En Estados Unidos dan armas… “A los pinches chamacos”

Francisco Hinojosa escribió hace algunos años su cuento “A los pinches chamacos”, en donde relata cómo tres niños –de unos 14 años de edad–, Mariana, Rodrigo y el narrador, huyen de su casa y se dedican a hacer “travesuras”.

Todo ocurre a partir de que los menores encuentran una pistola enterrada en un jardín y lo primero que hacen es venderla, pero a los pocos días la recuperan y comienzan así a matar a todo el que se cruza en su camino.

Desde un tendero, hasta una señora con la que chocaron mientras huían de la primera escena del crimen.

El cuento de Hinojosa apela al razonamiento de un niño, el cual –de acuerdo con la historia– no tiene la capacidad de discernir entre la vida y la muerte.

Resulta curioso que en el mundo alejado de la ficción existan personas como los “pinches chamacos” de la narración; es decir, que vayan matando gente sin remordimiento.

Estados Unidos es uno de los países en donde con frecuencia ocurre este fenómeno, y me refiero a que menores de edad, o gente muy joven, tomen un arma y abran fuego en contra de un grupo de personas. Las matanzas estudiantiles son el ejemplo más claro.

No obstante, en al menos ocho estados de nuestro vecino del norte hay una ley que permite la portación de armas de fuego a estudiantes de universidad.

El objetivo es la autoprotección en caso de que ocurra un tiroteo. Apenas el lunes pasado, Texas se sumó a esta lista, precisamente a 50 años de que ocurrió el que es considerado como el primer tiroteo masivo de la historia, que tuvo lugar precisamente en dicha demarcación.

En el cuento de Francisco Hinojosa, “A los pinches chamacos”, se hace evidente lo peligroso que resulta dejar un arma de fuego en manos de un menor, sobre todo si este menor tiene tendencias psicópatas.

En la vida real es preocupante que se abra la posibilidad de que cualquier alumno cargue con una pistola y acuda a tomar clases.

La polémica en torno al tema radica en que no todos los que portan legalmente un arma de fuego tienen la intención de proteger la vida, hay otros que buscan lo contrario, o si no ¿cómo se explican tantos tiroteos masivos en Estados Unidos?

Y por eso la pregunta: ¿dar un arma a un universitario bajo el argumento de la defensa es la solución a los problemas?

En La Otra Opinión creemos que no, ¿usted qué piensa?