Cansados ya de los bloqueos y movilizaciones de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE)— que les ha dejado pérdidas económicas millonarias—, los integrantes de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco) presentarán una denuncia colectiva en contra del magisterio disidente por daños y perjuicios en contra de sus empresas.
Pero más allá de una denuncia en contra de la CNTE, el sector empresarial ha decidido pedir que se exenten los pagos del impuesto a la nómina, el ISR, derechos de IMSS e Infonavit. Así que los empresarios amenazaron con no pagar impuestos.
Aunque hasta ahora los empresarios se habían portado prudentes con el magisterio, pedirán al Gobierno federal que no regrese a la CNTE las cuentas y bienes que les fueron incautados para así garantizar el pago de las pérdidas económicas que han sufrido; que son alrededor de siete mil 500 millones de pesos.
Ante esta petición, para los empresarios el Gobierno no debería hacer caso omiso, ni ceder ante los chantajes y presiones de la Coordinadora.
Y es que así como los empresarios ya comienzan a actuar en contra de la CNTE, la sociedad también exige que se detenga a la Coordinadora pues se exacerba más el ánimo de la población.
Si bien la Secretaría de Gobernación y la Secretaría de Educación han tenido diferencias por la forma en que ven a la CNTE, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público—a cargo de Luis Videgaray—, tendrá que posicionarse al respecto luego de que los empresarios busquen apoyos a fondo perdido para reparar las pérdidas en los estados, principalmente de Chiapas, Oaxaca, Michoacán, Ciudad de México y Guerrero.
Veremos entonces el actuar de las autoridades ante las demandas de los empresarios, quienes han señalado que los tres órdenes de gobierno que han permitido impunidad, violencia e ingobernabilidad. ¿Será que el Gobierno se haga a un lado ante los empresarios?
Cabe señalar que el sector empresarial ha buscado ayuda de los partidos políticos y de los legisladores pues al Gobierno “le tiembla la mano” para hacer algo pues no quieren pagar un costo político, de cara a las próximas elecciones.
