Aquí lo dije y lo he documentado de distintos modos y de todas las formas posibles.
Sí, es previsible que Genaro García Luna, el ex secretario de Seguridad Pública del gobierno de Felipe Calderón, sea un pillo de siete suelas.
Es probable que, en su momento, el “súper policía mexicano” se haya convertido en el más rentable colaborador de bandas criminales como la de “El Chapo”, entre otras.
Y hasta se podría presumir que durante su gestión al frente de la seguridad pública federal mexicanas, García Luna haya logrado engañar al presidente Calderón.
Sin embargo, mientras que en la Corte Norteamericana –donde es procesado el ex policía–, no aparezcan pruebas contundentes sobre el daño que el mexicano ocasionó a la sociedad y al gobierno de Estados Unidos, las posibilidades, las probabilidades y las presunciones no son más que “basura engañabobos” que se difunde de manera irresponsable en los espacios mediáticos de México y de Estados Unidos.
Y es que muy pocos –si no es que nadie– han entendido que al sistema judicial norteamericano le importan un pito los delitos, presuntos o reales, que haya cometido en México un acusado como García Luna.
Lo que le importa a la Corte de Estados Unidos es el daño que le haya causado el presunto criminal, García Luna, al gobierno, a los ciudadanos y a los intereses norteamericanos.
Por eso debemos insistir, por enésima ocasión, que el caso García Luna tiene todo para convertirse en un nuevo fracaso de López Obrador frente al mundo y, sobre todo, ante las autoridades norteamericanas.
Y no se diga el ridículo en México para el mandatario López.
Claro, a pesar de las mentiras que difunde la sometida prensa mexicana –azuzada por la mediocridad que rodea al presidente y por la ignorancia del propio López Obrador–, quienes juguetea con el espantajo de que García Luna puede ser acusado de quién sabe qué horribles complicidades, cometidos en México, cuando la verdadera complicidad con las bandas criminales la vemos a diario en el gobierno de AMLO.
Además, y por si fuera poco, los bobos de Palacio y los paleros medios ignoran que las contradicciones del juicio contra García Luna amenazan con exhibir a la justicia de aquel país como el hazmerreir del mundo.
¿Por qué?
Porque por casualidad, la mayoría de los casi 80 testigos protegidos que los fiscales presentarán como pruebas contra García Luna, fueron detenidos justo en las administraciones de Calderón y Peña Nieto; las que según la retórica oficial mexicana se habrían coludido con el crimen organizado.
Y frente a tal contradicción aparece la pregunta fundamental: ¿Cómo es que hoy, los mafiosos que habrían sido protegidos por García Luna, se han convertido en sus delatores?
Por eso, no son pocos los expertos que en Estados Unidos y en México pronostican que luego del largo periplo judicial contra García Luna, el presidente López terminará con una nueva derrota; una paliza que abonará a la frustración que seguro lo empujará a imponer su dictadura.
Pero si tienen dudas, aquí un breve recuento de los capos detenidos en los gobiernos de López, de Peña y de Calderón.
A pesar de la importancia del tema, en los poco más de cuatro años del gobierno de AMLO no existe un recuento oficial de los capos detenidos y llevados a proceso.
Aún así, según distintas periodísticas consultadas, se habrían detenido entre 13 y 15 jefes de grupos criminales, la mayoría de menor importancia.
Entre ellos fueron capturados Ovidio Guzmán, del Cártel de Sinaloa, Gerardo Treviño, “El Huevo”, del Cártel del Noreste; Miguel Jarquín, “El Chaparrito”, del Cártel Nueva Generación de Colima; Rosalinda “N”, esposa de “El Mencho”; Juan Antonio “N”, alias “El Pizarro”, de una célula del CJNG en Veracruz y José Antonio Yepes, “El Marro”, jefe del Cártel del Huachicol en Guanajuato.
Contrario a la retórica del gobierno lopista, en la gestión de Enrique Peña Nieto se llevó a cabo el mayor número de capturas de jefes criminales; recuento que sí existe de manera oficial.
En los seis años de Peña Nieto y luego que en su toma de posesión el mandatario mexiquense anunció la detención de “122 objetivos prioritarios”, al final logró la captura de 96 de esos “objetivos prioritarios”, entre ellos 14 que terminaron abatidos por las fuerzas federales.
A su vez, al arranque del gobierno de Felipe Calderón se dijo que entre los líderes criminales más buscados, 37 de ellos eran prioritarios. Al final de su gestión habían sido capturados 25 y abatidos otros cuatro de esa lista.
La mayoría de los criminales detenidos en los gobiernos de Calderón y Peña, fueron extraditados y están en la lista de testigos contra García Luna.
Y posiblemente sin saberlo, pueden contribuir a la liberación de García Luna y provocarán una de las mayores derrotas a López Obrador.
Al tiempo.