Como lo adelantamos en La Otra Opinión, el ex diputado federal de Morena, Saúl Huerta Bautista, goza de un trato privilegiado en el Reclusorio Oriente, producto del pacto que celebró con la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México para entregarse.
El ex legislador fue ubicado en una amplia zona del segundo piso del Reclusorio. Se tomaron medidas para que no entre en contacto con el resto de la población, de tal manera que no sufra el castigo que los internos imponen a quienes ingresan acusados de violación.
Dicho castigo, que no compartimos ni se lo deseamos a nadie, consiste en violar al interno, ya sea con algún objeto o por medio de otro preso, en la lógica de que debe sufrir lo mismo que él le infligió a otra persona.
De acuerdo con lo revelado por su defensa, Saúl Huerta fue ubicado en un área que corresponde a las estancias 4-1, 4-2 y 4-3 del segundo piso, un lugar totalmente aislado del resto de la población penitenciaria.
Además de las rejas correspondientes a cada una de las estancias, fue construida una más, por lo que el ex diputado, acusado de violación y abuso sexual en contra de menores, está protegido por cuatro rejas.
En ese lugar, Saúl Huerta está monitoreado las 24 horas del día y tiene unas dos horas al día para salir a un patio, pero se cuida de que lo haga en momentos en que no haya ahí otros internos.
El área en que se encuentra Huerta es muy especial y está reservada para reos de cierta importancia o de gran poder económico. Ahí estuvieron Roberto Moyado Esparza, El Betito, (ex líder de la Unión Tepito) y el ex gobernador de Sonora, Guillermo Padrés.
El trato especial durante su reclusión fue parte del pacto para que Saúl Huerta se entregara. Otros beneficios los podría obtener durante su juicio, como se verá al paso del tiempo.
