José Alberto Márquez Salazar
La ascensión de Claudia Sheinbaum al poder presidencial, la obtención de la mayoría calificada en el Congreso de la Unión y el gobierno de 22 estados de la República, por el MORENA, determinan el escenario político del 2025.
La derrota previsible del “Corazón y Fuerza por México”, en las elecciones del año que va terminando, cambió el escenario en el que cualquier intento de construir una oposición al Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), será muy cuesta arriba.
Ex dirigentes de la izquierda y figuras públicas, muchas de ellas con baja credibilidad, informaron sobre su intención de conformar nuevos partidos políticos para competir en las elecciones intermedias, en 2027.
Las mismas figuras que fueron incapaces de mantener el rumbo y la votación de un partido político, presentándose como “sociedad Civil” ahora buscan una plataforma desde dónde seguir en la “resistencia” contra MORENA. Dos noticias fueron más importantes que la intención de éstos para seguir viviendo del presupuesto público: la nueva aparición de Eduardo Verástegui y la de Andrés Manuel López Beltrán.
Sin ambages ni disfraz, Eduardo Verástegui anunció su intención de formar un partido político con una clara ideología de derecha. Ya sabíamos del trabajo que realiza en foros nacionales e internacionales promoviendo una agenda de una “derecha” que ubica como peligro mundial el crecimiento de partidos de izquierda.
Verástegui lo ha dicho claramente: “En 2025 empezaremos la construcción de ese partido y daremos la batalla, sabiendo que solamente Dios da la victoria”. Su agenda incluye cuestionamiento a movimientos de género, de diversidad sexual, pues: “No tenemos en México un partido conservador de derecha real. Es por eso que hemos decidido que en 2025 comenzaremos a construir un nuevo partido político que nos represente”.
Eduardo Verástegui ya intentó competir por una candidatura independiente en la elección de este año, pero no consiguió el registro ¿Puede lograr construir un partido político? Sin duda alguna, porque el escenario, en el cual estamos, con una oposición casi inexistente, le daría la oportunidad de atraer a muchas personas descontentas con MORENA y con el desastre de Xóchitl Gálvez y los partidos Acción Nacional y Revolucionario Institucional.
Eduardo Verástegui modificará al sistema sí logra el registro como partido político. Veamos el hipotético escenario que tendríamos en 2027, si los ex perredistas del “Frente Cívico Nacional y Verástegui logran registro:
Tendríamos al del Trabajo en la izquierda extrema; al MORENA y Movimiento Ciudadano, en la izquierda; al Verde Ecologista, Revolucionario Institucional y al Frente Cívico, en el centro; al Acción Nacional, en la derecha y a Verástegui, en la derecha extrema.
El voto se distribuiría con diferencias sustanciales. En este ejercicio tanto el Revolucionario Institucional, el Acción Nacional y el Frente Cívico serían los que perderían más. De hecho, el Frente Cívico no puede ir en coalición en sus primeras elecciones.
Si alguien estaría interesado en que Eduardo Verástegui y el Frente Cívico no tengan su registro, por lo menos para el 2027, son Acción Nacional y el Revolucionario Institucional. Ellos perderían más.
Si Verástegui logra el registro, sería un partido político con mayor credibilidad para una parte del electorado, de tendencia conservadora especialmente, y competiría con el MORENA.
La aparición de Andrés Manuel López Beltrán, Andy, en una concentración del MORENA en la Plaza de las Tres Culturas, es interpretado como un prematuro destape rumbo a la elección para la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México. El hecho también cambia el escenario del MORENA.
Para otras y otros, el discurso de López Beltrán es claro: “Ahora el compromiso de todos y, repito, de todos y no solo de su servidor debe ser cuidar ese legado y seguir luchando juntos por construir el segundo piso de la cuarta transformación de la mano de nuestra presidenta Claudia Sheinbaum Pardo”.
En otras palabras, el discurso de López Beltrán, que se declaró “chilango de corazón”, es para limitar al grupo en ascendencia en MORENA, que muchos denominan, neo morenistas. Y sí, estamos hablando de los ex dirigentes y militantes del Revolucionario Institucional que, de la noche a la mañana, se volvieron transformadores.
La participación de López Beltrán no es nueva pues, es de conocimiento general, en el proceso electoral del 2018 fue importante para el trabajo territorial y decisiones en la Ciudad de México.
Cómo verían la candidatura de Andrés Manuel López Beltrán los grupos más fuertes del MORENA en la Ciudad de México: Gustavo A. Madero (Francisco Chiguil), Iztapalapa (Aleida Alavez), Venustiano Carranza (Julio Cesar Moreno), Tlahuác (Rigoberto Salgado) y Xochimilco (José Carlos Acosta) y, evidentemente la Jefa de Gobierno, Clara Brugada.
Es probable que la tarea inicial de López Beltrán sea buscar la unidad de los grupos históricos de MORENA, frente a los neo morenistas; incrementar el padrón de afiliados, y aterrizar las reformas constitucionales para apoyar al gobierno de Claudia Sheinbaum ¿Y si todo lo hace bien?
Eduardo Verástegui y Andrés Manuel López Beltrán movieron el escenario rumbo al 2027. Y no está de más poner atención al nuevo escenario político que viene en el 2025.