La pandemia por COVID-19 no da tregua en México, pues ya se acumulan 434 mil casos y han muerto 47 mil 472 personas. Sin embargo, todo mundo mantiene la esperanza y espera con ansias la eventual vacuna que controle este mal.
Varias farmacéuticas ya han avanzado en ello y se tiene previsto que para el primer semestre del 2021 exista un tratamiento confiable que combata el coronavirus. Sin embargo, el acceso que tenga la población a la vacuna puede ser muy reducido, en consecuencia, más personas podrían morir mientras esperan.
En ese sentido, la administración de Andrés Manuel López Obrador ha asegurado que el gobierno sería el único encargado de distribuir un eventual tratamiento contra el coronavirus, sobre todo, después de la aprobación de la Ley Adquisiciones, que permite al gobierno adquirir medicamentos en el extranjero.
No obstante, una determinación así es riesgosa, porque si las autoridades federales se convierten en el único distribuidor del fármaco podría tardar varios meses en suministrarla a toda la población, misma que no dejará de estár expuesta ante este mal.
Imagínense la corrupción cuando llegue la vacuna a México. Solo el gobierno la podrá comprar y distribuir. ¿Cuánto tiempo pasará entre su llegada y el “yo tengo un primo que es doctor del IMSS y te la puede conseguir por….”?
Va a estar de a peso.
— Jorge Guajardo (@jorge_guajardo) August 1, 2020
Lo ideal sería que existan varios métodos de distribución de la vacuna; porque en el peor de los casos los políticos podrían usarla como “arma” electoral, ya que en 2021 se celebrarán los comicios que, en gran medida, marcarán el futuro del gobierno de Lópéz Obreador.