Tan pronto como el 13 o 14 de este mes, es decir el viernes o sábado de la próxima semana, Donald Trump pretende que se anuncie que ya se llegó a un acuerdo preliminar en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (TLCAN).
La razón es que se van a reunir en Lima, Perú, el propio Trump, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, y el presidente Enrique Peña.
En esas fechas se va a realizar la Cumbre de las Américas, que convocará a los tres líderes. Esto no significa que la negociación esté terminada para esa fecha. Lo que pretende Trump es que se puedan anunciar las grandes líneas del acuerdo, aunque las negociaciones continúen todavía por un plazo más amplio para definir detalles que aún no están y para llegar a una redacción legal.
El secretario de Economía de México, Ildefonso Guajardo, sostuvo reuniones la semana pasada con funcionarios canadienses y se espera que mañana viaje a Washington para conversar ahora con funcionarios de Estados Unidos.
Se estima que el jueves también acuda a Washington la canciller canadiense, Chrystia Freeland, y para el viernes podría haber una reunión trilateral. También es factible que Luis Videgaray, secretario de Relaciones Exteriores de México, pudiera hacerse presente para reuniones paralelas en la capital de Estados Unidos.
No está claro si la octava ronda de negociaciones habrá de realizarse la próxima semana, como se había previsto, o se modificará ahora el formato de negociación.
Como le he comentado, uno de los escenarios es que el acuerdo se firme en un plazo relativamente cercano para tratar de ratificarlo en el Senado antes del primero de julio, por una mayoría calificada que podría resultar de los votos de PRI, PAN, PRD, PVEM, MC y Panal.
Aunque AMLO ha señalado en diversas ocasiones su petición de esperar al resultado de las elecciones de julio para continuar con las negociaciones, es obvio que esta demanda no ha tenido eco.
Por el contrario, en alguna medida la prisa por llegar a un acuerdo considera que en la eventualidad de que AMLO gane la elección presidencial y de que Morena y sus aliados obtengan un buen número de escaños en el Senado, sería necesaria la ratificación del Tratado en la actual Legislatura.
Ayer le comentábamos en este espacio que, para Estados Unidos, la existencia del TLCAN tiene un valor estratégico, sobre todo en el contexto del conflicto comercial con China y de tensiones diplomáticas con Rusia.
El riesgo de que un cambio de gobierno o de la composición del Congreso pudiera implicar una modificación de la actitud mexicana y hacer la negociación más difícil o tardada, puede haber inducido a Trump a buscar un acuerdo rápidamente pese a sus amenazas de salirse.
¿Cuál podría ser el efecto electoral de tener un Tratado firmado y ratificado antes de las elecciones del 1 de julio?
No tengo claro el impacto cuantitativo que tendría, pero de lo que estoy seguro es que en términos cualitativos le quitaría parque a AMLO y podría generar mayor confianza hacia Meade o incluso a Anaya, en un escenario de menores riesgos.
Como le comenté el día de ayer, en ese escenario, no sería nada extraño que viéramos en este mismo mes o en mayo una cotización del peso frente al dólar por debajo de los 18 pesos.
