No existen. Están marginados. No conocemos la voz de la gran mayoría de ellos. Están absolutamente eclipsados por el Presidente. Y es que este gobierno es de una sola persona: Andrés Manuel y nada más.
AMLO domina toda la agenda pública desde muy temprano por la mañana. A veces lleva a algunos de sus colaboradores a sus conferencias matutinas para dar uno que otro detalle. Luego, disciplinadamente, desaparecen. Nadie, en su sano juicio, le quiere hacer sombra al Presidente. Lo conocen. Saben en lo que se metieron. Este es un gobierno de una sola persona y punto.
AMLO no suelta la pelota. No la pasa. No juega en equipo. Trata de hacer todas las jugadas. De meter todos los goles. Un “chupón”, como se le conoce en la jerga del futbol. No está él para apoyar al equipo, sino el equipo para apoyarlo a él. Todo al servicio del líder que encarna al pueblo.
El resultado es que ningún colaborador destaca. Y no estoy hablando sólo de los miembros del gabinete presidencial. En esa lista también hay que integrar a todos los gobernadores de Morena, quienes prácticamente son inexistentes en los medios nacionales. Sólo salen cuando tienen que explicar una tragedia.
Pienso, por ejemplo, en la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum. Es la gobernante que menos ha destacado mediáticamente desde que Cuauhtémoc Cárdenas ganó las primeras elecciones democráticas en la capital en 1997. Por ahí han pasado, siempre vocales, el propio Cárdenas, Rosario Robles, López Obrador, Alejandro Encinas, Marcelo Ebrard y Miguel Ángel Mancera. Hasta el sustituto de éste por unos meses, José Ramón Amieva, tuvo una mayor presencia que la actual de Sheinbaum. Parece escondida.
Ayer escuchaba a la jefa de Gobierno en el noticiario de José Cárdenas, a propósito de la contaminación reciente en la CDMX. No tiene, lo sabemos, el carisma de AMLO. Pero explica muy bien las cosas. Es, como buena profesora que ha sido, muy pedagógica. Sus planteamientos son tremendamente serios y sensatos. En lo personal, me parece una refrescante alternativa al discurso polarizador, simplista, maniqueo y hasta demagógico de AMLO. Pero ése soy yo, que tengo un gusto por los gobernantes más eficaces que estridentes.
Indudablemente, en su gabinete hay gente muy capaz con ganas de mejorar los múltiples problemas que tiene esta ciudad. Comentando la situación de una Sheinbaum desaparecida, un colega me recordó que, al igual que AMLO, la jefa de Gobierno tiene una conferencia matutina todos los días. Yo, la verdad, la había perdido en mi radar. Como tampoco, lo confieso, tengo mucha de la información de lo que está haciendo el gobierno capitalino en diversas materias.
No soy el único. Veo en las redes que hay mucha gente que comienza a quejarse de que Sheinbaum no está haciendo nada. Yo más bien pienso que es una víctima más de la tragedia de todos los políticos que orbitan alrededor de López Obrador. Son planetas muy chiquitos comparados con la gran estrella. Tan chiquitos, que algunos ni existen.
Por el momento, porque supongo que, en cuanto se acerque la sucesión presidencial, los posibles candidatos de Morena, como la propia Claudia, tendrán que darse a conocer en el electorado nacional. Por lo pronto, el único que lo está haciendo es Ricardo Monreal desde su plataforma del Senado. Los demás han entendido que no es el momento de hacerle sombra al gran jefe. Aceptan que los eclipsen. Que AMLO sea el único que conduzca el balón. Son inexistentes, lo cual es una tragedia en el mundo de la política.
