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“APARIENCIA:LO MÁS IMPORTANTE DEL POLÍTICO”; ENTREVISTA A DAVID ROSS, FOTÓGRAFO DEL PODER

Llego poco después de la apertura. Sobre un pasillo largo se asoman las puertas del auditorio del Centro Banamex, donde cientos de personas atienden a las conferencias del 4º Congreso Nacional de Marketing Político. Al fondo se asoma la exposición que busco. Me registro y en cosa de minutos ya estoy frente al trabajo de David Ross y de Jorge Sandoval. La exposición: “Los fotógrafos del poder”.

Son obra de Ross y Sandoval algunas de las imágenes más conocidas de la élite mexicana. A Ross lo acompañan cuarenta años de trayectoria y de éstos veinte fueron en compañía de Sandoval. Por esta larga carrera, hoy el Congreso de Marketing político rinde tributo a quien señalan como el fotógrafo de mayor talento en el ámbito político y empresarial. Y ése, por supuesto, es David Ross.

La exposición se compone de no más de 30 fotografías, entre las que destacan el presidente Enrique Peña Nieto, Vicente Fox –escoltado por su gabinete– y el Cardenal Norberto Rivera, vigilado, desde el fondo, por la Virgen de Guadalupe.

Llama la atención atención ver, en un cartel tipo collage, las imágenes de decenas de políticos que fueron retratados en la cima de su carrera y que hoy, por el contrario, se refocilan en la sima del descrédito. Marcelo Ebrard y René Bejarano son sólo dos de esos personajes que, de ser retratados hoy, darían un imagen post mortem politicam.

Ross –me dirá más tarde– es un ingeniero civil que, casi por inercia, aunque no sin voluntad, llevó su carrera hacia la fotografía y se encumbró a partir del retrato político. Así como alguien tiene un Picasso o un Velázquez, las imágenes de Ross han creado su propia marca. “Tengo un Ross”, se dice.

En las fotografías de David Ross abundan las de plano medio –de la cabeza a la cintura–, plano medio corto –del pecho hacia la cabeza– y de primer plano. Las hay también de plano americano, aunque ésas en menor cantidad. Noto que una constante de los retratos políticos es el juego con las perspectivas: al frente, el político con su mejor rostro –un rostro que te llame a votar, asegura Ross– y, al fondo, un elemento que lo caracterice y que, a la vez, deje ver el poderío y la posición de la persona. Rivera Carrera frente a la Virgen de Guadalupe, Enrique Peña Nieto escoltado por la bandera nacional, César Camacho y el CEN del PRI en el paisaje…

Pero la especialidad de David Ross son los retratos en fondo negro. Los famosos Ross, donde igual figuran Carlos Slim que la premio Nóbel de la Paz Rigoberta Menchú.

Fotografía: David Ross
Fotografía: David Ross

Justo al llegar a las últimas fotografías –Peña Nieto, Eruviel Ávila– la quietud con que las había disfrutado se termina. Sale del auditorio la grey de líderes y buscan, ansiosos y llenos de ruido, un café o un refresco. Charlan entre ellos y se fotografían. Algunos revisan su teléfono y otros, con prisa, echan una mirada a la exposición. Todos, al parecer, saben quién es David Ross.

Agobiado, me retiro sorteando la grey de líderes. Busco un lugar más quieto, un asiento, y espero la llegada del celebrado. La entrevista se llevará a cabo antes de la una de la tarde, cuando Ross tendrá su reconocimiento.

Alrededor de las 12 del día, regreso a la exposición y encuentro a Jorge Sandoval. La grey ha vuelto a sus conferencias; el pasillo está desierto. Saludo a Sandoval y me dice que, tan pronto como Ross llegue, le hablará de la entrevista. Unos minutos después, Ross aparece con un sombrero negro que hace juego con su traje. Sabe que es su día; en realidad, todos saben que es su día; saludos por aquí y por allá. Ross contesta a todos y sonríe; posa para la foto y se pasea en su exposición. Con cámara en mano, toma fotografías de su propio trabajo para  “ajustar el ojo humano”, como dice. Acepta sin problemas la entrevista y comenzamos la charla. “Sé concreto”, le dice Sandoval a Ross; éste se burla. Al parecer, le gusta hablar y soltar bromas a destajo. Se agradece su buen humor.

Le explico que el ángulo de la entrevista será el político. Pero antes –le digo– me gustaría tener algunos antecedentes, cómo empezó su carrera.

–Yo nací en una rivera del Arauca vibrador… ¿o más adelante? Mi inicio es una historia, una historia muy larga. ¿Qué te puedo decir en breve? Yo estudié ingeniería civil. Después, me dieron una gran oportunidad en la iniciativa privada. El trabajo era una mezcla de mis conocimientos técnicos y una cosa nueva para mí: me dieron el puesto de jefe de un departamento técnico y promoción. La parte técnica la dominé muy fácilmente. Y luego me fui adentrando en la parte de promoción y de mercadotecnia. Me llamó mucho la atención. Hice una maestría en Mercadotecnia y tuve puestos importantes en el área. Aprendí a hacer cosillas ahí y busqué qué podría darme proyección para mi vida futura. Encontré un nicho en hacer informes anuales de empresas muy prestigiosas. Antes se hacían informes. Ahora ya abres el internet y te sale todo. Pero en esa época no había eso y lo que se tenía que hacer eran libros, un librito de mucha calidad, a todo color y con impresiones muy finas. Algunas empresas mandaban imprimir esos reportes a Japón o a Houston. Yo me organicé para hacer todo en México, pero lo que no había eran fotógrafos industriales. Y como yo soy aficionado a la fotografía desde los 8 años, pues… Lo que hice fue meterme de fotógrafo industrial. Aprendí mucho. Tuve muy buen equipo para hacer este tipo de trabajos:  tenía imprenta, tenía traductores, tenía redactores. Fue una época muy buena para mi empresa. Y resulta que yo ya tomaba muy buenas fotos industriales y me empezaron a llegar fotos de los capitanes de industria. Eran muy malas; eran muy criticables. Yo me dije: eso del retrato siempre ha sido un problema muy serio. Me mandaban unos retratos pésimos y sabía que yo los podía hacer mejor. No pasó mucho tiempo cuando ya tenía el 80% de capitanes de industria retratados. Y resultó que luego ya no hacía los informes anuales, pero sí me llamaban los capitanes porque veían las fotos que yo había tomado para los presidentes de otras compañías. Así retraté a Lorenzo Servitje –dueño de Grupo Bimbo–, a Lorenzo Zambrano –presidente de CEMEX–, a Crescencio Ballesteros –dueño de GMD–, a Bernardo Quintana –reconocido Ingeniero Civil–, a Rómulo O’Farrill –empresario de medios–. Todos ellos. Después retraté a Isaac Chertorivski, que era el presidente de Bacardí. Isaac Chertorivski era amigo de un político muy prominente y, cuando el político se quiso lanzar como candidato de su partido, entonces Chertorivski le dijo: “lo primero que necesitas es una buena foto y para una buena foto no hay nadie más que David Ross”. Y así me empecé a meter en la política. De ahí vino (Manuel) Bartlett y todos los políticos que siguen en el candelero desde hace 40 años; todos pasaron por mi cámara. Y de ahí pa’l real.

