Inversionistas en Nueva York “batean” a Pemex

En una reunión entre inversionistas extranjeros y ejecutivos de Petróleos Mexicanos (Pemex), no se dejó en claro el mensaje de confianza que solicitó el presidente, Andrés Manuel López Obrador de que se sanearían las finanzas de la petrolera.

Desafortunadamente Pemex tiene una deuda de 83 mil 900 millones de dólares en bonos en circulación, lo que la hace ser la empresa petrolera con la mayor deuda. A pesar de las buenas intenciones de López Obrador y la construcción de la nueva refinería de Dos Bocas, Tabasco.

El director financiero de la paraestatal, Alberto Velázquez no logró convencer a los inversionistas quienes no vieron con buenos ojos su designación por el presidente, así indicó Jim Craige, cotitular de inversión de Stone Harbor.

“Él no mostró entendimiento de la compañía y no impresionó para nada”,  “Es problema de AMLO porque él lo eligió”… “Tiene que irse”. indicó

Todo ello porque no supieron explicar lo que harán con los 5 mil 400 millones de dólares este año de deuda vencida. Así como afrontarán el gasto de 13 mil 700 millones de dólares en 2019, un 22 por ciento más que el año pasado. Esa fue la preocupación de analistas de la firma Jefferies.

“Estamos bastante decepcionados por la falta de una estrategia cohesionada y comunicación coordinada entre Pemex y el soberano, a lo que se suma una aparente desconexión con la percepción del mercado”

Los analistas y representantes de inversionista acusan falta de claridad en el programa de financiamiento, falta de claridad sobre cómo alcanzan los objetivos de producción y falta de claridad sobre futuras subastas de concesiones.

Otro factor de desconfianza que ven los inversionistas es el plan en contra del robo de combustible, así como la forma en que distribuidores extranjeros surtirán el combustible a sus estaciones de servicio.

Por eso los representantes fueron contundentes al “batear” a Pemex.

“Creemos que los gerentes de Pemex no pudieron presentar una explicación creíble”

Con este panorama viene una crisis para la paraestatal, algo que buenas intenciones y movilización de simpatizantes puedan detener.