¿Eres tan joven como te sientes?

NETEANDO CON FERNANDA

Vivimos en una sociedad de apariencias. Quizá no nos guste aceptarlo, pero es cierto. Verse bien y verse joven es imprescindible; por ello, la industria cosmética vende billones de productos que rejuvenecen, blanquean el tono de piel, quitan imperfecciones y las cirugías estéticas y procedimientos embellecedores como el Botox, van en aumento año con año.

En esta sociedad de apariencias la juventud juega un papel clave. La valoramos como un tesoro, por ello hacemos todo tipo de cosas, (aún poniendo en riesgo nuestra salud), para detener el paso del tiempo. Como si con la juventud, fuera un requisito indispensable para la creatividad, belleza capacidad, neuronas, etc. El aparentar menos años de los que uno tiene es el objetivo a cumplir. Nadie quiere ser etiquetada ni juzgada por su edad. El que alguien te diga “ruca” o “vejete”, es un insulto. Hemos empatado la belleza a la juventud. Cuando una mujer mayor de 35 luce muy bien, después del “se ve muy guapa o guapo”, agregamos “para su edad”.  La edad es una etiqueta y como la mayoría de ellas, injusta. No creemos que puede escuchar la misma música un treintañero que un sesentón, o disfrutar las mismas cosas.  Encontrar trabajo después de los 35 es francamente complicado, a pesar de que está prohibido, la realidad es que la edad si es un factor de discriminación. La verdad es que la edad, una vez que se ha alcanzado la mayoría, es irrelevante. Si alguien es un gran músico, médico o escritor lo será independientemente de su edad o género.

La semana pasada, el tema de la edad y cómo el paso de los años juega en nuestra contra se hizo patente cuando el holandés Emile Ratelband, inició un juicio a fin de poder quitarse legalmente 20 años de edad, tema que hizo eco en todos los diarios del mundo. Ratelband alega que su edad no es acorde con su físico, (siente que tiene en are 40 y 45 años) Dijo sufrir la discriminación que supone la edad al no poder pedir una hipoteca o un crédito y es muy difícil encontrar trabajo. En temas románticos sus 69 añitos, según Ratelband son un problema ya su edad hacía imposible ligar en la aplicación Tinder. Esa maldición cambio radicalmente cuando probó reducir su edad veinte años. De acuerdo con el diario español ABC, en un artículo publicado el 8 de noviembre 2018, el holandés define que sus 69 años son una limitación para desarrollar una vida con normalidad y que prefiere hacerlo de una forma legal a mentir en redes sociales o en su currículum. Considera que si la gente puede cambiar su sexo o vivir gracias a un transplante, debe tener el derecho a cambiar la fecha de su nacimiento.

Sé que es trillado pero soy de las que creo que la juventud tiene más que ver con la flexibilidad al cambio, capacidad de aceptar nuevas ideas y la actitud que con el número de años que hemos pasado en el planeta desde que nacimos. El definir las actividades por edad me parece algo absurdo. “Ya estás en edad de…” o “No estás en edad de” y peor aún el “ya no estás en edad de” son etiquetas que debemos sacudirnos si queremos ser felices. Emile Ratelband ha puesto el dedo en la llaga y nos obliga a reflexionar sobre los prejuicios sobre la edad patentes en nuestro tiempos. Veremos en que termina su batalla legal, pero más allá del resultado nos debe de quedar claro que el resultado idea sería que nuestra efebolatría llegara a su fin y aprendiéramos a ver a los seres humanos sin etiquetas. Pero supongo que  Emile tiene razón y es más fácil y rápido comenzar un procedimiento legal. Bien dijo Mark Twain que: “La edad es un tema de la mente sobre la materia. Si no te importa, no importa” pero supongo que lleva muchos años aprender ese concepto.

Marchas: Hoy, 11 de noviembre a las 11 de la mañana asistiré a la marcha en pro del Aeropuerto de Texcoco. Son muchas razones las que me motivan a asistir, pero la principal es que estoy en contra de la simulación y la ilegalidad. Marcho por la legalidad y el estado de derecho, que deben ser los pilares de la sociedad. Espero verlos a todos por ahí.

Buen domingo a todos

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