No podía quedarme con la duda. Era de ésas que queman. ¿Quién era el político prominente del que hablaba?

–Era Beltrones. Sí. Él era el que quería ser gobernador de Sonora. Bueno, desde antes. Él quería otro puesto. No me acuerdo. Creo que era candidato a Senador. Pero él fue el primero político al que fotografié. Eso tiene 40 años. No recuerdo bien en qué estaba Beltrones hace cuarenta años.

Y en esos cuarenta años, México ha cambiado. Pasó de un régimen de autoritarismo hacia una transición democrática que sigue en curso. ¿El trabajo de David Ross, cuya lente ha sido testigo de los cambios, refleja ese cambio?

— Hay varias cosas. La mercadotecnia política se ha desarrollado muchísimo. Es una actividad. Bueno. No creo que deba llamarse “mercadotecnia política”, porque es una diferencia enorme, grandísima, la de promover un producto a promover una persona o a un candidato. Un producto es como es y no se deteriora. No se puede deteriorar a sí mismo. En cambio, una persona se puede deteriorar con muchas cosas. Tú pocas veces deterioras a un producto con una mala fotografía, pero a una persona sí la puedes deteriorar con una mala fotografía porque le puedes quitar su credibilidad, la puedes hacer vulnerable. Esto es muy importante. Yo he visto cómo a políticos carismáticos, a políticos líderes, a políticos triunfadores y simpatiquísimos los sacan como bobos, los sacan como tontos. Pusilánimes, sin ánima, sin alma, sin espíritu, sin propósito, sin entusiasmo.

¿Y cómo evitar esto?, ¿qué hace Ross para que sus retratos no adolezcan de esos defectos?

–Es muy difícil retratar a una persona. Si el fotógrafo se espanta frente a una persona… Imagínate a la gente que yo he tenido enfrente. Muchas veces, me llevan los empleados temblando a retratar al presidente de la compañía. Yo no puedo tenerles miedo. Si se lo tengo, automáticamente pierdo mi autoridad. Con una reacción de debilidad, pierdo el poder y la autoridad que me da la cámara. Yo los tengo que dominar. Les digo: “hagan esto, hagan acá”, y tienen que obedecerme. El fotógrafo con su cámara es quien da las instrucciones. Entonces, si un fotógrafo teme a la persona y la persona teme a la cámara, el resultado es fatal. Retratas tu miedo, retratas el miedo de la persona. Proyectas los dos miedos y las inseguridades. El fotógrafo tiene que ser el director. Las instrucciones son precisas y el otro debe obedecer.

Para obtener las mejores fotografías, David Ross cuenta que él da un relajamiento –que no masaje– a base de presión en puntos que son dolorosos a través de los meridianos de la energía. Cuenta Ross.

–Una vez le di este tratamiento al general Rafael Macedo de la Concha y, cuando le entregué la foto, me dijo: “Muchas gracias, maestro. Tengo mucho que aprender de usted”. Me llamó mucho la atención, porque qué puede un hombre como él, de su magnitud, de su lugar en la política, aprender de una persona como yo. Y le pregunté: “¿qué puede usted aprender de mí?”. La respuesta del general fue: “Yo estoy formado como militar y me es desagradable que una persona se me acerque y me toque. Y usted se me acercó. Quise rechazarlo, pero lo vi tan decidido, tan profesional, tan determinante, que yo cedí. Y eso es lo que tengo que aprender de usted: esa seguridad en sí mismo, en lo que hace, y ese convencimiento de que lo que hace está bien y tiene un propósito. Me relajó y me relajó muy bien. Y yo salí admirablemente en el retrato.

Como ya se dijo, el contexto político de México ha cambiado radicalmente en los 40 años que David Ross ha dedicado a la fotografía. Las formas como se hacía política no son las de ahora y, del mismo modo, las campañas electorales dejaron de ser un trámite para el candidato oficial y se convirtieron en una verdadera competencia. Así, surge la pregunta, ¿han cambiado los elementos del retrato político en todo ese tiempo?

–Los políticos siguen siendo los mismos. Ellos son los únicos que no cambian –bromea–. Mire, el retrato político debe reflejar fuerza y determinación. Debe reflejar el carisma de la persona. Si no lo logra, el retrato político no sirve –enfatiza–. Tiene como responsabilidad propia atraer la atención de la gente. Es su obligación. Muchos consultores creen que el retrato político es una fotografía como la que sacan en el Wal-mart o el de la identificación. Eso no es cierto. Usted llene la ciudad con fotos del Walmart y verá cómo no hay resultados. Lo que importa es la mirada. Que atraiga con esa fuerza. Que sea un imán para que todo mundo la vea. Debe tener el entusiasmo que dé una sonrisa natural. Debe tener bonomía. La palabra bonomía viene de “buen hombre”. Entonces la gente dice: “ah, éste cae bien”. Importa también la resonancia, que es la misma vibración de un político con la vibración de la gente. La discordancia, por lo contrario, es la antipatía que genera alguien. “Chin, ya se acabó la fiesta”, diría usted cuando llega alguien que no le cae bien. Ésos son los elementos que todo retrato político debe tener. Son los mismos desde siempre. La fuerza, la bonomía y la resonancia.

Además de políticos y empresarios, David Ross ha fotografiado todo tipo de artistas y personalidades. Rigoberta Menchú, Hugo Sánchez y Ramón Vargas son dos ejemplos. ¿Hay alguna diferencia entre los objetivos del retrato político y otro tipo de retratos?

Fotografía: David Ross
Fotografía: David Ross

–La esencia es lo mismo. Si yo tomo un artista y lo saco como menso, logra esa proyección. Pero si retrato su carisma y atrae, es lógico que va a llamar la atención. Por ejemplo, yo retraté a doña Rigoberta Menchú. Una fotografía fenomenal de Rigoberta. La tiene en todas las embajadas de Guatemala del mundo. Pero la historia es que, cuando escribió su libro, ella me dijo que querían poner algo más coloquial, no un retrato, pero que se decidieron por mi fotografía porque se probó que la imagen aumentaba considerablemente las ventas. Y, del mismo modo, un buen retrato de candidato aumenta el número de votantes. Nosotros hemos tenido la suerte de revertir pérdidas. La gráfica iba para abajo en muchas ocasiones y, con una buena fotografía, la tendencia cambia, se va para arriba y el candidato gana la elección. Tengo testimonios de directores de campaña que lo sostienen así.

Dicen por ahí que no se ha de pedir peras al olmo y para nadie es un secreto que muchos políticos llegan a su cargo por el favor. Y no por el favor divino, sino por el político. Así , sin ningún tipo de carisma o liderazgo, cualquier día aparece un mal candidato en el estudio y necesita un retrato para su campaña política. ¿Qué hace David Ross en esos casos?, ¿cómo logra mostrar como líder al político?

