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¿Dónde podrá pagar las multas del nuevo reglamento?

De acuerdo con el gobierno del Distrito Federal, el pago de multas de tránsito —en el nuevo esquema de sanciones—, será más sencillo que antes.

En el artículo 62 del Reglamento de Tránsito se establece que las multas podrán saldarse en las oficinas de la Tesorería capitalina, en los centros autorizados —generalmente son tiendas departamentales o de autoservicio—, así como con el agente que impuso la infracción, siempre que se trate de un agente facultado para recibir el dinero de una multa.

Igual que ocurría antes, cuando el infractor cubra el monto de la multa en los primeros 30 días naturales, tendrá un 50 por ciento de descuento.

Este descuento también aplica para las multas enviadas por correo. El ciudadano que recibió la multa tendrá 30 días —desde que se generó la multa— para saldar la infracción.

¿Quiénes pueden infraccionar?

En este momento, la Secretaría de Seguridad Pública cuenta con mil 400 agentes autorizados para emitir multas.

Los nombres de todos los agentes aparecen en la aplicación “Mi policía”.

Además, 500 de estos policías cuentan con el brazalete conocido como “hand held”, mismo que les permite cobrar el dinero de las multas.

Por otro lado, la SSP DF pondrá en operación 40 equipos de fotomultas y 58 radares de velocidad.

¿Puedo impugnar las sanciones del nuevo Reglamento de Tránsito?

Como todo acto de poder el Estado, los particulares tienen la posibilidad de impugnar las multas.

Para llevar a cabo este proceso, será necesario interponer un recurso de inconformidad ante la secretaría de Seguridad Pública.

Eso sí, antes de comenzar el proceso de apelación, es necesario que el particular cubra el monto de la multa.

Una vez que se interpone el recurso de inconformidad, el Estado asigna al infractor un defensor de oficio.

No obstante, también existe la posibilidad de que el ciudadano sea representado por un abogado particular.

Una vez iniciado el proceso, la decisión final puede tardar hasta 3 ó 4 meses.

¿Los capitalinos conocen el nuevo Reglamento de Tránsito?

De acuerdo con una encuesta de El Universal…

  • El 87 por ciento de los encuestados está enterado del nuevo Reglamento de Tránsito.
  • Sólo el 11 por ciento reconoció desconocer la medida.
  • El 56 por ciento supo que el 15 de diciembre —hoy—, entra en vigor el nuevo reglamento.
  • El 33 por ciento dio otra fecha y el 11 por ciento no respondió.
  • Para el 59 por ciento de los entrevistados, sugiere que el reglamento no se respetará.
  • Mientras que el 32 por ciento cree que los capitalinos sí seguirán las nuevas reglas de tránsito.
  • De igual forma, el 72 por ciento no cree que el nuevo Reglamento solucionará los problemas viales en la capital del país.
  • Sólo el 20 por ciento estima que este reglamento atacará los problemas de tránsito.
  • A propósito de la convivencia vial, el 56 por ciento está convencido de que el nuevo reglamento no mejorará la convivencia.  A su vez, el 33 por ciento piensa que la convivencia será mejor.
  • Finalmente, el 71 por ciento de los encuestados estima que las “mordidas” incrementarán con el nuevo reglamento. Sólo el 10 por ciento percibe que se reducirán los actos de corrupción.

Los que no querían el nuevo Reglamento de Tránsito

A finales de la semana pasada, la Asamblea Legislativa del Distrito Federal hizo un llamado al gobierno capitalino para postergar la entrada en vigor del nuevo Reglamento de Tránsito.

Según los diputados, era necesario considerar un periodo de prueba —de hasta dos meses—, para que los capitalinos comprendan las nuevas faltas y sus respectivas sanciones.

En aquella ocasión, los legisladores del Distrito Federal solicitaron que durante los próximos dos meses, los policías aplicaran el nuevo reglamento pero no emitieran multas. Es decir, que la sanción fuera sólo una amonestación verbal.

Por su parte, este lunes, el Pleno del Senado también exhortó al gobierno capitalino para posponer la aplicación del nuevo reglamento hasta 60 días.

Los senadores demandaron mayor difusión de las nuevas reglas y sanciones.

En respuesta, el gobierno capitalino —a través de la secretaría de Seguridad Pública y la secretaría de Movilidad—, confirmaron que el reglamento entraría en vigor a partir del primer minuto de hoy.

Algunas sanciones del Nuevo Reglamento de Tránsito

Por insultar, denigrar o golpear a un agente la multa puede ir de 350 a 2 mil 97 pesos.

Por exceder los límites de velocidad, la multa irá de 699 a mil 398 pesos.

Para los motociclistas que circulen sobre banquetas, áreas peatonales, carriles para el transporte público, ciclovías o entre carriles la multa irá de 699 a 2 mil 97 pesos.

Por circular atrás de un vehículo de emergencia la multa irá de 350 a 4 mil 194 pesos.

Por invadir cruces peatonales, la multa irá de 350 a 4 mil 194 pesos.

