LAS ADICCIONES Y LOS RASGOS DE PERSONALIDAD.

Dra. María Elena

Por: Psic. Ma Elena Salazar P.

Los trastornos relacionados con el consumo dependiente de sustancias psicoativas —
cocaína, alcohol, anfetaminas, canavis, inhalables, entre otros —-, representan un serio problema de salud pública.

La cadena de las adicciones inicia con el uso, esto se da cuando la persona empieza a utilizar las diferentes sustancias psicoactivas, las cuales en esta primera etapa pueden no causar ningún problema de salud al usuario.

El abuso es el siguiente eslabón en la cadena de las adicciones en donde se presenta daño físico o mental en la persona adicta.

El sujeto deja de cumplir con sus obligaciones escolares, familiares, laborales, etc., además de exponerse a situaciones de peligro como manejar intoxicado, verse inmerso en problemas legales por el uso recurrente de dichas sustancias, así como inmiscuirse en problemas interpersonales como riñas y altercados.

Hasta que la persona queda inmerso en la dependencia, el deseo por el uso de la droga se presenta de manera intensa y compulsiva y el sujeto tiene dificultades para controlarlo, utiliza la droga durante más tiempo o en mayor cantidad de lo que se ha propuesto.

Pero. ¿por qué algunas personas se vuelven adictas al alcohol o a cualquier tipo de droga y otras no?

Diferentes autores refieren que las personas que llegan a desarrollar un tipo de adicción comparten rasgos de una personalidad débil, por lo que no poseen la fortaleza para tolerar el dolor, y la depresión.

Esto lo lleva a recurrir a reacciones eufóricas por lo que llegan a hacer de la vida un
“derroche”.

Bajo los efectos de la droga, el adicto es capaz de dar rienda suelta a sus impulsos destructivos sin mostrar ansiedad o algún tipo de sentimiento pero también sin ningún control.

Esta conducta destructiva y la ingesta de drogas sin control, representan un grave peligro para el adicto y una gran angustia para sus familiares.

Diferentes estudios han mostrado que las personas que presentan abuso o dependencia a algún tipo de droga presentan por lo menos otro diagnóstico psiquiátrico adicional, siendo los más frecuentes, la personalidad antisocial, trastornos fóbicos y depresión (De la Fuente R.1997).

La persona adicta puede tener un deseo persistente pero poco exitoso de abandonar el uso de la sustancia o por el contrario sigue sin reconocer que tiene un problema de adicción y continua con el uso de las drogas a pesar de que por ello sufra problemas físicos o psicológicos, (De la Fuente R.1997).

El tratamiento de las adicciones es diverso y multidisciplinario —médicos, psicólogos—,en donde esencialmente se contempla que el sujeto pueda superar la fase de desintoxicación y que pueda resolver aquellos conflictos emocionales y psicológicos que lo han llevado a quedar inmerso en la larga cadena de las adicciones.