–Es obligación del fotógrafo sacar el liderazgo del político. Fotógrafo que no lo logra, no debería dedicarse al retrato político. Es muy fácil. Para sacar coches, llaman a un fotógrafo de coches. Para un desfile de modas, no se busca al fotógrafo de quinceaños. Entonces, cada tipo de fotografía debe realizarse por un experto. Un fotógrafo de retrato político no puede salir con que “yo tomé a este señor y me salió medio líder, me salió medio inteligente o medio carismático o medio simpático”. Eso no puede ser. Es deber del fotógrafo lograr la fotografía perfecta.

¿Y qué casos difíciles se ha encontrado David Ross en sus cuarenta años de carrera?

Difícil es cuando las personas se ponen difícil. Sólo he tenido dos casos en mi vida, pero es responsabilidad del fotógrafo saberlo manejar. Es parte del trabajo, como para el torero hay bestias más difíciles que otras. Pero el resultado siempre debe ser bueno. Le cuento una historia. Retraté a un expresidente. Julio María Sanguinetti, dos veces presidente de Uruguay. Estaba de muy mal humor cuando llegué a su hotel. Tuve un salón para montar. Él llegó donde tenía que retratarse y lo vi de pésimo humor. “¿Qué le pasa, presidente?”, le pregunté. me explicó que, como Presidente de Uruguay, había tenido una miriada de fotógrafos y un nuevo retrato le parecía absurdo, porque fotos le sobraban.  El retrato que yo debía hacerle era un regalo que aceptó por obligación. Eso lo puso de mal humor. Era una persona muy decente, pero yo interpreté su actitud como “tómeme la foto y a volar”. Y vea el resultado.

Julio María Sanguinetti
Fotografía: David Ross

Para concluir, no podía olvidarse una pregunta esencial. ¿Qué opinión tiene David Ross del retrato político en la actualidad?, ¿cuál es su perspectiva?

–Lo que yo he visto es que los mercadólogos políticos saben mil cosas. Estadística, investigación de operaciones, teoría matemática de los juegos. Pero les falla todavía lo primero que debe hacerse para una campaña política. Y eso es el retrato político. Les falla mucho. No saben. Y la prueba de que no saben es que ellos mismos se promueven con pésimas fotografías. Se acercan muchos mercadólogos y nos dicen: “yo no tengo una buena foto”. Y nosotros les preguntamos que cómo no tienen una buena foto si han tomado –supuestamente– 300 fotos de 300 candidatos cuyas campañas han manejado. ¿Cómo no tienen un buen fotógrafo? Eso no lo puedo creer. Es muy importante esto. Escribió una cartita Quinto Tulio Cicerón a su hermano Marco Tulio Cicerón cuando éste se lanzó como candidato. Esto fue 64 años antes de Cristo y, aunque es un documento actual, no lo conocen los mercadólogos. En ella, Quinto le dice a su hermano que es más importante la apariencia de un candidato, que todas las cualidades que pueda tener. Eso dice Quinto Tulio Cicerón y es la verdad. También Maquiavelo, en el Príncipe, habla del tema de la apariencia. Dice que, para que un príncipe se haga vulnerable y pierda su poderío, su autoridad y la confianza de todos, debe aparecer pusilánime. Pusilánime es una palabra muy completa: sin ánima, sin  alma, sin contenido, sin fuerza, sin entusiasmo. El líder debe tener una vida muy intensa, una vibración muy fuerte que debe transmitirse. Todos los demás se sienten atraídos por él y doblegados. Impone orden. Y eso es lo contrario de lo pusilánime. Si una campaña comienza con una fotografía pusilánime, pueden estar las mejores estrategias, los mejores resultados matemáticos, pero ese candidato no tendrá repercusión, la gente no va a votar por él. Lo más importante para una campaña es un buen retrato político. Y en estos tiempos de redes sociales, una mala imagen puede destruir la campaña.

David Ross

De nada sirvió la reunión de EPN con los padres

Este jueves, el presidente Enrique Peña se reunió con los que dicen ser padres de los 43 normalistas desaparecidos.

En el encuentro participaron 110 personas del lado de las “víctimas” y 13 funcionarios del gobierno federal.

En el evento también estuvieron presentes los peritos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, quienes agradecieron al presidente por incluir su reporte en el expediente de la PGR y también a los funcionarios que hicieron posible su investigación.

Por cierto, al menos cuatro padres de familia se quedaron dormidos durante las 22 intervenciones.

Por eso preguntamos, ¿de qué sirvió esta reunión? Aquí creemos que sirvió de muy poco. Incluso podríamos decir que sirvió de nada.

Sirvió de nada porque el escandaloso informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos no es más que una opinión. Es decir, carece de validez legal.

Sirvió de nada porque la fiscalía que anunció el presidente Enrique Peña es la misma Procuraduría General de la República. Es decir, el caso lo atenderá la misma dependencia.

Sirvió de nada porque, como explicó el Doctor Samuel González Ruiz –ex asesor de la ONU–, a La Otra Opinión; para que el peritaje de la CIDH tuviera validez era necesario que se constituyera un colegio de peritos para evaluar sus hallazgos. No obstante, los “expertos” prefirieron acudir a los medios y destapar el escándalo frente a las cámaras.

Sirvió de nada porque toda víctima que pretenda recibir las prerrogativas de ley tiene que ser identificada. Es decir, que si los padres de los 43 no han presentado las actas de nacimiento de sus hijos, no existen las víctimas y no existe un caso legal.

Sirvió de nada porque el trabajo del grupo de “expertos” de la CIDH está marcado por el conflicto de interés en que incurrió el titular de la dependencia: el señor Emilio Álvarez Icaza. Y es que, como ya se explicó en este espacio, la normativa de la OEA obliga a sus funcionarios a excusarse de participar en cualquier caso vinculado con sus países de origen. Algo que, sobra decir, no ha hecho Álvarez Icaza.

Y sirvió de nada porque, al final del día, el presidente no se reunió con víctimas. En realidad, Peña Nieto se encontró con acarreados, con titiriteros y con vividores de la protesta.

Rodrigo Medina, otro gobernador que se va entre escándalos

Ayer, el todavía gobernador de Nuevo León, Rodrigo Medina, presentó su sexto informe de gobierno.

Si bien el gobernador reconoció que tuvo aciertos y errores…

Si bien Rodrigo Medina aseguró que deja un Nuevo León que va por el camino correcto con crecimiento, gobernabilidad y paz social.

Si bien deseo que a su sucesor, Jaime Rodríguez El Bronco, le vaya bien…

Lo cierto es que la oposición tundió a Rodrigo Medina…

De acuerdo con el grupo legislativo del PAN, el gobierno de Medina será catalogado como el “peor y más corrupto gobernador en la historia de Nuevo León”.

Los diputados del PAN emitieron declaraciones como: “Esperemos que se quede a radicar por estas tierras, señor Gobernador, porque le aseguro que el órgano fiscalizador de esta soberanía lo requerirá no una sino varias veces, pues es mucho lo que tiene que explicar”

Marcelo Martínez, diputado panista, aseguró que el gobernador deja a un Nuevo León quebrado, con una deuda de más de 60 mil millones de pesos, más 21 mil millones de pesos de los órganos descentralizados “y lo que falta de destapar”.

¿Cómo entender este reclamo?

Sobra decir que el gobernador Rodrigo Medina no hizo lo que debía y dejó muchos cabos sueltos.

