Dicen que sólo el hombre tropieza dos veces con la misma piedra. El mejor ejemplo lo encontramos en Coahuila.
Aunque usted no lo crea, según una encuesta del periódico Vanguardia, el impresentable Humberto Moreira es el político más adelantado entre los precandidatos a la alcaldía de Saltillo, la capital de Coahuila.
Aunque usted no lo crea, a pesar del desprestigio, de los escándalos y del grosero endeudamiento que distinguió su paso por el gobierno de Coahuila; Moreira coquetea con la alcaldía de Saltillo.
Aunque usted no lo crea, desde hace semanas, Moreira manifestó su interés en competir por la presidencia municipal de su estado.
Y aunque usted no lo crea, las preferencias electorales lo favorecen.
Como probablemente sepa, en 2017 se renovarán los alcaldes de Coahuila. Un año después, los coahuilenses volverán a votar por sus presidentes municipales.
Y ya sea en el proceso de 2017 ó en el de 2018, Moreira asegura que podría aparecer en la boleta electoral.
Sin embargo, dicen los enterados que la falta de residencia en la entidad –pues Moreira ha vivido en Cuernavaca, la Ciudad de México y en Madrid–, frustraría sus aspiraciones políticas.
Curiosamente, las trabas institucionales –y no la opinión pública–, cerrarían el paso a uno de los políticos más desprestigiados de la política nacional.
Aunque usted no lo crea.