Por no respetar el alto total, el paso de escolares o el sentido de la circulación las multas irán de 350 a 699 pesos.

Por dar una vuelta continua cuando no esté señalada la multa será de 700 a mil 400 pesos.

Por no respetar el semáforo la multa será de 700 a mil 400 pesos.

Por emitir un ruido excesivo con el estéreo la multa irá de 350 a 699 pesos.

Por utilizar el celular mientras manejan, los conductores deberán pagar de 2 mil 100 a 2 mil 500 pesos.

Por conducir mientras se lleva en las piernas a personas o animales la multa será de 2 mil 100 a 2 mil 500 pesos.

Por usar el claxon de forma excesiva la sanción sería de 350 a 699 pesos.

A los conductores de transporte público que suban o bajen pasaje en el segundo o tercer carril la multa será de hasta 13 mil 982 pesos.

Para los ciclistas que circulen sobre banquetas, no usen aditamentos luminosos durante la noche, conduzcan con audífonos, manejen en sentido contrario o se estacionen interrumpiendo el tránsito, no hay sanción. El castigo es una amonestación verbal.

Los conductores de auto particular tienen prohibido circular sobre banquetas, ciclovías, en carriles exclusivos para el transporte público o en reversa por más de 30 metros.

¿Cuál es el protocolo de actuación de los policías?

En caso de cometer alguna falta de tránsito, los conductores y peatones serán detenidos y sancionados —o amonestados— por uno de los mil 400 agentes facultados para ello.

Pero, ¿cómo deben actuar estos policías? ¿en qué se debe fijar el conductor?

Uno. Los agentes deben estar debidamente uniformados e identificados. Por ejemplo, deberán tener su nombre en el costado derecho de la camisa, así como el logo de la secretaría de Seguridad Pública en el lado izquierda de la misma.

Dos. Sólo los policías con un chaleco amarillo y la leyenda “Autorizado para infraccionar” podrán emitir multas.

Tres. Sólo los policías con el dispositivo “Hand held” podrán recibir el dinero de la multa.

Cuatro. El nombre del policía debe aparecer en la aplicación “Mi Policía”.

Cinco. Los policías que cuenten con el “hand held” deberán capturar fotografías referentes al hecho de la infracción. En estas fotografías no aparecerán el conductor o el interior del vehículo.

Seis. Los policías podrán solicitar la licencia de conducir, la tarjeta de circulación y la póliza de seguro de responsabilidad civil por daños a terceros. Todos los documentos deberán estar vigentes.

Siete. Los policías que no estén acreditados para multar podrán amonestar de manera verbal a los peatones que no cumplan con las indicaciones de tránsito.

Ocho. Estos policías podrán supervisar que los peatones y ciclistas crucen por los pasos peatonales, darán preferencia a las personas con movilidad limitada y cederán el paso a vehículos de emergencia.

Nueve. En caso de que la falta amerite la requisición del vehículo, las grúas podrán mover el auto sólo cuando no se encuentren al interior menores de 16 años, mayores de 65 años, personas con discapacidad o mascotas.

Diez. Si el vehículo debe ser remolcado y el conductor decide permanecer al interior, el conductor será presentado ante un juez cívico.

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#MásPoesía Miguel Guardia

¡Por Dios!

 

Hay gente que me exige himnos,

que cante cantos heroicos,

que incite, otra vez, a la juventud

diciendo que el buen futuro está cercano.

 

La verdad sea dicha: ya no quiero:

todo es inútil;

las dos o las tres o las cuatro generaciones

que me han seguido –en el tiempo-

y todas las demás que vendrán en número infinito,

seguiremos iguales:

no hemos sido, no somos, no seremos

capaces.

 

¿Cantar por la libertad?

¿Por la justicia?

¿Por el honor del hombre?

¿Por su integridad física y moral?

 

¿Cantar?

¡Por Dios: hay que llorar!

Tomado de la antología de Juan Domingo Argüelles: Poesía mexicana. De la época prehispánica a nuestros días.

¿No queremos reglamentos?

Como si de una ley desmesuradamente punitiva se tratara, la entrada en vigor del nuevo reglamento de tránsito en Ciudad de México ha despertado una oleada de descontento popular. Es cosa sabida que a los mexicanos no nos gusta obedecer normas ni cumplir con regulaciones. No somos el más cívico de los pueblos, ni mucho menos, y la prueba más visible de nuestra incorrección la tenemos en las toneladas de basura que se acumulan en nuestras calles, nuestros parques, nuestras carreteras y nuestros bosques.