Pero el asunto es más grave si consideramos que, igual que Rodrigo Medina, los gobernadores que dejaron el cargo en semanas recientes han salido en medio de escándalos.

Por ejemplo, el gobernador panista Guillermo Padrés en Sonora, el gobernador panista Marcos Covarrubias en Baja California Sur y el gobernador priista en Colima, Mario Anguiano, quien todavía no se va del puesto y ya lo acusan de multiplicar la deuda estatal.

¿Qué significa el cochinero que dejan los gobernadores que van de salida? Y más importante, ¿quién los sancionará? ¿quién evitará que los que llegan cometan las mismas faltas?

¿Cierran la pinza sobre Guillermo Padrés?

¿Se acuerda que el 18 de agosto, el que fuera coordinador de la línea telefónica “Protege en Sonora”, Vladimir Alfredo Arzate Carbajal, confesó haber cobrado hasta 20 mil dólares por dar en “adopción” a un recién nacido.

¿Se acuerda que a pesar de esta confesión, un juez otorgó libertad bajo fianza a Arzate Carbajal. Quien por cierto, se encuentra prófugo de la justicia.?

¿Se acuerda que a raíz de estas declaraciones, salió a la luz una red de tráfico de menores que incluye a funcionarios del sector salud y del DIF estatal?

¿Y se acuerda que el pasado 11 de septiembre, el presidente de la Comisión de Derechos Humanos de Sonora, Raúl Ramírez Ramírez, confirmó la venta de 17 menores?

Pues hoy nos enteramos que la Procuraduría General de la República ejerció su facultad de atracción en la probable comisión de delitos de Sustracción y Tráfico de Menores en Sonora.

Según se dijo, la dependencia que llevará el caso es la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada y la indagatoria se integró en contra de Vladimir Alfredo Arzate Carbajal y de su cómplice José Hernández López.

Por eso preguntamos, ¿se cierra la pinza sobre el ex gobernador Guillermo Padrés?

Oaxaca y la Corte. Una vergüenza

Este jueves, el pleno de la Suprema Corte de Justicia aprobó la controversia constitucional 38/2014 en contrade los poderes Ejecutivo y Legislativo de Oaxaca.

De acuerdo con el dictamen, la Corte reconoció la omisión legislativa en materia de educación por parte de los poderes ejecutivo y legislativo del estado de Oaxaca.

En consecuencia –según los ministros–, el Congreso y el Ejecutivo oaxaqueños deberán subsanar el daño –mediante la emisión de las leyes secundarias educativas correspondientes–, a más tardar en el siguiente período ordinario de sesiones.

Cabe señalar que en abril de 2014, el gobierno federal presentó una controversia constitucional en contra del gobierno de Oaxaca por el incumplimiento de la armonización de las leyes educativas.

Por donde se vea, es una buena noticia que la Suprema Corte de Justicia meta en cintura al gobierno de Oaxaca, al Congreso oaxaqueño y a todos los responsables que –desde el servicio público–, han solapado la falta de clases en buena parte del estado.

Sin embargo, resulta doloroso, vergonzante y molesto que la Corte tenga que corregir la plana al gobierno omiso de Oaxaca. Es decir, que se antoja indignante y lastimoso que los gobiernos estatales necesiten la presión del Poder Judicial para hacer su trabajo.

¿Qué tiene que ocurrir en un Estado para que los responsables de redactar y aplicar la ley sean sancionados por no hacer ni aplicar la ley? ¿de qué tamaño es la crisis en Oaxaca?

Abusan de niños en nombre de Ayotzinapa

Hace días comenzó a circular un video en donde un grupo de alumnos de alguna escuela de Tepic, Nayarit canta a los 43 estudiantes desaparecidos.

Con la tonada del clásico Llorona, estos niños lamentan que en el país no estamos completos pues nos faltan 43. Además, aseguran que el gobierno corrupto los quiere desaparecer.

Durante los dos minutos de la grabación, se escucha a un puñado de niños repetir una canción que evidentemente no entienden.

Durante los dos minutos del video, estos pequeños exhiben la grosera manipulación –política y mediática– que ya distingue a la masacre de Iguala.

Durante los dos minutos del video se aprecia un grosero abuso de estos menores de edad.

Y es que, podrán decir misa, pero un grupo de niños entiende muy poco de lo ocurrido en Iguala. Un grupo de niños entiende muy poco de lo que implica la desaparición de 43 normalista. Un grupo de niños entiende muy poco de las redes de colusión que existían entre el crimen organizado y el gobierno de Iguala. Un grupo de niños entiende muy poco de la crisis política y social que vive Guerrero.

Por lo anterior, sólo queda exponer, denunciar y reprobar la grosera manipulación de los adultos que –con saña y una gran irresponsabilidad–, usan la imagen de los niños para difundir su mensaje de ignorancia, maniqueísmo y perversión.

¿Qué va a entender un niño si lo obligan a repetir que un gobierno corrupto lo quiere desaparecer? ¿cuál será la imagen que tendrá ese niño de las autoridades? ¿cómo crecerá un pequeño al que, desde muy joven, le inculcan ese temor y esa imagen torcida del Estado?

Nadie duda que la autoridad está plagada de manzanas podridas. No obstante, eso no justifica la torcida manipulación de estos menores.

¿Dónde están sus padres?

¿Dónde están los directivos del plantel?

¿Dónde están los supervisores?

¿Dónde está la SEP?

¿Dónde están las comisiones de derechos humanos?

¿Dónde las organizaciones de defensa de derechos infantiles?

¿Por qué nadie reclama por este grosero ejercicio de manipulación?

¿Por qué nadie exige que cese este penoso adoctrinamiento?

¿Qué diferencia existe entre usar a estos niños para repetir mentiras y quienes los usan para matar, como los niños sicarios o los niños del Estado Islámico?

¿Qué diferencia existe entre poner a los niños a cantar esta aberración y mandar a niños a las marchas de la CNTE y usarlos como escudo humano?

Agrandar

Algo está pasando. Gamés recibe en su Gilmail insistentes mensajes para agrandar su pene. ¿Por qué han elegido a Gilga como destinatario de sus comunicaciones? Sólo Dios lo sabe. Las sugerencias provienen de un sitio llamado SúperPene, “el mejor suplemento natural para agrandar el miembro viril masculino”. Así dice el comunicado y convoca al primer problema serio: ¿hay acaso un miembro viril femenino? Quizá ya existe y Gamés en la Luna de Valencia.

Al tiempo que anuncian el suplemento natural para el alargamiento peneano (gran palabra), el boletín SúperPene da noticias e informa a los lectores curiosos. Uno de esos documentos se llama así: “Tu miembro viril tiene mente propia”. Gil caminó sobre la duela de cedro blanco y caviló: mente propia, ¡canastos! Si hay editoriales independientes, periodistas independientes, artistas independientes, por qué rayos no habría también penes independientes.

