Las elecciones que tuvieron lugar ayer representan un freno de mano al proyecto político populista y autoritario encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Los avances en el conteo de votos que se dieron a conocer ayer nos permiten dar como un hecho que Morena perderá la mayoría absoluta de la Cámara de Diputados y que ni con el apoyo de sus rémoras del PVEM y del PT alcanzará la mayoría calificada.
Si bien Morena será la primera fuerza de la próxima legislatura de San Lázaro, sufrirá una importante merma en su número de diputados, producto del voto de castigo recibido ayer.
Tan solo hay que mencionar que actualmente Morena tiene 256 diputados, mientras que tras la jornada electoral de ayer tendrá un máximo de 203.
Con el voto en contra de Morena y el proyecto político que representa, la ciudadanía evaluó negativamente los dos años y medios que han transcurrido del gobierno de López Obrador, un gobierno caracterizado por la improvisación, el autoritarismo, las ocurrencias y la intolerancia hacia la crítica.
Los votantes dijeron ya basta de la negligencia y la improvisación reflejadas en un pésimo manejo de la pandemia, ya basta de las payasadas como la falsa rifa del avión presidencial, ya basta de tentaciones dictatoriales, como la ampliación del mandato del presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
El voto de castigo contra Morena también se reflejó en las elecciones de gobernador, en las cuales el partido del presidente de la República tenía la intención de arrasar.
De los 15 estados en donde hubo elección de gobernador, Morena ganó claramente los comicios solo en Colima, Nayarit, Baja California y Guerrero.
Aún si ganara los otros cuatro estados en donde se encuentra en empate técnico, tendría siete, lo que representa una derrota, pues al inicio del proceso tenía la expectativa de quedarse con 11 administraciones estatales.
Mención especial merece la Ciudad de México, el principal bastión político de Morena, en donde el partido en el poder sufrió un gran boquete, como no había ocurrido desde hace 23 años, cuando la izquierda se adueñó –vía los votos— de la capital.
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De acuerdo con los resultados preliminares, Morena perdería las alcaldías de Tláhuac, Cuauhtémoc, Tlalpan y Miguel Hidalgo, mismas que actualmente gobierna.
Los resultados en el Estado de México también reflejan el ánimo anti Morena que prevaleció durante la jornada de ayer. La oposición recuperará municipio de gran relevancia, como Naucalpan y Metepec, en donde los votantes le negaron la reelección a sus respectivas alcaldesas.
Los efectos de los resultados de las elecciones de ayer se sentirán de diversas formas. De entrada, el partido en el poder y su principal líder político, tendrán que reflexionar sobre la necesidad de modificar cierta conducta que rayaba en la arrogancia.
Por su parte, los partidos de oposición y los ciudadanos entenderán que no es imposible frenar de manera definitiva el proyecto populista, pero que eso depende de mantener la cohesión dentro y fuera del Congreso.
OFF THE RECORD
**ARREBATOS CARNALES
Durante la jornada de ayer se registraron algunos hechos violentos, la mayoría de ellos atribuidos a militantes de Morena.
El partido en el poder presentía desde hace varios días su derrota y se resistía a ella.
Las trifulcas armadas en varias casillas, que por fortuna no fueron determinantes para reventar las elecciones, fueron patadas de ahogado anticipadas.
**TIRO POR LA CULATA
Morena y el presidente sufrirán este lunes una nueva derrota, cuando la mayoría de los padres de familia ignore el llamado al regreso a clases.
A algún creativo dentro de la “4-T” se le ocurrió programar el regreso exactamente un día después de las elecciones, quizá para esconder los efectos mediáticos de la caída electoral.
Pero la ausencia de alumnos hará ver muy mal a ese gobierno de ocurrencias.
En castellano, a eso se le conoce como “el tiro por la culata”.
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