Con el 100 por ciento de las actas computadas, el triunfo de la elección de Colima volvió a quedar en manos del priista Ignacio Peralta.
De acuerdo con los resultados del PREP de la entidad, la diferencia entre el aspirante del PRI y el segundo lugar, Jorge Luis Preciado del PAN, supera los diez mil votos, o en otras palabras, es de casi cuatro puntos porcentuales.
Sin embargo, el proceso electoral de nueva cuenta, estuvo plagado de irregularidades. Es decir que poco o nada sirvió que se repusiera la elección.
De poco sirvió que el INE se encargara del segundo intento para que los colimenses votaran por gobernador.
De poco sirvió que más de 270 mil ciudadanos -lo que equivale al 56 por ciento del padrón- acudiera a las urnas de nueva cuenta.
De poco sirvió porque la elección extraordinaria fue igual de desaseada, igual de irregular, igual de violenta e igual de tramposa a la que vimos el año pasado.
Si no lo cree basta señalar que los partidos que participaron postularon a los mismos aspirantes y a partir de las mismas trampas obtuvieron el mismo resultado.
Por eso en La Otra Opinión insistimos, de poco o nada sirvió que se repusiera la elección de Colima. ¿O usted considera lo contrario?