Oigan esto: “De la misma forma que el pene se pone duro sin tu consentimiento, también se contrae. ‘El pene flácido varía de tamaño considerablemente en la misma persona’ -dice el médico urólogo Drogo Montague de la Clínica Cleveland-. La exposición al agua o al aire frío provoca que el pene se contraiga. Esa es una reacción del sistema nervioso simpático”. El urólogo de Cleveland ha hecho un gran descubrimiento, tal vez los suecos le otorguen el Nóbel por esta revelación. Por cierto, Drogo Montague parece nombre de albur, mejor debería firmar como Oliver Ghon, o si fuera latinoamericano podría llamarse Aquiles Baeza, o éste, de un reputado urólogo peruano: Carmelo Tallas descubrió que su paciente Agapito López Cavas sufría por el tamaño de su pene y entonces ingirió el suplemento natural y su vida cambió para bien y para siempre.

Fractura

Otro de los boletines que Gamés ha recibido de estas personas que lo han elegido como uno de sus destinatarios ofrece consejos para no sufrir una fractura del pene. Gil no sabe mentir, SúperPene informa: “las fracturas de pene son raras, pero suelen suceder. Cuando esto sucede se puede escuchar claramente el crujido, después el miembro viril se pone muy oscuro o azul. Se experimenta un dolor terrible y en algunas ocasiones sangra. La fractura peneana es rara y les ocurre a hombres jóvenes porque sus erecciones suelen ser muy rígidas”.

Se oyó un lamento desgarrador en el amplísimo estudio: ay, mis hijoos fracturados. Dios nos libre de semejante catástrofe. A Gilga apenas lo tranquilizó el hecho de que sean los jóvenes quienes más sufren de esas fracturas, y es que los jóvenes creen saberlo todo, merecido se lo tienen, en fon.

En SúperPene ofrecen un consejo para evitar la ruptura terrible: “no uses tu órgano viril de forma muy ruda”. Gil se devana los sesos: ¿Qué es rudo? La imaginación de Gilga voló y pensó en el patio escolar, ese lugar del pasado en el cual todo conservaba un doble sentido: si se hablaba de comida alguien proponía unas pellizcadas de chorizo, picosos sopecitos del famoso chorizo toluqueño; si se hablaba de calles, a usted lo esperaban en Lago Antaras número ocho; si se hablaba de medicinas, a usted le recetaban Dameltrozol, una dosis diaria, o Alanován, ungüento.

La víbora

SúperPene manda dos o tres comunicaciones diarias. La última dejó estupefacto a Gamés: “Científicos descubren víbora con apariencia de pene humano”. Gil leyó con los ojos de plato: “El biólogo Julio Tupan descubrió la víbora-pene en Brasil mientras unos ingenieros construían un dique en Madeira, Rondania”. Ya todo adquiere la apariencia de un albur, en fon, Gil se sabe el camino, pero por atrás, o como se diga. La víbora cara de haba debe ser peligrosísima.

Volvamos al punto. Los editores de SúperPene trabajan sin cesar y el Gilmail padece insuficiencia estilística: alargamiento, agrandamiento, ensanchamiento. La lectora y el lector atentos se preguntarán cuál es el suplemento natural que recomiendan los editores de Súperpene. De momento, Gil no revelará el nombre del producto.

Sí, los viernes Gil toma la copa con amigos verdaderos. Mientras los meseros se acercan con las charolas que soportan las botellas de Glenfiddich, Games les recuerda que si se saca el gordo, él invita. Qué o qué.

Gil s’en va.

Tomado de El Financiero

 

Discurso histórico en el Capitolio

Francisco se convirtió esta mañana de jueves 24 de septiembre de 2015 en el primer Pontífice en hablar ante el Congreso de Estados Unidos de América.

Fue un discurso histórico de 52 minutos, fue interrumpido varias veces con aplausos…, a muchos republicanos no les gustó, pero fueron muy respetuosos… Los legisladores escucharon atentos el largo y apasionado discurso en inglés..

Fue recibido con un largo aplauso, y con todo el protócolo del Congreso….

“Les agradezco la invitación que me han hecho a que les dirija la palabra en esta sesión conjunta del Congreso en la tierra de los libres y en la patria de los valientes”, y le ganó un aplauso largo..

Realmente para muchos fue un mensaje incómodo: “Hagan ustedes con los demás como quieran que los demás hagan con ustedes”, les dijo de frente.

El papa jesuita se presentó como “hijo de este gran continente” y habló de todos los temas, a saber: cambio climático, redistribución de la riqueza, regulación de la inmigración, política exterior, libertades, venta de armas, aborto, y de la familia.

Francisco pidió que la respuesta hacia la llegada de inmigrantes sea “humana, justa y fraterna”, y abogó por la abolición de la pena de muerte. Un mensaje muy claro para los Repúblicanos

Abraham Lincoln, Martin Luther King, Dorothy Day y Thomas Merton, fueron su inspiración…

“Tres hijos y una hija de esta tierra, cuatro personas, cuatro sueños: Abraham Lincoln, la libertad; Martin Luther King, una libertad que se vive en la pluralidad y la no exclusión; Dorothy Day, la justicia social y los derechos de las personas; y Thomas Merton, la capacidad de diálogo y la apertura a Dios.“

Fue certero y elegante en sus críticas.

Seguramente habrá muchas reacciones, y comentarios..

 

Este es el histórico discurso que pronunció ante los representantes de los estadounidenses:

En español, gracias a la agencia católica ACI.

 

Señor Vicepresidente,

Señor Presidente,

Distinguidos Miembros del Congreso,

 

Queridos amigos:

 

Les agradezco la invitación que me han hecho a que les dirija la palabra en esta sesión conjunta del Congreso en «la tierra de los libres y en la patria de los valientes». Me gustaría pensar que lo han hecho porque también yo soy un hijo de este gran continente, del que todos nosotros hemos recibido tanto y con el que tenemos una responsabilidad común.

Cada hijo o hija de un país tiene una misión, una responsabilidad personal y social.

La de ustedes como Miembros del Congreso, por medio de la actividad legislativa, consiste en hacer que este País crezca como Nación. Ustedes son el rostro de su pueblo, sus representantes. Y están llamados a defender y custodiar la dignidad de sus conciudadanos en la búsqueda constante y exigente del bien común, pues éste es el principal desvelo de la política.

La sociedad política perdura si se plantea, como vocación, satisfacer las necesidades comunes favoreciendo el crecimiento de todos sus miembros, especialmente de los que están en situación de mayor vulnerabilidad o riesgo. La actividad legislativa siempre está basada en la atención al pueblo. A eso han sido invitados, llamados, convocados por las urnas.

Se trata de una tarea que me recuerda la figura de Moisés en una doble perspectiva. Por un lado, el Patriarca y legislador del Pueblo de Israel simboliza la necesidad que tienen los pueblos de mantener la conciencia de unidad por medio de una legislación justa. Por otra parte, la figura de Moisés nos remite directamente a Dios y por lo tanto a la dignidad trascendente del ser humano. Moisés nos ofrece una buena síntesis de su labor: ustedes están invitados a proteger, por medio de la ley, la imagen y semejanza plasmada por Dios en cada vida humana.

En esta perspectiva quisiera hoy no sólo dirigirme a ustedes, sino con ustedes y en ustedes a todo el pueblo de los Estados Unidos. Aquí junto con sus Representantes, quisiera tener la oportunidad de dialogar con miles de hombres y mujeres que luchan cada día para trabajar honradamente, para llevar el pan a su casa, para ahorrar y –poco a poco– conseguir una vida mejor para los suyos. Que no se resignan solamente a pagar sus impuestos, sino que –con su servicio silencioso– sostienen la convivencia. Que crean lazos de solidaridad por medio de iniciativas espontáneas pero también a través de organizaciones que buscan paliar el dolor de los más necesitados.

