel López Obrador criticó la corrupción que había en las pasadas administraciones, la cual generaba desigualdad y pobreza.
Por ello, prometió que cuando ganará la Presidencia acabaría con este delito, que habría justicia social y que los más desfavorecidos serían su prioridad.
Sin embargo, cómo hemos visto, esto resultó ser una mentira más, pues el movimiento que encabeza resultó peor que las pasadas administraciones.
A lo largo de sus cuatro años de gobierno, el mandatario tabasqueño ha fomentado la opacidad reservando información, emitiendo decretos para declarar como “seguridad nacional” a sus megaobras inservibles; ha atacado y dejado inoperante al Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), planteó desaparecer al Sistema Nacional Anticorrupción (SNA) y ha descalificado a periodistas críticos y ONG’s como Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), y todo con un propósito: para no rendirle cuentas a nadie y los mexicanos no nos enteremos el altísimo nivel de corrupción y criminalidad que hay tanto en su familia como en su gobierno.
Para reflexionar sobre hasta que niveles puede afectar la opacidad de la 4T y las mulas acciones para combatir la corrupción tenemos la columna de Saúl Arellano que se titula “La corrupción tiene nuevas caras”, en donde comenta que este crimen es el principal generador de pobreza en nuestro país.
“Hay numerosas definiciones de corrupción; pero todas ellas apuntan a que se trata de un fenómeno en el cual se hacen o se dejan de hacer cosas, abusando del poder, o utilizando los recursos que están destinados para ciertos propósitos establecidos en ley, al beneficio personal o de grupos específicos, violando con ello el orden jurídico de nuestro país”, escribió.
Asimismo, dio a entender que la corrupción erosiona la democracia, ya que cada vez hay más mexicanos que perciben que los funcionarios llegaron a un cargo público sólo para beneficiarse.
“Y esto por supuesto se vincula con la percepción, captada en diferentes encuestas del INEGI, de que los partidos políticos no tienen otro propósito sino el de llegar al poder para beneficiarse de los recursos disponibles”, indicó.
Por último, alertó que hay nuevas formas de corrupción: la expansión del crimen organizado en todos los niveles de gobierno.
“Los gobernadores, fiscales y jefes de policías que han sido procesados y sentenciados, ya no sólo por recibir sobornos, sino por formar parte de las propias estructuras del crimen organizado”, subrayó.
A continuación puede consultar el texto completo.
Con información de La Crónica
MSA
