Sí, las actuales autoridades ganaron las elecciones y están en el poder por decisión de la mayoría, lo que no impide decir que en distintas materias técnicas están equivocadas pues gobiernan desde la ignorancia y desde sus fobias.
Comparecieron ante el Senado las cuatro nuevas ternas para llenar las vacantes en la Comisión Reguladora de Energía (CRE), pues las que envió anteriormente el Ejecutivo fueron rechazadas por desconocimiento absoluto de la materia.
Sin embargo los propuestos fueron los mismos y si el Senado los vuelve a reprobar, el Ejecutivo los designará de entre los nombres que ya envió y fueron rechazados. Una tomadura de pelo para que no se les olvide quién manda aquí.
Al presidente de la CRE, Guillermo García Alcocer, quien se atrevió a disentir de las ternas enviadas por el Ejecutivo porque se requerían otros perfiles, la Secretaría de la Función Pública le abrió cuatro expedientes a partir del linchamiento que le hicieron en la conferencia mañanera, en Palacio Nacional, por un inexistente conflicto de interés.
En otra decisión técnica, el gobierno canceló la construcción del nuevo aeropuerto a sugerencia del constructor más cercano del gobierno, José María Riobóo (cuya esposa fue propuesta y luego ratificada como ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación), quien había concursado para realizar la ingeniería de las pistas del nuevo aeropuerto en Texcoco y perdió.
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Ése es conflicto de interés, no el que le fabrican al presidente de la CRE porque el gobierno quiere tomar el control de ese organismo técnico y regulador.
También el gobierno aprieta, para que renuncien, a los cuatro consejeros independientes de Pemex, pues cuestionan la pertinencia de gastar miles de millones de dólares en la construcción de la refinería en Dos Bocas, en lugar de apostar a exploración y extracción, y asociaciones con empresas privadas para esos fines.
El gobierno no quiere ningún contrapeso en el máximo órgano de gobierno de Pemex para su proyecto equivocado de Dos Bocas.
No quiere que le lleven la contraria en la rehabilitación del Sistema Nacional de Refinerías, donde perdemos dinero.
Rechaza que lo contradigan en su idea de retrasar las futuras rondas de adjudicaciones de campos petroleros, porque participan privados.
No quiere objeciones a su retirada en explotación de aceite y gas Shale, aunque importemos gas de ese origen de extracción.
Van a hacer exactamente lo contrario a lo que recomiendan los especialistas.
Tienen derecho a rechazar la técnica y la ciencia, pues ganaron las elecciones.
Pero no deja de ser un error, producto de una obsesión ideológica que, por costoso, nos lo van a cobrar las calificadoras (advierten a los tenedores de bonos dónde hay riesgos y dónde no), a las que ya mandamos al diablo.
Se anunció que se van a suspender las operaciones de los gasoductos que provienen de Estados Unidos, “para no crear dependencia”. Otra obsesión: el gas más barato del mundo se produce en el vecino país del norte.
Y en lugar de gas (que ya comienza a escasear, para la industria, en varios estados del país) vamos a emplear carbón, que es más contaminante.
Por cierto, la mitad del carbón se produce en México (el nuestro es el que más ceniza tiene), y la otra mitad la tendremos que importar de… Estados Unidos.
Con un lenguaje y actitud rebosantes de soberbia se descarta la apuesta a energías renovables, aunque en México podríamos ser los campeones mundiales en producción de energía solar, en eólica y en geotermia.
Actualmente hay países que tienen picos de 100 por ciento de utilización de energías renovables, y no son paraísos perdidos en el océano Índico o en el mar de los Sargazos: Alemania, Austria, Dinamarca, Costa Rica, Noruega, Islandia…
En contraposición al empleo de energías renovables se nos dice que China no las emplea y sigue la ruta del carbón (que emplearemos aquí). Falso: China es el país que más ha incrementado la producción de energías renovables.
Por el prurito de que las empresas mexicanas son corruptas encabezadas por aviesos “neoliberales”, el estudio para la construcción del aeropuerto de Santa Lucía se le entregará a los franceses.
Para el Tren Maya habrá sólo empresas extranjeras (salvo la mano de obra).
A construir la refinería de Dos Bocas se invitó únicamente a compañías extranjeras, con bien ganada fama de transas.
¿Y los mexicanos no pueden participar?
No, porque los contratos se harán por asignación directa o invitación restringida.
Primero la ideología. Primero las fobias. Mucha ignorancia y pocos conocimientos.