Me gustaría dialogar con tantos abuelos que atesoran la sabiduría forjada por los años e intentan de muchas maneras, especialmente a través del voluntariado, compartir sus experiencias y conocimientos. Sé que son muchos los que se jubilan pero no se retiran; siguen activos construyendo esta tierra. Me gustaría dialogar con todos esos jóvenes que luchan por sus deseos nobles y altos, que no se dejan atomizar por las ofertas fáciles, que saben enfrentar situaciones difíciles, fruto muchas veces de la inmadurez de los adultos. Con todos ustedes quisiera dialogar y me gustaría hacerlo a partir de la memoria de su pueblo.

Mi visita tiene lugar en un momento en que los hombres y mujeres de buena voluntad conmemoran el aniversario de algunos ilustres norteamericanos. Salvando los vaivenes de la historia y las ambigüedades propias de los seres humanos, con sus muchas diferencias y límites, estos hombres y mujeres apostaron, con trabajo, abnegación y hasta con su propia sangre, por forjar un futuro mejor. Con su vida plasmaron valores fundantes que viven para siempre en el alma de todo el pueblo. Un pueblo con alma puede pasar por muchas encrucijadas, tensiones y conflictos, pero logra siempre encontrar los recursos para salir adelante y hacerlo con dignidad. Estos hombres y mujeres nos aportan una hermenéutica, una manera de ver y analizar la realidad. Honrar su memoria, en medio de los conflictos, nos ayuda a recuperar, en el hoy de cada día, nuestras reservas culturales.

Me limito a mencionar cuatro de estos ciudadanos: Abraham Lincoln, Martin Luther King, Dorothy Day y Thomas Merton.

Estamos en el ciento cincuenta aniversario del asesinato del Presidente Abraham Lincoln, el defensor de la libertad, que ha trabajado incansablemente para que «esta Nación, por la gracia de Dios, tenga una nueva aurora de libertad». Construir un futuro de libertad exige amor al bien común y colaboración con un espíritu de subsidiaridad y solidaridad.

Todos conocemos y estamos sumamente preocupados por la inquietante situación social y política de nuestro tiempo. El mundo es cada vez más un lugar de conflictos violentos, de odio nocivo, de sangrienta atrocidad, cometida incluso en el nombre de Dios y de la religión. Somos conscientes de que ninguna religión es inmune a diversas formas de aberración individual o de extremismo ideológico.

Esto nos urge a estar atentos frente a cualquier tipo de fundamentalismo de índole religiosa o del tipo que fuere. Combatir la violencia perpetrada bajo el nombre de una religión, una ideología, o un sistema económico y, al mismo tiempo, proteger la libertad de las religiones, de las ideas, de las personas requiere un delicado equilibrio en el que tenemos que trabajar. Y, por otra parte, puede generarse una tentación a la que hemos de prestar especial atención: el reduccionismo simplista que divide la realidad en buenos y malos; permítanme usar la expresión: en justos y pecadores.

El mundo contemporáneo con sus heridas, que sangran en tantos hermanos nuestros, nos convoca a afrontar todas las polarizaciones que pretenden dividirlo en dos bandos. Sabemos que en el afán de querer liberarnos del enemigo exterior podemos caer en la tentación de ir alimentando el enemigo interior. Copiar el odio y la violencia del tirano y del asesino es la mejor manera de ocupar su lugar. A eso este pueblo dice: No.

Nuestra respuesta, en cambio, es de esperanza y de reconciliación, de paz y de justicia. Se nos pide tener el coraje y usar nuestra inteligencia para resolver las crisis geopolíticas y económicas que abundan hoy. También en el mundo desarrollado las consecuencias de estructuras y acciones injustas aparecen con mucha evidencia. Nuestro trabajo se centra en devolver la esperanza, corregir las injusticias, mantener la fe en los compromisos, promoviendo así la recuperación de las personas y de los pueblos. Ir hacia delante juntos, en un renovado espíritu de fraternidad y solidaridad, cooperando con entusiasmo al bien común.

El reto que tenemos que afrontar hoy nos pide una renovación del espíritu de colaboración que ha producido tanto bien a lo largo de la historia de los Estados Unidos. La complejidad, la gravedad y la urgencia de tal desafío exige poner en común los recursos y los talentos que poseemos y empeñarnos en sostenernos mutuamente, respetando las diferencias y las convicciones de conciencia.

En estas tierras, las diversas comunidades religiosas han ofrecido una gran ayuda para construir y reforzar la sociedad. Es importante, hoy como en el pasado, que la voz de la fe, que es una voz de fraternidad y de amor, que busca sacar lo mejor de cada persona y de cada sociedad, pueda seguir siendo escuchada. Tal cooperación es un potente instrumento en la lucha por erradicar las nuevas formas mundiales de esclavitud, que son fruto de grandes injusticias que pueden ser superadas sólo con nuevas políticas y consensos sociales.

Apelo aquí a la historia política de los Estados Unidos, donde la democracia está radicada en la mente del Pueblo. Toda actividad política debe servir y promover el bien de la persona humana y estar fundada en el respeto de su dignidad. «Sostenemos como evidentes estas verdades: que todos los hombres son creados iguales; que han sido dotados por el Creador de ciertos derechos inalienables; que entre estos está la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad» (Declaración de Independencia, 4 julio 1776).

Si es verdad que la política debe servir a la persona humana, se sigue que no puede ser esclava de la economía y de las finanzas. La política responde a la necesidad imperiosa de convivir para construir juntos el bien común posible, el de una comunidad que resigna intereses particulares para poder compartir, con justicia y paz, sus bienes, sus intereses, su vida social. No subestimo la dificultad que esto conlleva, pero los aliento en este esfuerzo.

En esta sede quiero recordar también la marcha que, cincuenta años atrás, Martin Luther King encabezó desde Selma a Montgomery, en la campaña por realizar el «sueño» de plenos derechos civiles y políticos para los afro-americanos. Su sueño sigue resonando en nuestros corazones. Me alegro de que Estados Unidos siga siendo para muchos la tierra de los «sueños». Sueños que movilizan a la acción, a la participación, al compromiso. Sueños que despiertan lo que de más profundo y auténtico hay en los pueblos.

En los últimos siglos, millones de personas han alcanzado esta tierra persiguiendo el sueño de poder construir su propio futuro en libertad.

Nosotros, pertenecientes a este continente, no nos asustamos de los extranjeros, porque muchos de nosotros hace tiempo fuimos extranjeros. Les hablo como hijo de inmigrantes, como muchos de ustedes que son descendientes de inmigrantes.

