Desde hace 4 años, la activista feminista Martha Figueroa, descubrió una nueva modalidad de trata de mujeres indígenas en Chiapas, las cuales pertenecen a los grupos mayas tzotziles y tzeltales, y quienes son sometidas para realizar videos pornográficos que luego son distribuidos en el municipio de San Cristóbal de las Casas.
El “etnoporno”, es una de las nuevas modalidades de trata de mujeres indígenas de los municipios más pobres del estado: Chamula, Zinacantán, y Chiapas de Corzo, el cual es “protagonizado” principalmente por mujeres jóvenes, y en muchos casos se ha detectado que no rebasan ni los 15 años de edad.
“Por ejemplo, había un video que tenía como portada a una niña que vendía artesanías aquí en San Cristóbal de las Casas y que tenía de espaldas la catedral. La niña tendría 10 años, pero parecía de ocho, ¿y por qué estaba en la portada de ese DVD? Porque anunciaba que ella, o otras niñas de edad, aparecerían en los videos. Ahora, nosotras, las organizaciones, estamos buscándola. Estamos yendo por las víctimas para ayudarlas”, contó Martha Figueroa.
Según lo publicado por el Huffington Post, Martha Figueroa, detectó esta práctica en la que hay relaciones sexuales consensuadas entre parejas adultas y algunas donde el comportamiento de los protagonistas insinuaba un servicio sexual, pero también hay segmentos oscuros con adolescentes ebrias y violadas, y mujeres grabadas con cámara escondida y cuya identidad se difundía sin su consentimiento.
“Por los títulos y la vestimenta de las mujeres, es obvio que se trata de indígenas de los municipios más pobres de Chiapas: Chamula, Zinacantán, Chiapa de Corzo. Y el hecho de que los discos se vendan en San Cristóbal, donde hay una gran población extranjera y con dinero, te da a pensar que se trata de un mercado sexual donde las más vulnerables son carne de cañón para los más ricos del estado”, detalló la activista.
En conjunto con la asociación que lidera Grupo de Mujeres de San Cristóbal de las Casas, tienen conocimiento de las llamadas “chamulitas” mujeres muy jóvenes que han accedido a tener relaciones sexuales por gusto, por monedas, comida y hasta un cartón de cerveza, ya que es uno de los bienes más codiciados entre las comunidades indígenas en donde el alcoholismo es una enfermedad campeante.
“En muchos casos, los que compran este tipo de pornografía lo hacen porque les causa fascinación o morbo una persona indígena. Quieren ver cómo tienen relaciones sexuales, cómo son sexualmente. O, en los casos más extremos, quieren ver cómo se ejerce la dominación a un grupo de por sí ya oprimido históricamente”, aseguró Patricia Chandomí, académica de la Universidad Autónoma de Chiapas y especialista en violencia de género.
Según lo informado, la distribución del material estaría ligada al grupo denominado “Chamula Power”, el cual está relacionado con delitos que van desde la venta de droga, –con el supuesto permiso de “Los Zetas”– hasta la piratería y la producción de videos para adultos, que incluso se graban en la calle con turistas que acosan a niñas por la vía pública y se convierten en pornografía infantil.
En México, las leyes establecen que que quien grabe a menores de edad en actos sexuales o a personas mayores de 18 años, pero sin su consentimiento, estaría incurriendo en el delito de trata de personas en su modalidad de producción de pornografía. Y quien compre esos videos también sería culpable por el delito de posesión de pornografía infantil. En cualquier caso, vendedor y cliente estarían frente a una sentencia que rondaría los 20 años en prisión.
Con la aparición del “etnoporno”, colectivos de trabajo a favor de las mujeres, han usado el material en contra de los pedófilos, así como para localizar a las mujeres de más de 18 años y corroborar si consintieron la grabación del material, o en caso contrario iniciar una defensa legal para ellas, como ocurrió con la menor de 8 años.
Por su parte, Adriana Rebollo, fiscal antitrata en Chiapas, pidió a los habitantes de Chiapas, especialmente a los de San Cristóbal de las Casas, epicentro de este nuevo tipo de explotación sexual, que denuncien cuando vean este tipo de DVD a la venta, pues con una queja ciudadana es que se puede abrir una carpeta de investigación.
Asimismo, hizo un llamado para que alentar las denuncias, pues así será más complicado que hombres mexicanos o extranjeros lucren con las mujeres más pobres del estado más pobre del país, además que no sólo se lograría salvar a niñas y mujeres del abuso sexual, sino, probablemente, del feminicidio.