¿Fuego amigo contra Manlio?

A Maclovio Murillo, consejero jurídico de Chihuahua, lo acusan de orquestar la campaña en contra de Beltrones

Hay un 80 por ciento de posibilidades de que en el caso que llevó a Alejandro Gutiérrez a la cár­cel bajo acusaciones de “peculado agravado” y a Manlio Fabio Beltrones a ampararse para, dice él, tener acceso al expediente sobre el des­vío de 250 millones de pesos a campañas del PRI, haya sido “fuego amigo”.

Es lo que dicen en el entorno del expresidente nacional del PRI. Sustentan el alto porcentaje de posibilidades del que ha­blan en el hecho de que policías federales, por órdenes supe­riores, acompañaran a agentes de la policía de Chihuahua a Coahuila para detener a Gutiérrez.

Preguntamos si la responsabilidad se la atribuyen a Manelich Castilla, comisionado de la Policía Federal. “Tiene jefes…”, reviraron. ¿Motivo? Insistimos. “Querían sacar a Manlio del proceso de selección del candidato presidencial del PRI”, respondieron.

Citamos textual lo que nos dijeron:

“Lo que está en el ambiente es algo muy cabrón. Gente den­tro del gobierno puso a disposición (de Corral) a un grupo de apoyo de la Policía Federal para la detención de Alejandro Gutiérrez. Fueron ellos los que, con engaños, se llevaron de Coahuila al exsecretario general adjunto de PRI para trasladar­lo a Monterrey”.

El relato añade que en la capital regia terminó la cham­ba de los federales. Hasta allí acompañaron a los policías de Chihuahua.Y fue precisamente en la escala en Monterrey donde el otrora secretario general del PRI cayó en la cuenta de que algo andaba muy mal y que no lo llevaban precisa­mente a declarar.

Alejandro se rehusaba a subirse al avión que lo trasladaría, directo y casi sin escalas, de la capital regia al Cereso de Chi­huahua. “Se lo llevaron a fuerzas, violando el debido proceso”, subrayan. En menos que canta un gallo le decretaron prisión preventiva por un año.

  • A los que ordenaron el arresto de Gutiérrez y el “calambre” a Beltrones “se les pasó” pedir la solicitud de apoyo que se re­quiere para que la Policía Federal sea coadyuvante de las poli­cías locales en una detención. “Eso es una tropelía y un secues­tro”, subrayan las fuentes.

La esposa de Alejandro Gutiérrez ya presentó una queja por malos tratos a su marido ante la CNDH. Sus abogados denun­ciaron “tortura” ante la PGR.

Nos hicieron notar también que las acusaciones de “pecu­lado agravado” que se le hacen a Gutiérrez no aplican en el caso. El exsecretario general adjunto del PRI no ha sido fun­cionario público.

Y luego de negar por ené­sima vez el desvío del que se acusa a Gutiérrez, nos dicen que, en todo caso, la acusa­ción tendría que haber sido por fraude.

  • Hicieron notar que tam­bién el fiscal General de Chihuahua, César Augusto Peniche Espejel, estaba in­habilitado por la Función Pública en los momentos en que tomó posesión del cargo. Tampoco posee los controles de confianza obligatorios para ocupar el cargo, de acuerdo con una denuncia presentada en su contra cuando lo hicieron fiscal.

Fue inhabilitado por la Función Pública porque cuando era delegado de la PGR en Chihuahua lo acusaron de “negligencia administrativa”. No dio trámite a unos documentos que recibió la delegación estatal que encabezaba. El caso fue atraído inclu­so por la PGR, pero el Nuevo Sistema de Justicia Administrativa le otorgó el perdón.

A otro funcionario, Maclovio Murillo Chávez, consejero ju­rídico del gobierno de Chihuahua, no lo bajan de “abogado de narcos” y de orquestar la campaña en contra de Manlio.

Al gobernador de Chihuahua, Javier Corral, quien se osten­ta hoy como ejemplo de la lucha anticorrupción, le otorgan el rango de “pieza” en todo el entramado que llevó a la cárcel a Gutiérrez y puso a Beltrones a la defensiva. “No tiene el control, depende de los otros”, subrayan.

  • A los miembros del equipo de Manlio no se les escapó un de­talle: Ignacio Cobo es el propietario del hotel Geneve de la Ciu­dad de México, donde Javier Corralofreció la conferencia de prensa en la que vinculó la suspensión de los 700 millones de pesos convenidos para el saneamiento financiero de la entidad.

¿Y eso qué tiene de particular? Nacho Cobo es muy cercano al empresario Carlos Slim, y Alejandro Gutiérrez es socio del mero mero del Grupo Carso en la Minera Frisco.

Corral estuvo arropado en el Hotel Geneve por destacados intelectuales, políticos de izquierda y hasta los más altos inte­grantes del Comité de Participación Ciudadana del Sistema Nacional Anticorrupción. ¿Pero qué creen? Que Jacqueline Peschard, presidenta del citado Comité, decidió deslindarse de Javier Corral.

En una entrevista que publicó ayer el diario La Crónica dijo que los reclamos del gobernador de Chihuahua rayan o inva­den el terreno de la política. Dice que Corral buscó al Comité Anticorrupción para que lo apoyara en su reclamo a la admi­nistración federal, pero que el asunto ya derivó en “una cosa mucho más política”.

Lo respaldaron, precisó, porque el gobernador panista em­pujaba con fuerza en contra del exgobernador Cesar Duarte, refugiado en Estados Unidos.

Se reunieron ayer en la cafetería Balmoral, del Hotel Pre­sidente Intercontinental de Polanco, Yeidckol Polevnsky, presidenta de Morena, y Manuel Espino, exjefe nacional del PAN y dirigente de Concertación Mexicana. ¿Alianza en puer­ta? Es pregunta.