La semana pasada, el gobierno de Rusia ordenó una “operación militar especial” en Ucrania, la cual consistió en enviar tropas para tomar algunas ciudades y así “mantener la paz”.
Desde entonces se han reportado múltiples ataques, tiroteos y bombardeos cerca de Kiev.
A pesar del terror que se vive en la capital ucraniana por las constantes explosiones que se han registrado en las últimas horas hay quienes toman este momento con ‘calma‘, a tal grado de decir que esto “no es nuevo” ya que han atravesado por una situación similar.
Para ello nos referimos al caso de Francisco Calderón, un mexicano originario de Poza Rica, Veracruz quien está viviendo la guerra en un refugio en Ucrania.
Durante una entrevista para el portal Eme Equis, “Cesc”, como lo dicen sus amigos ucranianos, señaló que esto no era nuevo para él ya que ha tenido la experiencia de convivir en un entorno violento.
“Yo soy de México, me tocó vivir el narco: te acostumbras”, explicó en tono relajado.
En ese sentido, señaló que, pese a la guerra que se vive en el este de Europa, dudó volver a nuestro país debido a la violencia.
“El plan es ir a México, pero no quedarme allá. Hay mucha violencia”, agregó.
Francisco Calderón tiene 32 años y lleva seis meses viviendo en Ucrania; llegó a este país tras estudiar becado en Roma.
Actualmente trabaja en la Academia de Líderes de Ucrania donde se dedica a ser mentor de ventas y finanzas y también enseña idiomas en su tiempo libre.
Hasta hace unos días vivía en su apartamento en Kharkiv (la segunda ciudad más importante de Ucrania después de Kiev) junto a su esposa y sus dos perros Yorkshire.
Relató que en una madrugada despertó y se dio cuenta que había un incendio a las afueras de la ciudad, ahí supo que algo andaba mal.
“Todos reaccionan de formas diferentes”, explicó, (Su esposa, por ejemplo, cayó en shock total, no podía articular ni actuar). Yo soy de México, me tocó vivir el narco, entonces te acostumbras”, agregó.
“Es algo así como la cuarentena, al principio lo que parece mucha desesperación e inquietud, comienza a desaparecer tras el primer día. Al segundo día se vuelve una especie de normalidad. Es lo mismo que pasó durante la cuarentena (al inicio miedo, pánico y después te acostumbras) pero resumido en días, horas. Conoces a las personas de tu refugio y se crea una especie de microsociedad.
“Al tercer, cuarto día, viene lo difícil. Ya conoces la rutina y te agobia, no hay más que dormir y salir en horas indicadas, pero no queda más que aguardar. Imagínate, ahora tenemos teléfonos y podemos estar en internet unas horas en lo que ocurren explosiones. (Porque si ocurre una explosión hay que apagar todo los teléfonos para que no los puedan rastrear e intervengan sus dispositivos, explica).
“Antes no había esto, no sé cómo la gente que vivió guerras no se volvía loca, te ocupas al limpiar el refugio pero no puedes hacer más. Tu mente empieza a divagar en ‘¿ahora qué?’, y te empiezas a dar cuenta que tal vez no son unos días, tal vez va para largo”.
Por otro lado, Calderón explicó que en el refugio donde se resguarda está ubicada en una escuela.
“Hay cerca de 50 personas acomodadas como pueden. Por las noches la luz escasea y todo está a oscuras; las paredes son “pesadísimas”, las puertas de madera o hierro. Como de película de terror, hay pasillos que no llevan a ningún lado. Hay lugares en los que no hay nada”, comentó.
Por otro lado, reprochó el actuar de la embajada de México en Ucrania ya que no trabajó de manera profesional, para ello expuso que pidió ayuda y le respondieron que no tenían idea de cómo buscarlo.
“No sabemos cuántos mexicanos hay aquí y los registros están incompletos”, le contestaron.
Por último, “Cesc” indicó que planea salir de Ucrania para volver a México, aunque enfatizó que no se quedará debido a la violencia de nuestro país.
“g”, finalizó.
Con información de Eme Equis
MSA
