Un posible asilo político de Pedro Castillo en México genera molestia en Perú, nación de la que fue depuesto como presidente el político andino.
Todo parece indicar que México va a cerrar el 2022 abriendo un nuevo pleito diplomático, ahora con Perú, por lo que se aleja el sueño de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) de ser el nuevo caudillo latinoamericano, algo que sí está logrando, pero al revés.
Y es que tras el fallido golpe de Estado de Pedro Castillo y su posterior encarcelamiento, el presidente mexicano está metiéndose donde no lo llaman y eso ya ha provocado reacciones de molestia desde Lima.
Entre otras cosas dicen que se entromete en los asuntos soberanos de Perú y, sobre todo, le cuestionan que quiera darle asilo como si fuera un perseguido político a quien, en realidad, trató de romper el orden constitucional de aquel país.
El problema para López Obrador es que con el cambio en la presidencia peruana, dicen que es muy probable que salgan a flote los detalles oscuros de su cercana relación con Castillo. No hay que olvidar que AMLO envió al propio Rogelio Ramírez de la O, de Hacienda; y a Ariadna Montiel, de la Secretaría del Bienestar, a asesorar al mandatario para llevar la 4T a Perú.
Por lo anterior, será interesante ver qué encuentra la nueva mandataria, Dina Boluarte, en los archivos presidenciales sobre la asesoría obradorista a Pedro Castillo.
Desafortunadamente, gracias a López Obrador, México podría cerrar el 2022 abriendo un nuevo pleito diplomático, ahora con Perú.
¿Procede o no el asilo político de Pedro Castillo en México?
Con información de Reforma
JZ
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