No hay otros datos

Bueno, pues ya se confirmó que en el primer trimestre de 2019 la economía se contrajo. En términos anuales, utilizando los datos desestacionalizados, para no complicarnos con Semana Santa, el crecimiento fue de 0.1%, que es más o menos cero. En la estimación oportuna, hace unas semanas, el dato era 0.2%, pero resultó un poco menor.

Como habíamos comentado entonces, esto implicaba una contracción relevante durante marzo, que fue de -0.6%. Esta caída tiene su origen esencialmente en la industria, que desde octubre abandonó los números negros. En ese mes crecía exactamente cero, en términos anuales, y después de eso: -0.8, -2.4, -1.2 (en enero y febrero), y ahora -2.6%. Parte de la contracción proviene de la gran caída en producción petrolera, que nadie puede achacar a la actual administración, aunque es posible que la hayan incrementado. La otra parte viene de que la construcción sí ha sufrido las decisiones de gobierno, y que las manufacturas no se mueven a gran velocidad.

En construcción, noviembre reportó -2.5% y diciembre-3.8%. Luego de un enero que apenas alcanzó a pasar el cero, en febrero la caída fue de -1.9%, y en marzo, de -5.8%. En manufacturas, los crecimientos han sido muy suaves (octubre, noviembre, enero apenas arriba de 1%), pero en marzo ya tuvimos una contracción, -0.7%. Conviene comentar que esta caída no fue mayor gracias a que la industria de equipo de cómputo, imágenes, medición, etc. tuvo un crecimiento extraordinario (que parece ser producto de los ajustes estadísticos para quitar la estacionalidad).

Este comportamiento cada vez más negativo de la industria no ha podido ser compensado por los servicios. Aunque todavía en octubre y noviembre había movimiento relevante (3.1 y 2.7%, respectivamente), éste ha desaparecido, y en marzo apenas hubo un crecimiento de 0.3% en todo este sector. No cae más gracias a que el conjunto de servicios más importante de todos sigue teniendo un comportamiento positivo, creciendo 2.5% en tasa anual. Yo sé que no me lo va a creer, pero se trata de los servicios financieros, de seguros e inmobiliarios, que representa la cuarta parte de todos los servicios.

El comercio al menudeo representa apenas el 13%, el mayoreo el 15%, y transportes y comunicaciones otro tanto igual. Todos están ya en números rojos, -2.9%, -1.5%, y -0.3%, respectivamente.

En suma: la economía se detiene. No puedo poner aquí la gráfica, pero es muy ilustrativa. Iniciamos 2018 creciendo poco menos de 2% anual, y la tendencia apuntaba, hasta septiembre, a un incremento de 1.2% en esa tasa. Es decir, sin hacer nada, el crecimiento para este primer trimestre debió ser 3, tal vez 3.2%. Pero, cuando en octubre se decide cancelar el NAIM, y poner en duda varios otros temas de importancia nacional (reformas financiera, energética, educativa), la economía cambia de dirección. En ese momento rondábamos el 2.5% de crecimiento anual, pero la tendencia se hizo negativa, fuertemente negativa: a un ritmo de casi -5% anual, de forma que en dos trimestres (último de 2018 y primero de 2019), hemos perdido ese 2.5%, y estamos ahora en número rojos. De continuar así, sería esperable perder otro tanto igual para fines de septiembre.

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 Nadie está previendo eso, pero los datos que tenemos de abril apuntan a que el dato será similar al de marzo, más o menos -0.5% de crecimiento. Como hemos comentado en varias ocasiones, no se ve razón alguna para que haya un punto de inflexión, es decir, para que la dirección de la economía cambie.

Precisamente por eso, el gobierno está interesado en que usted esté atento a otros temas, irrelevantes: para que no se dé cuenta del tamaño de la incompetencia. Bueno, ahí están los datos, y no hay otros.