La falsa protección de los periodistas por parte de AMLO

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Especial

Cada vez que es asesinado  un periodista, el presidente Andrés Manuel López Obrador promete que se reforzarán los mecanismos para proteger a quienes se dedican a esta profesión. 

Sin embargo, las declaraciones retóricas de López Obrador están muy lejos de reflejar la realidad, como lo demuestra el testimonio de un periodista amenazado y supuestamente “protegido”, que accedió a hablar con La Otra Opinión con la condición de no revelar su identidad.

La víctima ha realizado varias coberturas sobre el crimen organizado, lo que le costó un secuestro exprés durante el cual le dieron cachazos en la cabeza y le advirtieron que si seguía escribiendo sobre el tema irían contra sus hijas.

Decidió recurrir al Mecanismo para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas adscrito a la Secretaría de Gobernación, con lo que inició un nuevo calvario.

Mes y medio después, su “protección” consistió en la instalación de una camarita unidireccional, muy antigua y obsoleta, en la sala de su casa; una patrulla que pasaba todos los días afuera de su casa y lanzaba un “sirenazo” y unas visitas de vez en cuando de policías de investigación.

Cuando pidió el apoyo le tomaron sus datos y le pidieron hacer una narración de la agresión sufrida. Luego le dijeron que su caso tendría que ser analizado por un comité especial que determinaría si era candidato a recibir la protección.

Un mes después se comunicaron con él para decirle que ingresaría al Mecanismo, para lo cual recibiría en los siguientes días la visita de unas personas para iniciar su protección. 

Una semana después llegaron a su casa unos técnicos que instalaron en su sala una camarita pero unidireccional, de las más baratas y ya obsoletas, pues solo hacen una toma cerrada de un punto específico. 

Posteriormente le dijeron que una tenía que estar pendiente durante el día porque una patrulla estaría dando rondines en los alrededores de su domicilio y él tenía qué verificar que eso ocurriera.

“La patrulla pasaba una vez al día y daba un sirenazo; yo tenía que salir de mi casa a asomarme y los policías me tenían que ver a mí para que ellos pudieran en su reporte que yo estaba pendiente. Por supuesto, no me siento seguro con esa protección”.

El calvario burocrático

A nuestro entrevistado le fue bien. Muchos de los que solicitan inscribirse en el Mecanismo son rechazados y entre quienes son aceptados, llegan a pasar hasta tres meses para que empiece su “protección”.

El Mecanismo es una impresionante maraña burocrática en la que intervienen varias instancias administrativas, llamadas “unidades”, entre las cuales va pasando cada caso específico hasta que se toma la decisión de “proteger” a una posible víctima.

Después de que una solicitud pasó por la evaluación de varias unidades y de un comité especial, el Plan de Protección debe ser aprobado por la Junta de Gobierno, integrada por representantes de la Secretaría de Gobernación, la FGR, la SER, la CNDH, dos periodistas –nadie sabe quiénes son ni cómo los eligen–  y dos defensores de los derechos humanos.

El Mecanismo es tan ineficaz, que de los 22 periodistas que han sido asesinados en lo que va del gobierno de López Obrador, tres contaban con “protección”.