La iglesia denuncia al emperador que camina desnudo

Este domingo, el semanario Desde la Fe –que publica la Arquidiócesis de México–, denuncia:

“De cara al proceso electoral de junio, todo parece indicar que el narcotráfico nuevamente está en coyunturas específicas, no por casualidad, sino producto de los vacíos institucionales cooptados por esas redes de muerte”

“El narco nuevamente ha tomado las riendas en algunos Estados, patrocinando candidatos de elección popular que actúan en nombre de esa realidad arraigada para conseguir espacios políticos locales y federales”.

“En las entidades donde se juegan gubernaturas, los electores viven de rodillas, sometidos a los dictados de la delincuencia”.

“Columnas armadas” enseñan el músculo de poderes fácticos amedrentando a aspirantes y partidos para obligarlos a sumarse a otras candidaturas”.

No hace falta ir muy lejos para recordar que, históricamente, la iglesia católica ha sido cómplice, ha solapado y se ha beneficiado de la delincuencia organizada.

Sin embargo, en una elección en que nadie se atreve a reconocer la mano del narco; en un proceso en que nadie se atreve a decir que no existen las condiciones para el desarrollo de los comicios; y en un conflicto en que nadie asume la responsabilidad que le corresponde; la iglesia es la única voz que suena y denuncia la presión de los delincuentes en las elecciones.