Las evidencias demostraron que la CNTE ya no es capaz de convocar y movilizar a docentes de todo el país. Sin embargo, los maestros disidentes ya encontraron una solución a su problema: se sumaron a otros paros como el que ahora encabezan el IPN y la UNAM.
Como seguramente recuerda, el primer instituto educativo en irse al paro fue el Politécnico Nacional, que ha dejado sin clases a miles de estudiantes desde el pasado 21 de abril.
No obstante, la UNAM no podía quedar fuera de la protesta. Fiel a su costumbre, este martes, el ejército más populista, parista y rijoso de la máxima casa de estudios –los rojillos de la Facultad de Filosofía y Letras– tomaron el plantel y se “solidarizaron” con la causa del IPN.
“Con este paro repudiamos todo acto represivo en contra del magisterio organizado y exigimos la reinstalación inmediata de todos los profesores que han sido cesados a causa de la evaluación punitiva y por luchar en contra de la reforma educativa”, señaló en un comunicado la minoría que decidió cerrar la escuela.
Hasta el momento se sabe que –en el caso de la UNAM– el paro durará 24 horas, mismas que comenzaron a correr esta mañana.
Sin embargo, los pumas convocaron a una asamblea para determinar si existen –o no– las condiciones para ampliar la protesta.
Es así que –en medio de las movilizaciones del IPN y de la FFyL– la CNTE encuentra terreno fértil y avanza en su objetivo: desquiciar el escenario social y político del país con tal de conseguir un sólo fin: una plataforma electoral que favorezca a Andrés Manuel López Obrador.