No llevamos, anidado en la conciencia, a esa especie de gendarme interior que, sin que tenga que ocurrir ninguna amenazadora advertencia de fuera para disuadirnos, nos avisa de que no está bien tirar un envase de refresco a mitad de una avenida o de que no hay que conducir el microbús (o el tráiler o el propio coche) como un salvaje. Y así, habitamos un país arrasado por la irresponsabilidad de los brutos donde tienen lugar accidentes perfectamente evitables y desgracias absurdas: el conductor de un bus atestado de pasajeros decide, a la torera, cruzar la vía del tren cuando se acerca una locomotora y ocurre entonces una tragedia tan espantosa como inaceptable; el automovilista imprudente rebasa en una curva, importándole un bledo la línea blanca continua que no hay que traspasar, y choca frontalmente contra el auto en el que un padre de familia vuelve a casa con los hijos pequeños; el chofer de un peso pesado lo maneja como si fuera un coche deportivo y pierde el control justamente por eso, porque lleva en las manos un vehículo con una masa inmanejable a altas velocidades; y así, cada año mueren decenas de miles de mexicanos y cada año quedan lisiados, mutilados o paralizados otros miles. Ah, pero que no intenten las autoridades multar a algunos de esos infractores porque entonces se movilizarán, por ejemplo, los conductores de los microbuses y bloquearán alguna arteria principal para exigir que les sean perdonadas las sanciones. Un movimiento “social”, vamos, avalado por el partido político de turno.

En cuanto a los policías, su interés no es aplicar infracciones sino extorsionar a los ciudadanos, sean infractores o no. Qué sociedad tan ejemplar, la nuestra…

Tomado de Milenio 

 

 

Cae el telón

Hoy concluye el primer periodo ordinario de sesiones de ambas Cámaras. La atención está puesta en el Senado por motivo de la reforma al DF que se entrampó en el estira y afloje por otras leyes; los perredistas reclaman al PRI el cumplimiento del compromiso en ese tema, ilustrando así sobre la dinámica y tipo de negociación que caracterizaron la relación entre el Ejecutivo y el Congreso en la primera mitad del sexenio. No ha sido la ponderación de la necesidad o virtud de las reformas lo que ha movido a partidos y legisladores, ha sido el intercambio, el cambalache.

La reforma del DF, que de aprobarse hoy pasará a consideración de las legislaturas estatales, cierra la lista de pendientes del Pacto por México. Nadie podrá quejarse de incumplimiento de la otra parte. El intercambio abarcó también designaciones o ratificaciones de servidores públicos, incluyendo fiscales especiales y ministros de la Corte; la diferencia es que en esos casos la negociación principal ha sido y será con el PAN, que dispone de los votos que hacen posible cumplir el requisito de la mayoría calificada.

Correspondió a la LXIII Legislatura liquidar los saldos de la anterior y esa tarea es casi siempre ingrata, más en este año ya que la fiesta del Pacto terminó en rosario de Amozoc, con recriminaciones y reproches desde las filas opositoras, singularmente del PRD, al que su participación en el maratón reformista le costó divisiones, renuncias de fundadores y debacle electoral, con el agravante del surgimiento de Morena, que es el mayor dolor de cabeza para los dirigentes y militantes del partido del sol azteca.

En el panismo la resaca post reformas no ha sido tan fuerte, ya que pueden presumir del ADN azul que inyectaron en la principal de ellas -la petrolera- y además cuentan con el escudo protector que les brinda no haber acompañado la tributaria, criticada por los empresarios y gravosa para las clases medias. Aún así, una parte del litigio por la candidatura mayor de 2018 se dará en torno al balance de su participación en el Pacto por México, asunto en el que Margarita Zavala pondrá el tono y la tonada.

Las obligaciones de la nueva legislatura respecto de los temas económicos fueron cumplidas; en tiempo y forma aprobaron la Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos de 2016, lo que se facilitó en extremo por la renuncia del secretario de Hacienda a empujar lo que había anunciado como su gran aportación: el llamado presupuesto cero, que en eso quedó, en cero. La inercia de las cifras y las prácticas se impuso; nadie estuvo dispuesto a asumir el costo político de anticipar el ajuste de gasto, que saben inevitable.

En la práctica legislativa, tanto en comisiones como en el pleno, se empiezan a notar las consecuencias de los resultados electorales de junio pasado. Quizá el más notorio sea que el PAN ha retomado su lugar como el interlocutor a considerar por el gobierno y el PRI. El radicalismo de Morena provoca costos negativos para la izquierda: por una parte inhibe al PRD de emprender acciones que afecten la imagen opositora que busca recobrar, lo que limita su participación en acuerdos con el PRI y PAN, y por otra ha generado en los dos últimos la convicción de que tratar de entenderse con los diputados de Morena es perder el tiempo. Los demás grupos se han movido en función de sus alianzas previas (PVEM y PANAL) o de consideraciones coyunturales, pragmáticas.

En San Lázaro los coordinadores de los tres grupos de mayor peso tienen menor visibilidad que sus antecesores; parecen depender más de sus respectivas burbujas en las que participan quienes de manera abierta o velada representan votos adentro y juego de influencias afuera. Como en el teatro, una vez que el telón caiga aprovecharán el intermedio para hacer ajustes, incorporar actores y afinar actuaciones para el segundo acto.

Será a partir de febrero cuando en San Lázaro la actual legislatura adquiera su propio perfil; enfrentará un reto aún más complicado que liquidar saldos: enmendar el mazacote electoral del 2014.

Tomado de Reforma 

 

La Otra Opinión