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INEGI ha publicado la información de actividad industrial al mes de abril. La contracción es muy seria. Mayor de lo que esperábamos todos, creo. Al menos, mayor de lo que esta columna había estimado. Para este segundo trimestre, Fuera de la Caja esperaba una caída de -15% en manufacturas y cerca de -30% en construcción, con lo que el total de la industria rondaría -15%. Los datos de abril son -35% en manufacturas y -38% en construcción, para un agregado industrial de -29%. Es la comparación anual con datos originales.

Puesto que mayo no fue diferente a abril, prácticamente en nada, los datos serán similares, y apenas en junio puede ser que mejoren un poco. No mucho, porque no se puede reiniciar la actividad económica general si la pandemia no está controlada, ni nada parecido. De forma que lo más razonable es esperar que el promedio trimestral sea muy cercano a lo que se publicó para abril. La industria está detenida. Como dato interesante, el único resultado positivo en abril fue la industria alimentaria, con un crecimiento de 1.2%. Ah, y la extracción de petróleo, que para mayo debe haberse reducido, por el acuerdo con la OPEP. Ya veremos si se cumplió.

Nos faltan los datos de los servicios, que representan 63% de la economía. Los conoceremos en dos semanas, pero alguna información indirecta nos puede ayudar. Las ventas en tiendas de autoservicio y departamentales cayeron en más de 25% en términos reales, tanto en abril como en mayo. El indicador de consumo de BBVA está en ese mismo nivel, y el asociado a turismo en -80%. Los viajeros internacionales cayeron -98%, en llegadas por avión. Apenas hace un par de días se inició un intento de recuperación en Cancún, que espero sea exitoso pero, sobre todo, muy cuidado.

Con datos de Santiago Arroyo, el consumo de combustibles cayó 40% en marzo (relativo a enero-febrero), 65% en abril y 57% en mayo. El de diésel solamente (que es el asociado a producción y consumo al mayoreo), la caída en abril fue de 45% y en mayo de 28%.

Para terminar, David Kaplan ha estimado que el ingreso promedio laboral cayó en abril 15% lo que, sumado al desplazamiento de 12 millones de trabajadores fuera de la actividad, implica una contracción en la masa salarial (el dinero disponible para gastar) en los alrededores de -35%.

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Con base en estos indicadores, incompletos, me parece probable que la caída de los servicios ronde -20% durante este segundo trimestre. Con ello, la caída de la economía será de -22% en estos tres meses, que es más del -18% que esta columna había estimado.

Para la segunda mitad del año, no queda claro de dónde vendrá el proceso de recuperación. En principio, supondríamos que las exportaciones puedan activarse a partir de julio, pero no sabemos en qué medida, ni a qué ritmo continúen. La construcción dependerá mucho de una demanda que no se ve sana. Dudo muchísimo que se requieran oficinas o espacio comercial, o que muchas personas piensen en comprar una casa en estos momentos. En los servicios, el consumo resentirá la gran caída del empleo y los ingresos, y eso impedirá un impulso interno al turismo. Para el externo, el bicho será determinante.

En el mejor escenario, el tercer trimestre reportaría una contracción de -13% y el cuarto de -7%, para cerrar el año en casi -11%. En el escenario más probable, las contracciones serían de -16% en el tercero y poco más de -11% en el cuarto, para cerrar en -13% este año. La peor posibilidad, que además gana terreno diariamente, apunta a -17% y -15% en los dos últimos trimestres, y -14% para el año completo.

Por eso era importantísimo aplicar un plan de contención de abril a junio. No se hizo.“