Trágicamente, los derechos de cuantos vivieron aquí mucho antes que nosotros no siempre fueron respetados. A estos pueblos y a sus naciones, desde el corazón de la democracia norteamericana, deseo reafirmarles mi más alta estima y reconocimiento. Aquellos primeros contactos fueron bastantes convulsos y sangrientos, pero es difícil enjuiciar el pasado con los criterios del presente. Sin embargo, cuando el extranjero nos interpela, no podemos cometer los pecados y los errores del pasado. Debemos elegir la posibilidad de vivir ahora en el mundo más noble y justo posible, mientras formamos las nuevas generaciones, con una educación que no puede dar nunca la espalda a los «vecinos», a todo lo que nos rodea. Construir una nación nos lleva a pensarnos siempre en relación con otros, saliendo de la lógica de enemigo para pasar a la lógica de la recíproca subsidiaridad, dando lo mejor de nosotros. Confío que lo haremos.

Nuestro mundo está afrontando una crisis de refugiados sin precedentes desde los tiempos de la Segunda Guerra Mundial. Lo que representa grandes desafíos y decisiones difíciles de tomar. A lo que se suma, en este continente, las miles de personas que se ven obligadas a viajar hacia el norte en búsqueda de una vida mejor para sí y para sus seres queridos, en un anhelo de vida con mayores oportunidades. ¿Acaso no es lo que nosotros queremos para nuestros hijos? No debemos dejarnos intimidar por los números, más bien mirar a las personas, sus rostros, escuchar sus historias mientras luchamos por asegurarles nuestra mejor respuesta a su situación. Una respuesta que siempre será humana, justa y fraterna. Cuidémonos de una tentación contemporánea: descartar todo lo que moleste. Recordemos la regla de oro: «Hagan ustedes con los demás como quieran que los demás hagan con ustedes» (Mt 7,12).

Esta regla nos da un parámetro de acción bien preciso: tratemos a los demás con la misma pasión y compasión con la que queremos ser tratados. Busquemos para los demás las mismas posibilidades que deseamos para nosotros. Acompañemos el crecimiento de los otros como queremos ser acompañados. En definitiva: queremos seguridad, demos seguridad; queremos vida, demos vida; queremos oportunidades, brindemos oportunidades. El parámetro que usemos para los demás será el parámetro que el tiempo usará con nosotros. La regla de oro nos recuerda la responsabilidad que tenemos de custodiar y defender la vida humana en todas las etapas de su desarrollo.

Esta certeza es la que me ha llevado, desde el principio de mi ministerio, a trabajar en diferentes niveles para solicitar la abolición mundial de la pena de muerte. Estoy convencido que este es el mejor camino, porque cada vida es sagrada, cada persona humana está dotada de una dignidad inalienable y la sociedad sólo puede beneficiarse en la rehabilitación de aquellos que han cometido algún delito. Recientemente, mis hermanos Obispos aquí, en los Estados Unidos, han renovado el llamamiento para la abolición de la pena capital. No sólo me uno con mi apoyo, sino que animo y aliento a cuantos están convencidos de que una pena justa y necesaria nunca debe excluir la dimensión de la esperanza y el objetivo de la rehabilitación.

En estos tiempos en que las cuestiones sociales son tan importantes, no puedo dejar de nombrar a la Sierva de Dios Dorothy Day, fundadora del Movimiento del trabajador católico. Su activismo social, su pasión por la justicia y la causa de los oprimidos estaban inspirados en el Evangelio, en su fe y en el ejemplo de los santos.

¡Cuánto se ha progresado, en este sentido, en tantas partes del mundo! ¡Cuánto se viene trabajando en estos primeros años del tercer milenio para sacar a las personas de la extrema pobreza! Sé que comparten mi convicción de que todavía se debe hacer mucho más y que, en momentos de crisis y de dificultad económica, no se puede perder el espíritu de solidaridad internacional. Al mismo tiempo, quiero alentarlos a recordar cuán cercanos a nosotros son hoy los prisioneros de la trampa de la pobreza. También a estas personas debemos ofrecerles esperanza. La lucha contra la pobreza y el hambre ha de ser combatida constantemente, en sus muchos frentes, especialmente en las causas que las provocan. Sé que gran parte del pueblo norteamericano hoy, como ha sucedido en el pasado, está haciéndole frente a este problema.

No es necesario repetir que parte de este gran trabajo está constituido por la creación y distribución de la riqueza.

El justo uso de los recursos naturales, la aplicación de soluciones tecnológicas y la guía del espíritu emprendedor son parte indispensable de una economía que busca ser moderna pero especialmente solidaria y sustentable. «La actividad empresarial, que es una noble vocación orientada a producir riqueza y a mejorar el mundo para todos, puede ser una manera muy fecunda de promover la región donde instala sus emprendimientos, sobre todo si entiende que la creación de puestos de trabajo es parte ineludible de su servicio al bien común» (Laudato si’, 129). Y este bien común incluye también la tierra, tema central de la Encíclica que he escrito recientemente para «entrar en diálogo con todos acerca de nuestra casa común» (ibíd., 3). «Necesitamos una conversación que nos una a todos, porque el desafío ambiental que vivimos, y sus raíces humanas, nos interesan y nos impactan a todos» (ibíd., 14).

En Laudato si’, aliento el esfuerzo valiente y responsable para «reorientar el rumbo» (N. 61) y para evitar las más grandes consecuencias que surgen del degrado ambiental provocado por la actividad humana. Estoy convencido de que podemos marcar la diferencia y no tengo alguna duda de que los Estados Unidos –y este Congreso– están llamados a tener un papel importante. Ahora es el tiempo de acciones valientes y de estrategias para implementar una «cultura del cuidado» (ibíd., 231) y una «aproximación integral para combatir la pobreza, para devolver la dignidad a los excluidos y simultáneamente para cuidar la naturaleza» (ibíd., 139).

La libertad humana es capaz de limitar la técnica (cf. ibíd., 112); de interpelar «nuestra inteligencia para reconocer cómo deberíamos orientar, cultivar y limitar nuestro poder» (ibíd., 78); de poner la técnica al «servicio de otro tipo de progreso más sano, más humano, más social, más integral» (ibíd., 112). Sé y confío que sus excelentes instituciones académicas y de investigación pueden hacer una contribución vital en los próximos años.

Un siglo atrás, al inicio de la Gran Guerra, «masacre inútil», en palabras del Papa Benedicto XV, nace otro gran norteamericano, el monje cisterciense Thomas Merton. Él sigue siendo fuente de inspiración espiritual y guía para muchos. En su autobiografía escribió: «Aunque libre por naturaleza y a imagen de Dios, con todo, y a imagen del mundo al cual había venido, también fui prisionero de mi propia violencia y egoísmo. El mundo era trasunto del infierno, abarrotado de hombres como yo, que le amaban y también le aborrecían. Habían nacido para amarle y, sin embargo, vivían con temor y ansias desesperadas y enfrentadas».

Merton fue sobre todo un hombre de oración, un pensador que desafió las certezas de su tiempo y abrió horizontes nuevos para las almas y para la Iglesia; fue también un hombre de diálogo, un promotor de la paz entre pueblos y religiones.

