La presencia de la Caravana Migrante en la frontera sur de México ha desatado miles de comentarios y posturas entre los mexicanos. Mientras unos incluso les facilitan albergue y comida, otros a cientos o miles de kilómetros rechazan tajantemente el avance de los centroamericanos.
De acuerdo con una encuesta que realizó El Universal, el 47.8 por ciento está de acuerdo en que se permita la entrada al país y se les dé refugio a los migrantes. El 48.9 por ciento apoyaron las medidas tomadas por el gobierno federal en el sentido de impedir el paso a los migrantes y 45.7 por ciento desaprobaron la medida.
El 17 de junio de 2015, cuando anunció su candidatura a la presidencia, Donald Trump arremetió en contra de México. Lo hizo con insultos a nuestro país, al que acusó de enviar “drogas” y “violadores” a través de la frontera. Ahí prometió el muro fronterizo el cual pagaría la administración federal de Enrique Peña Nieto.
A partir de ese momento, el magnate republicano se convirtió en el enemigo número para la mayoría de los mexicanos, quienes se rasgaron las vestiduras ante tales declaraciones.
Por ahora, hay quienes incluso, aprovechan el fenómeno migratorio como si estuvieran aún en campaña. Andrés Manuel López Obrador ofreció visas de trabajo a todos los migrantes y planteó al gobierno de Estados Unidos y al gobierno de Canadá, la implementación de un plan de desarrollo en México y en los países centroamericanos. Por si no fuera poco, le “echó más leña al fuego”.
Pero, si alguien rebasó el límite, fue el senador con licencia, gobernador interino, mandatario estatal de Chiapas, Manuel Velasco, quien a través del Partido Verde aprovechó que la Caravana Migrante está en Tapachula para regalar playeras y mochilas. Los chiapanecos enfurecieron aún más y aseguraron que están intentando “manipular con dádivas a los migrantes centroamericanos” para que se establezcan en la entidad.
Actualmente, hay quienes acusan que los migrantes, en su mayoría hondureños, son parias, delincuentes, sátrapas y quitarán empleo a los mexicanos. Otros tantos argumentan que están en su derecho de cruzar y realizar el trámite para llegar a los Estados Unidos, el cual dicen, es su verdadero objetivo. ¿Usted qué opina?
