LAS NUEVAS MATERNIDADES, A PROPÓSITO DEL 10 DE MAYO

Con los cambios en la conformación de las familias nucleares que pasaron de estar formadas por padre, madre e hijos a ser homoparentales, o con un sólo padre ; el concepto de maternidad también ha experimentado cambios.

En las nuevas maternidades la mujer dejó ser la responsable única del ejercicio de la maternidad y se abandonó la creencia de que la función materna sólo puede ser ejercida por una mujer. Tal es el caso de la participación del padre en el cuidado de los hijos.

De igual manera, en las familias homoparentales los hijos/hijas de parejas de hombres homosexuales o de parejas lésbicas pueden ser atendidos maternalmente por un hombre o por una mujer que no los ha gestado ni parido.

Pero, ¿en qué consiste la función materna?, ¿cuál es la parte central de esta función?, ¿por qué es posible que la puedan ejercer otras personas además de la madre?.

El bebé al nacer necesita de ser alimentado, arropado, y cuidado de que el medio externo no le resulte peligroso. Sin embargo, el realizar todos estos cuidados no es suficiente para que el bebé logre un desarrollo adecuado, requiere además de recibir la función materna.

La función materna se ejerce al sostener al bebé en los brazos y por medio de ésta acción, el infante percibe la seguridad y la estabilidad que emocionalmente le transmite la dueña de esos brazos.

Cada niño busca, cuando está triste o angustiado, que lo consuelen o tener a su lado a una persona que lo acepte y que desarrolle el papel de “base segura” desde la cual poder partir para explorar el mundo externo y a la cual poder volver, seguro de encontrar protección y tutela (Bowlby 1993).

Es mediante este apego seguro con una persona emocionalmente estable y dichosa de cuidar a ese bebé, que el infante interiorizará una serie de funciones fundamentales para su desarrollo tales como competencias cognitiva y sociales válidas.

Un buen vínculo de apego se configura como factor protector para que el sujeto pueda enfrentar las eventualidades y sufrimiento psicológico que se le presenten en la vida.

Es así que la función materna ha dejado de ser exclusiva de la mujer o la madre biológica, sino que también la puede ejercer el padre, los integrantes de algunas familias monoparentales , o  cualquier persona con el deseo de cuidar, proteger y desarrollar un apego con el bebé que sea la base segura para el desarrollo de la personalidad y de las fortalezas del infante para enfrentar las vicisitudes que se le presenten en la vida.

El apego seguro se puede pensar como un barco, con una tripulación preparada, confiada y armada, con velas e instrumentos a bordo, sólidos y funcionales, preparados para afrontar las tormentas, así como para reconocer cuando, en caso de viento, y de olas demasiado peligrosas, sea necesario prepararse, para protegerse y recuperar las energías en puerto seguro.

Para lograr esto no es necesario ser mujer, se puede lograr si se tiene la estabilidad emocional y la claridad en el deseo, no sólo de tener un hijo sino de poder ejercer la función de madre.