Grave cosa: Un narco gobierno, o un narco estado

VIZARRETEA-CONSTELACION-POLITICA

La tradición clásica ha considerado tres elementos que constituyen al Estado moderno: territorio, pueblo y gobierno; algunos autores agregan ciertos valores en su tipología.

En el actual estado contemporáneo, se mantienen los elementos clásicos de la modernidad y se resaltan los elementos democrático y constitucional, con división de poderes, para configurar al Estado de Derecho.

Un estado donde impera la ley, la norma, por encima de la discrecionalidad del poder del gobernante.

Después de la II Guerra Mundial, fueron apareciendo ideologías que se alinearon a las potencias hegemónicas, Estados Unidos y la entonces URSS, en una guerra fría, propiciando ideologías, doctrinas, planes, programas, gobiernos y sociedades, que fueron transformándose en aliados y colaborando en la expansión de sus ideas e intereses.

Casuística determinante, hubo algunos estados, gobiernos o sociedades, que estuvieron alejados de los centros hegemónicos como los países árabes, los países africanos, los asiáticos y del lejano oriente y los denominados en su momento como países del Tercer Mundo.

Al momento de la caída del Muro de Berlín, la posterior disolución de la URSS y el proceso de globalización y avance de las telecomunicaciones, impulsando nuevos centros regionales de poder y reagrupamientos de gobiernos y países, como fue el caso de la Unión Europea, los denominados tigres asiáticos, el crecimiento de China, India y Japón.

Asimismo, dentro de esta relacionalidad del poder global e internacional, del crecimiento y el desarrollo económico, aparecieron actores y poderes fácticos, que generaron nuevas amenazas y riesgos a los gobiernos y sociedades: el terrorismo y la delincuencia organizada transnacional, que afectaron la seguridad del mundo.

México tuvo un momento de modernización que lo vinculó por el TLC con EU. En difíciles circunstancias, reflejo de un crecimiento en la demanda estadounidense, el consumo de drogas impulsó la narco delincuencia en México, paulatinamente inició un proceso de crecimiento en la producción de nuevas drogas, su comercio y distribución, así como en un amplio portafolio de actividades ilegales, que han postrado a los gobiernos y colocado en estado de indefensión a la sociedad. Se conformaron grupos de poder fáctico, nacionales como los carteles, y grupos criminales regionales o locales, que en un proceso de alianzas han logrado un amplio control del territorio nacional, propiciando una lucha expansiva, terrorista, por el control de plazas.

La narco delincuencia pasó del plomo o plata, a una asociación con los gobiernos locales, hasta lograr controlarlos o desplazarlos. Sustituye así la delincuencia al gobierno, vía corrupción, complicidad o control de la función misma de gobierno.

El actual control de la delincuencia organizada de actividades productivas, de productos de comercialización legal y legítima, del mercado local e interno, ha generado un derecho de piso, que tiende a sustituir el pago de impuestos o a duplicar este tipo de contribuciones, con una extorsión que tiende a normalizarse ante el contubernio de las autoridades. La delincuencia controla la producción y servicios, imponiendo su ley a la sociedad, a la población, al pueblo.

En este sentido, la delincuencia ha controlado y sustituido gobiernos, estableciendo un narco gobierno. Al controlar tareas productivas de la sociedad y lograr una inusitada expansión del control territorial, estamos acercándonos a un narcoestado.

Así podemos obtener registros de la forma en que las seguridades, nacional o pública, han sido violentadas por una evolución de la delincuencia criminal, de la impunidad y de la ausencia del estado de derecho, marcando de injusticias e inseguridades la vida cotidiana.

Desde luego, se necesita un giro de timón, para recuperar la seguridad perdida, en gran parte del territorio nacional, mantener la actividad social, limpiar los gobiernos y lograr que la corrupción e impunidad sean erradicadas.

Sigue resonando la discusión de la justicia de la República platónica y, en consecuencia, la reconstrucción del Estado.