En tal perspectiva de diálogo, deseo reconocer los esfuerzos que se han realizado en los últimos meses y que ayudan a superar las históricas diferencias ligadas a dolorosos episodios del pasado. Es mi deber construir puentes y ayudar lo más posible a que todos los hombres y mujeres puedan hacerlo. Cuando países que han estado en conflicto retoman el camino del diálogo, que podría haber estado interrumpido por motivos legítimos, se abren nuevos horizontes para todos. Esto ha requerido y requiere coraje, audacia, lo cual no significa falta de responsabilidad. Un buen político es aquel que, teniendo en mente los intereses de todos, toma el momento con un espíritu abierto y pragmático. Un buen político opta siempre por generar procesos más que por ocupar espacios (cf. Evangelii gaudium, 222-223).

Igualmente, ser un agente de diálogo y de paz significa estar verdaderamente determinado a atenuar y, en último término, a acabar con los muchos conflictos armados que afligen nuestro mundo. Y sobre esto hemos de ponernos un interrogante: ¿por qué las armas letales son vendidas a aquellos que pretenden infligir un sufrimiento indecible sobre los individuos y la sociedad? Tristemente, la respuesta, que todos conocemos, es simplemente por dinero; un dinero impregnado de sangre, y muchas veces de sangre inocente. Frente al silencio vergonzoso y cómplice, es nuestro deber afrontar el problema y acabar con el tráfico de armas.

Tres hijos y una hija de esta tierra, cuatro personas, cuatro sueños: Abraham Lincoln, la libertad; Martin Luther King, una libertad que se vive en la pluralidad y la no exclusión; Dorothy Day, la justicia social y los derechos de las personas; y Thomas Merton, la capacidad de diálogo y la apertura a Dios.

Cuatro representantes del pueblo norteamericano.

Terminaré mi visita a su País en Filadelfia, donde participaré en el Encuentro Mundial de las Familias. He querido que en todo este Viaje Apostólico la familia fuese un tema recurrente. Cuán fundamental ha sido la familia en la construcción de este País. Y cuán digna sigue siendo de nuestro apoyo y aliento. No puedo esconder mi preocupación por la familia, que está amenazada, quizás como nunca, desde el interior y desde el exterior. Las relaciones fundamentales son puestas en duda, como el mismo fundamento del matrimonio y de la familia. No puedo más que confirmar no sólo la importancia, sino por sobre todo, la riqueza y la belleza de vivir en familia.

De modo particular quisiera llamar su atención sobre aquellos componentes de la familia que parecen ser los más vulnerables, es decir, los jóvenes. Muchos tienen delante un futuro lleno de innumerables posibilidades, muchos otros parecen desorientados y sin sentido, prisioneros en un laberinto de violencia, de abuso y desesperación. Sus problemas son nuestros problemas. No nos es posible eludirlos. Hay que afrontarlos juntos, hablar y buscar soluciones más allá del simple tratamiento nominal de las cuestiones. Aun a riesgo de simplificar, podríamos decir que existe una cultura tal que empuja a muchos jóvenes a no poder formar una familia porque están privados de oportunidades de futuro. Sin embargo, esa misma cultura concede a muchos otros, por el contrario, tantas oportunidades, que también ellos se ven disuadidos de formar una familia.

Una Nación es considerada grande cuando defiende la libertad, como hizo Abraham Lincoln; cuando genera una cultura que permita a sus hombres «soñar» con plenitud de derechos para sus hermanos y hermanas, como intentó hacer Martin Luther King; cuando lucha por la justicia y la causa de los oprimidos, como hizo Dorothy Day en su incesante trabajo; siendo fruto de una fe que se hace diálogo y siembra paz, al estilo contemplativo de Merton.

Me he animado a esbozar algunas de las riquezas de su patrimonio cultural, del alma de su pueblo. Me gustaría que esta alma siga tomando forma y crezca, para que los jóvenes puedan heredar y vivir en una tierra que ha permitido a muchos soñar.

 

Que Dios bendiga a América ( a Los Estados Unidos de América).

 

Y se despidió de ellos, antes salió a dar la bendición a la gente que estaba afuera del capitolio..

 

#MásPoesía Efraín Bartolomé

Noviembre de 1983

Jaguar

Un sol del tacto

 

Por la intrincada selva de mis nervios

lo miro caminar

 

Perfecto hijo del día y de la joven sombra

 

Suave centella:

Silencioso paseante de mis venas.

 

Tomado de la antología de Juan Domingo Argüelles: Poesía mexicana. De la época prehispánica a nuestros días.

Preparan candidato independiente

Con mucha discreción y en grupos de diez, intelectuales y expolíticos se reúnen periódicamente con un objetivo concreto: preparar una candidatura presidencial independiente capaz de ganar las elecciones de 2018.

Un cónclave reciente se realizó en una casa ubicada en Lomas de Virreyes, donde el anfitrión, Diego Fernández de Cevallos, ofreció una cena a los invitados que hablaron largamente del tema.

Entre los asistentes estaban Juan Ramón de la Fuente, Jorge Castañeda, Héctor Aguilar Camín, Ángeles Mastretta, Federico Reyes Heroles, Fernando Gómez Mont y Pedro Sáez, entre otros.

Diego y Gómez Mont son los encargados de revisar toda la parte jurídica de la candidatura, a fin de que no haya ningún tropiezo para presentarla en tiempo y forma, sin detenerse en los obstáculos que les pudieran poner en el camino.

La candidatura va y a sus impulsores les sobran los motivos para, según ellos, explorar la vía independiente y a través de ella ganar la presidencia en 2018.

Estas reuniones están muy lejos de ser encuentros de tipo social o tertulias de sobremesa.

Hay establecida una ruta crítica y un método para ir ensanchando el número de personalidades que abrazan este proyecto que ya está en marcha. Van sumando personalidades de diez en diez.

De lo que se trata, entre otras cosas, es de quitarle a López Obrador la estrella de la candidatura de la oposición. Arrebatarle el suéter amarillo, para decirlo en el léxico del ciclismo profesional.

Según algunos de los asistentes, en este grupo hay la convicción de que sólo desde una candidatura independiente se le puede ganar a López Obrador en 2018, dado el desgaste de los partidos tradicionales.

Por el momento no hay definido un candidato presidencial que represente esta combinación de personajes de distintas y hasta opuestas visiones ideológicas, porque hasta ahora no ha llegado el momento de dar ese paso.

Sin embargo, sólo se habla de dos nombres: Juan Ramón de la Fuente y Jorge Castañeda.

Ambos tienen sus inconvenientes y sus ventajas. De La Fuente fue secretario en el gabinete de Ernesto Zedillo, trae ese sello, aunque como rector de la UNAM pudo construir una personalidad propia que ha mantenido hasta ahora.

En su favor está ese mismo hecho: cuenta con experiencia de gobierno y no llegaría a Los Pinos a improvisar.

Jorge Castañeda fue secretario de Relaciones Exteriores en la primera parte del gobierno de Vicente Fox, cargo al que renunció para ser candidato independiente, lo que le fue negado por una legislación que ahora ya se modificó.

Según los integrantes de este grupo, el candidato que de ahí salga será el próximo presidente, pues López Obrador sólo es fuerte si contiende contra candidatos de partidos tradicionales y no frente a uno surgido de la sociedad civil.

Ni PAN, ni PRI ni PRD van a poder con AMLO, debido a su desgaste. Es lo que opinan, pero de ello hablaremos más adelante.

Tomado de El Financiero