HANK AARON – HISTORIA DE UN ENCUENTRO

El único hombre al que idolatro más que a mí mismo” -Muhammad Ali 
“El mejor jugador de béisbol de mi generación”. -Mickey Mantle
Romper cualquier récord es una gran hazaña. Lograrlo a pesar del odio y amenazas requiere no sólo ser muy bueno en lo que haces, sino tener un temple de acero, además de una gran integridad y dignidad.
En abril de 1974 Henry (Hank) Louis Aaron, apodado “El martillo”, conectó el cuadrangular 715 de su carrera, en el estadio de los Bravos en Atlanta, rompiendo el récord del legendario Babe Ruth que parecía imposible de igualar. Así lo anunció el comentarista deportivo Vin Scully:
“¡Qué momento tan maravilloso para el béisbol, qué momento tan maravilloso para Atlanta, qué momento tan maravilloso para el estado de Georgia, qué momento tan maravilloso para el país y el mundo, un hombre negro está recibiendo una gran ovación en el Sur Profundo por romper el título de un largo ídolo del beisbol y es un gran momento para todos nosotros y particularmente para Henry Aaron”.
Desafortunadamente, para Aaron el camino para llegar a conseguir este triunfo fue uno de los peores momentos de su vida. Mientras se acercaba a la meta, fanáticos racistas, que se negaban a que un negro rompiera el récord de cuadrangulares de su adorado “Bambino”, le enviaban cartas llenas de odio y amenazas. Hubo un día que recibió más de tres mil de ellas. No sólo eran las cartas, también había infinidad de llamadas a todas horas con amenazas de secuestro de sus hijos.
Todo esto hubiera bastado para desanimar a cualquiera, pero no a Hank Aaron.  Para darnos una idea del tamaño del problema, en su biografía el propio Aaron narra que, en 1973, su secretaria Carla Koplin manejó más de 930 mil cartas, 870 mil más que cualquier otra persona en ese mismo año, según el Servicio Postal norteamericano. No todas, pero muchas de ellas estaban llenas de odio y racismo. Las peores tuvieron que ser enviadas al FBI.
Por una cadena de eventos afortunados, tuve la oportunidad de conocer, aunque brevemente, a este gran hombre. Mi buena fortuna empezó cuando recibí una invitación para a un viaje de prensa por parte de Cruceros Crystal en septiembre de 2009. Crystal Cruises tiene la buena costumbre de invitar a personalidades a sus cruceros para que compartan sus experiencias y conocimientos con los pasajeros y resultó que uno de esos invitados especiales era el beisbolista y luchador por los derechos civiles, Hank Aaron.
Foto: Celia de Coca

A pesar de que mi padre (QEPD) y hermano son fanáticos del beisbol, yo no lo soy tanto, y confieso que no conocía su historia. Quizá por ello escucharla en la conferencia que dio el segundo día del crucero me impactó profundamente.

Al día siguiente de su conferencia me lo topé en un pasillo, me presenté, y le pregunté si podía entrevistarlo. De entrada se mostró sorprendido, pero me dijo que sí, y me preguntó cuándo me quedaba bien a mi entrevistarlo. Fijamos el día y la hora. Conseguí un salón en el crucero para ese día y le pedí apoyo para las fotografías a Celia de Coca (otra afortunada coincidencia).
Me puse a leer frenéticamente sobre su vida y vi el documental que realizó Michael Tollin sobre él. Le pregunté a Roberta Garza, quien dirigía la Revista Milenio en esa época, si le interesaba la entrevista. Todavía guardo el correo con su respuesta: “Pardon my french pero FUUUCK qué suerte tienes! Hank Aaron es un héroe, estás hablando del Mohammed Ali o del Magic Johnson en baseball… Claro que quiero la enchilada completa…
Las entrevistas siempre me han perecido algo muy especial, me encantan. Me parece mágico tener, aunque sea sólo por unos breves minutos, la atención de una persona con la posibilidad de preguntarle lo que quieras. He tenido la suerte de entrevistar a personas muy destacadas en sus ramos, y entre estas entrevistas han habido momentos de esos que te marcan. Entrevistar a Hank Aaron para mi fue uno de ellos.
Hank Aaron llegó puntual a la entrevista. Tenía una sonrisa espectacular y una de esas voces graves como la de James Earl Jones, que son un gusto escuchar, con un marcado acento del sur de Estados Unidos. Me impresionó como podía narrar esos momentos tan dolorosos que vivió sin rastro de rencor, odio o resentimiento. Su preocupación por dejar un legado y abrir brecha para otros, fue un motor mucho más poderoso que el miedo. Un hombre que pensaba en dar más que en tomar todo. Su vida fue gran ejemplo honestidad, integridad y fortaleza.
Foto: Celia de Coca
Al día siguiente de la entrevista recibí en mi camarote un paquete con una nota de agradecimiento y dos libros autografiados por el propio Aaron. La entrevista a Hank Aaron se publicó en la –hoy desaparecida– Revista Milenio en noviembre de 2009. Al poco tiempo después de que se publicó la entrevista, me buscó Ernesto Amador para que hablara sobre Hank Aaron en su programa de radio en Miami. Me preguntó cómo había conseguido la entrevista si era muy raro que diera entrevistas. Le respondí que como afortunadamente no tenía ese dato, simplemente le pedí una entrevista y él dijo que sí.
Ayer en la mañana recibí un WhatsApp de mi hermano con la noticia del fallecimiento de Aaron. Confieso que se me salieron las lágrimas y se me encogió el corazón. Hank Arron dejó unos números difíciles de igualar y que le han dado su lugar en la historia del beisbol: 755 cuadrangulares (el segundo lugar después de Barry Bonds), 2297 RBIs o carreras impulsadas (el número uno de todos los tiempos) y 3771 hits (#3 lugar) y 23 temporadas en la MBL. Un gran jugador, sin duda, pero un mejor ser humano. Descanse en paz Henry Louis Aaron.
A continuación puede consultar la entrevista íntegra con Hank Aaron
Buen domingo a todos y gracias por leerme

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