MUÑOZ LEDO, EL JUANITO DE LOS ULTRAS DE MORENA

A lo largo de cinco décadas, Porfirio Muñoz Ledo ha sido algo así como el Santa Anna de la política; aparece en todas las coyunturas, muchas veces a motu proprio y otras tantas reciclado por grupos de poder que consideran que su figura puede ser útil a sus intereses.

Es esto último lo que ocurre actualmente, a raíz de que los ultras de Morena –autodenominados como los “puros”— lo sacaron de su virtual retiro para convertirlo en su ariete en el proceso interno para elegir a la nueva dirigencia nacional del partido.

A Porfirio Muñoz Ledo se le tenía ubicado dentro de los moderados de Morena, al grado de que en muchas ocasiones se ha opuesto abiertamente a las excentricidades de militantes de este partido e incluso a algunas posturas del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.

Por eso a todo mundo le extrañó que de pronto, el octogenario político decidiera saltar al ruedo para buscar la Presidencia del CEN de Morena, cuando nunca antes había mostrado interés en ello.

La explicación está en que a los ultras, cuyas caras más visibles son Claudia Sheinbaum, Alfonso Ramírez Cuéllar, Bertha Luján y Martí Batres, les urgía contar con alguien que fuera capaz de frenar al candidato oficial, Mario Delgado. Y ese alguien es Don Porfirio.

Adicto al protagonismo, Muñoz Ledo aceptó el ofrecimiento de los ultras de convertirse en su candidato, quizá sin saber que solo sería el ariete de un proyecto político a mediano plazo en el que él no está incluido.

Tan es así, que en días pasados estuvo a punto de ser sacrificado por sus mismos promotores, quienes operaron para que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación reventara la elección interna que realiza el INE y la dirigencia provisional, encabezada por Ramírez Cuéllar, y así permaneciera hasta después de las elecciones del 2021.

El colmillo de Porfirio, quien madrugó a propios y extraños al filtrar el proyecto de resolución que aprobaría el TEPJF, echó abajo la maniobra y la elección de la dirigencia de Morena continúa.

Pero aún en el supuesto de que Porfirio ganara la elección –la moneda está aún en el aire— muy pronto sucumbiría ante las presiones de los ultras, que sin esperar mucho  le harían saber para qué lo pusieron ahí.

Es probable que la apuesta de los ultras, o puros, sea que en caso de ganar, Porfirio deje pronto el cargo ya sea por enfermedad o por fallecimiento, toda vez que tiene 87 años de edad.

Ante tal escenario, se tendría que nombrar una dirigencia interina y entonces los puros, que tienen el control del Consejo Nacional, impondrían al dirigente que tendrá la prerrogativa de operar las candidaturas a cargos de elección popular para el 2021.

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De 1968 a la fecha, Porfirio Alejandro Muñoz Ledo y Lazo de la Vega ha estado en todas las coyunturas políticas del país. Fue el diputado del PRI que en 1969 exaltó la labor del presidente Gustavo Díaz Ordaz y justificó la matanza de Tlatelolco.

Durante el sexenio de Luis Echeverría, Muñoz Ledo primero se encargó del contenido ideológico de los discursos del primer mandatario y luego se convirtió en uno de sus hombres más cercanos, al grado de ser considerado como uno de los principales prospectos a sucederlo en el cargo.

Cuando se dio el histórico rompimiento interno del PRI, en 1986, Porfirio Muñoz Ledo estuvo ahí, jugando un papel preponderante.  Luego fue fundador y dirigente nacional del PRD.

Y cuando se logró la alternancia en el poder, con el triunfo de Vicente Fox en la elección presidencial, Porfirio estuvo ahí, primero bombardeando el proyecto de la izquierda con su candidatura presidencial patito por el PARM y luego como embajador de México ante la Unión Europea en el gobierno foxista.

En la ruptura interna del PRD mediante la creación de Morena, Porfirio estuvo ahí aportando ideas para el proyecto político de Andrés Manuel López Obrador, en cuya toma de posesión como presidente de la República estuvo también, entregándole la banda presidencial.

Y ahora, esa larga trayectoria política de aparecer aquí y allá, de cambiar de camiseta, de brincar de un partido a otro, de un cargo a otro, de un proyecto político a otro, está a punto de terminar de una manera nada honrosa: como Juanito de los ultras de Morena, que utilizan su figura y su popularidad solo para llevar agua a su molino.

OFF THE RECORD

**MARIO MOLINA Y EL CUBREBOCAS

En una de sus últimas apariciones públicas, el pasado 15 de junio, el Premio Nobel de Química, Mario Molina, recomendó al presidente López Obrador el uso de cubrebocas.

El científico mexicano, quien murió ayer, sustentó su recomendación en una investigación que realizó junto a otros especialistas.

Pero el presidente ni lo vio ni lo oyó.

**SIN FONDO PARA DESASTRES

La aplanadora de Morena y de sus rémoras lograron desaparecer el Fondo de Desastres Naturales (Fonden) junto con otros 108 fideicomisos.

Y el primero en reconocer las consecuencias fue el secretario de Hacienda, Arturo Herrera Gutiérrez, quien afirmó que ahora se tendrá que ver de dónde se sacan recursos para enfrentar contingencias.

¿No que el financiamiento de programas prioritarios estaba garantizado?

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