El fotógrafo del expresidente Enrique Peña Nieto, Julio César Hernández, se vio en la necesidad de dejar de disparar fotos y guardar la cámara por ahora para conducir una carroza fúnebre ante la pandemia por COVID-19 que se vive en el país.
Sabemos de antemano la crisis que atraviesa México y gran parte del mundo, el confinamiento ha parado gran parte de la economía y esto a su vez, ha orillado a las personas ha buscar opciones para solventar sus gastos diarios.
Este es el caso de Julio César, fotógrafo presidencial en la administración de Peña Nieto quien recorrió junto a él gran parte del país y del mundo, pero que desde el 2019 se quedó sin empleo con el término del sexenio del PRI.
Ante dicha situación, en junio de 2019 una familiar le pidió que se asociaran para poner una funeraria sin saber que este negocio daría un giro rotundamente con la pandemia de coronavirus que se presentaría casi 7 meses después.
Así fue como César, dejó de lado el traje y la corbata para empezar a vestir un uniforme que lo protegiera ante los decesos por coronavirus, por ello, él, junto con tres trabajadores, tuvieron que implementar sus propios protocolos sanitarios para poder trasladar a quienes se convirtieron en los principales clientes: personas fallecidas por covid-19.
Julio César contó a MILENIO que además de ser uno de los dueños de la funeraria, también maneja la carroza que adquirió en Jalisco. Para protegerse utilizan equipo especial además de cubrebocas, guantes, lentes y caretas. Incluso, buscó en internet qué medidas sanitarias utilizan en otros países para retirarse los trajes, sanitizarse y trasladar los cadáveres tanto a crematorios como funerarias.
“También leí como era la forma correcta de retirarte el traje, porque sino te podrías contagiar de covid mientras te lo quitas. Prácticamente lo haces bolita y lo tiras. También leí como era la forma correcta de lavarte las manos, cómo utilizar el desinfectante y el gel antibacterial”, indicó Julio César.
De fotógrafo a conductor de una carroza que traslada cuerpos fallecidos, víctimas por COVID-19 ¿quién lo pensaría?
Admirable su trabajo
